Ciertamente así es mi querida amiga, nosotros solemos ponernos en los zapatos de otros, pero algunas veces no nos ponemos en los nuestros: nos exigimos tanto que no nos permitimos ponernos limites y luego cuando no nos alcanza el tiempo para lograr aquello que queremos es cuando comenzamos a juzgarnos severamente, en ves de ello debemos frenarnos un poco como dicen las abuelas bajarle dos y reestructurar lo que queremos lograr.
Besos y abrazos feliz noche