Tu mente está haciendo una asociación perjuiciosa y errónea : escuchas experiencias negativa, previsualiza un escenario fatalista y las asume como probables en tu propia vida. Ser una oyente empática no te hace responsable de las desventuras ajenas.
Reflexiona sobre las dificultades que te han compartido: ¿Cuántas has vivido tú misma y cuántas son experiencias ajenas? La angustia que sientes proviene, en gran medida, de tu propia imaginación, proyectando esos problemas en tu futuro. Recuerda que muchas de esas personas pueden superar sus problemas; en muchos casos, significa un nuevo comienzo para ellos y no necesariamente una proeza para ti.
Las personas pueden superar sus problemas y seguir adelante, dejando atrás esos relatos sin que tengan un impacto duradero en sus vidas.