Mi infancia estuvo arropada por una época maravillosa con sonidos musicales que se incrustaron en mi mente de tal forma que no hay nada en el universo que los elimine. Escuchar bandas como los Beatles, Rolling Stone, Santana y otros hacían que navegará de forma plácida y a la vez electrizante en el océano de sus melodías.
Plácida por canciones que te invitaban al amor, la paz y electrizante por aquellas que invitaban a la rebeldía, al cambio de pensamientos que no aportaban a mejorar al ser humano. Un contraste extraño que resaltaba lo que era el mundo: un sitio para el amor, pero sumergido en guerras. Yo, como buen romántico, me quedé con lo hermoso. Pero la rebeldía se había instalado para despertar mucho después. En esos días de niño amaba al mundo.
En casa siempre había visita, papá acostumbraba hacer reuniones todos los sábados. La alegría de papá era inmensa y su liderazgo era gigantesco. Como yo era el primer hijo, siempre era presentado con orgullo, era como un gran premio que había que mostrar. Esa vaina me molestaba. Todo esto me fue llenando de un odio desproporcionado por esas reuniones en la casa. En ese tiempo pensaba que el mundo era insoportable, un asco.
Pasó el tiempo y las reuniones fueron reducidas (gracias a Dios), pero comenzaron los viajes con otras familias y/o amigos de mis padres. ¡Qué varilla esa de mis papás de estar siempre con otra gente! Mi odio por las reuniones y ese mundo estaba intacto.
Mi viejo era un vendedor nato y él lo sabía. Siempre buscaba relacionarse bien para con ello tener a su alcance a sus presas (clientes). Esto trajo como consecuencia que los políticos, gente de la farándula y destacados personajes de la época se dieran una vuelta por casa. Eso yo no lo entendía. Yo juraba que todo era amor y resulta que para todo había propósito. Hasta que exploté y me negué rotundamente a estar en las reuniones de familiares y amigos. Eso fue una mala decisión. Veía todo tan absurdo que mi percepción del mundo se volvía más oscura y esto me llevó a las drogas. Ese mundo alucinógeno me encantaba.
Pero papá era un hombre muy inteligente y se encargó de demostrarme que me amaba y eso se sentía como una brisa fresca. Esa demostración de amor hizo emerger el mío por él. Le confesé lo que estaba haciendo y salí del mundo alucinógeno. El amor es tan maravilloso que me sacó de la oscuridad. Las cosas cambiaron en casa, se hacía consenso para todo. Las reuniones de papá se fueron a su mínima expresión y las conversaciones de padres e hijos se hicieron frecuentes. En ese momento el mundo volvía a ser bello.
El tiempo como la vida transcurrieron y siempre estaban los momentos maravillosos, pero también los nefastos. Todo esto contribuía a que mi percepción sobre el mundo fuera inestable, ganando la que apuntaba que todo era una porquería. Paso mucho tiempo para que entendiera que no era el mundo el que tenía que mejorar mi percepción sobre él, era yo el que ameritaba un arreglo. Para ese arreglo se encargó la vida, las experiencias, la madurez, aunque todavía tengo un alto grado de inmadurez (sigo siendo un niño).
El tiempo me demostró que no tengo el control de muchas cosas, eventos, personas. Lo que puedo controlar, dirigir, es mi vida y allí es donde está la clave para sentirme pleno, feliz. También me enseñó que puedo colaborar con los demás, pero no puedo hacerles cambiar su forma de actuar, su pensar.
Al cambiar para el lado positivo, el del optimismo, muy lejos de lo perverso, las cosas fluyeron en mi vida y las oportunidades junto con personas maravillosas aparecieron en mi camino.
Hace un poco más de seis meses me gané una beca para instruirme en varios temas y trabajar basado en lo aprendido. Ahora, hace nueve días, me gané otra para capacitarme para luego trabajar en el mundo del SEO (Search Engine Optimization). De paso me gané una laptop para el trabajo. ¡Toño vale!, cuando veo que suceden estas cosas en mi vida y después de medio cupón no me queda otra que expresar lo maravilloso que es el mundo. Pareciera que al tener una visión positiva todo se muestra hermoso, creando una reacción de acontecimientos que me hace sonreír y expresar que estoy en un sitio, un momento de felicidad.
En conclusión, no podemos cambiar lo externo, pero sí nuestro interior. Al ser sumamente positivos y agradecidos se puede tener la certeza de que nuestro entorno nos recompensara con lo mejor. Como dice el dicho, cada cabeza es un mundo, por lo tanto, cada quien tiene el mundo que se merece. Mi mundo es mío, lleno de locuras, desafíos y amor.
