Si bien es cierto que andar quejándose por la vida no es saludable, creo que se puede rescatar un aspecto positivo de la queja, y es que a través de ella, tenemos la oportunidad de conocernos a nosotros mismos. Una queja puede provenir de muchas circunstancias y razones diferentes, sin embargo, a veces nos quejamos de situaciones injustas con las cuales no estamos de acuerdo, acciones que no van acordes con nuestros principios...
Nos permite en cierto sentido saber lo que está bien y lo que está mal según nuestro criterio, por lo que si la canalizamos bien, podríamos ser capaces de mejorar el entorno en el cual nos desenvolvemos. No sé, supongamos que todos los días alguien se queja de la vida en general, porque está pasando por un momento complicado. Esa queja podría utilizarse como motivación para hacer cambios positivos en su vida si su actitud está puesta menos en quejarse y en reconocer que se queja porque espera algo más de la vida, proponiéndose entonces a a hacer cosas diferentes para alcanzar ese futuro mejor.
Muchas gracias por la reflexión.