Todos los Derechos Reservados. © Copyright 2024 Germán Andrade G.
Contenido original, escrito para:
¿Quién soy? #10. ¿Cómo veo el mundo? por @damarysvibra.
Imágenes editadas usando CANVA.
Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Deepl para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés. También, hago constar que he utilizado la herramienta de revisión gramatical Grammarly.
Caracas, 20 de noviembre del 2024
English
My childhood was surrounded by wonderful musical sounds, which were embedded in my mind in such a way that nothing in the universe could remove them. Listening to bands like the Beatles, Rolling Stone, Santana, and others made me sail placidly and electrifyingly in the ocean of their melodies.
Placid for songs that invited you to love, peace, and electrifying for those who asked to rebel, to the change of thoughts that did not contribute to improving the human being. A strange contrast that highlighted what the world was: a place for love, but submerged in wars. I, as a good romantic, kept the beautiful. But rebellion had settled in to awaken much later. In those days as a child, I loved the world.
At home, there were always visitors. Dad used to have get-togethers every Saturday. Dad's joy was immense, and his leadership was gigantic. As I was the first son, I was always presented with pride; it was like a great prize to be shown off. That was a big thing that bothered me. All this filled me with a disproportionate hatred for those gatherings at home. At that time, I thought the world was unbearable and disgusting.
Time went by, and the reunions became fewer (thank God), but trips with other families and/or friends of my parents began. What a crazy thing for my parents to always be with other people! My hatred of reunions and that world remained intact.
My old man was a born salesman and he knew it. He was always looking for a good relationship to have his prey (clients) within his reach. As a consequence, politicians, show business people, and prominent personalities of the time used to come around the house. I didn't understand that. I swore that everything was love and it turned out that there was a purpose for everything. Until I exploded and flatly refused to be at gatherings of family and friends. That was a bad decision. I saw everything so absurd that my perception of the world became darker and this led me to drugs. I loved that hallucinogenic world.
But Dad was a very smart man and he took it upon himself to show me that he loved me and that felt like a cool breeze. That demonstration of love brought out my love for him. I confessed to him what I was doing and came out of the hallucinogenic world. Love is so wonderful that it brought me out of the darkness. Things changed at home, consensus was made for everything. Dad's meetings went to a minimum and parent-child conversations became frequent. At that moment the world was beautiful again.
Time, like life, passed and there were always the wonderful moments, but also the bad ones. All this contributed to the fact that my perception of the world was unstable, winning the one that pointed out that everything sucked. It took me a long time to understand that it was not the world that had to improve my perception of it, it was me who deserved to be fixed. Life, experiences, and maturity took care of that fix, even though I still have a high degree of immaturity (I'm still a child).
Time showed me that I am not in control of many things, events, people. What I can control, and direct, is my life and that is where is the key to feeling full, and happy. It also taught me that I can collaborate with others, but I cannot make them change the way they act or the way they think.
By shifting to the positive side, that of optimism, far away from the perverse, things flowed in my life, and opportunities along with wonderful people appeared in my path.
A little more than six months ago I won a scholarship to learn about various subjects and work based on what I learned. Now, nine days ago, I won another one to train myself to work in the world of SEO (Search Engine Optimization). By the way, I won a laptop for work, but when I see these things happening in my life and after half a coupon, I have no other choice but to express how wonderful the world is. It seems that by having a positive vision everything is beautiful, creating a reaction of events that makes me smile and express that I am in a place, a moment of happiness.
In conclusion, we cannot change the external, but we can change our inner self. By being extremely positive and grateful we can be certain that our environment will reward us with the best. As the saying goes, every head is a world, therefore, everyone has the world they deserve. My world is mine, full of craziness, challenges, and love.
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The original content was written for:
Who am I? #10. How do I see the world? by @damarysvibra.
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Caracas, November 20, 2024
It is my responsibility to share with you that, as a Spanish speaker, I have had to resort to the translator Deepl to translate my original Spanish content into English. I also state that I have used the grammar-checking tool Grammarly.
Estoy de acuerdo con esa mirada, sí cambiamos nosotros tendremos el mundo que queremos. Ha sido un gran aprendizaje.
Saludos cordiales.
Me encanta leerte amigo, siempre tan abierto, sincero y sencillo. El transitar por el mundo no es fácil como bien nos describes, no todo es bello, pero todo depende el lado que te pongas. En tu caso elegiste en verte tu y lo que podías hacer para mejorar tu mundo e indudablemente mejoro, pues tienes mucho aun que ofrecer amigo, exitos en tu nuevo camino, un abrazo!
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