Even if it seems like the world is collapsing, even if the gray afternoon seems eternal, we will always have poetry left.
Dear hivers, I have come to give you this poem by Reina Maria Rodriguez, my favorite Cuban poet, may her truth and freshness accompany you during this weekend…
“…Somewhere in the neighborhood, someone was playing the piano…
Today a piano died.
The piano. My piano.
They beat him up.
He was murdered
because he had termites.
His heart was rotting
like mine, exactly the same.
His strings burst, down.
Without sounds, without passion.
And I couldn't see when I went down,
In what case did they wrap the remains?
the yellow keyboard of him, the soul.
I went to the sea
Guilty for not defending him
In his agony.
Guilty for letting him die twice.
The first, when I stopped playing it years ago….”
This is how my father and brother died twice
who shared the carved mahogany armchair with me
when we played with four hands, “Para Elisa”
and the cat Musso lay on it,
in the afternoon
to see us play from that perspective.
The wall can now only be a wall without music
with an indifferent imprint to the center
(another stain)
where they will put a table with flowers to replace it.
The piano cemetery, his grave.
It will always have unevenness, even if they try to even it out.
There won't even be a cat hanging around your head.
Yellow.
(Excerpt from Die Twice)
Morir dos veces
Aunque parezca que el mundo se viene abajo, aunque la tarde gris se haga eterna, siempre nos quedará la poesía.
Queridos hivers, he venido a regalarles este poema de Reina Maria Rodriguez, mi poetisa cubana preferida, que su verdad y frescura les acompañe durante este fin de semana…
“…En alguna parte de la vecindad, alguien tocaba el piano…
Hoy ha muerto un piano.
El piano. Mi piano.
Le cayeron a golpes.
Lo asesinaron
porque tenía comején.
Su corazón estaba pudriéndose
como el mío, exactamente igual.
Sus cuerdas estallaron, abajo.
Sin sonidos, sin pasión.
Y no pude ver al bajar,
en qué funda envolvieron los restos,
su teclado amarillo, el alma.
Me fui al mar
Culpable por no haberlo defendido
En su agonía.
Culpable por dejarlo morir dos veces.
La primera, cuando dejé de tocarlo hace años….”
Así murieron dos veces mi padre y mi hermano
que compartían conmigo la butaca de caoba tallada
cuando tocábamos a cuatro manos, “Para Elisa”
y el gato Musso se acostaba encima,
en la tardecita
para vernos tocar desde esa perspectiva.
La pared ahora solo puede ser una pared sin música
con una huella indiferente al centro
(otra mancha)
donde pondrán una tabla con flores para sustituirlo.
El cementerio del piano, su tumba.
Siempre tendrá desniveles, aunque pretendan emparejarla.
Ni siquiera habrá un gato rondando por allí su cabeza
Amarilla.
(Fragmento de Morir dos veces)
Las imagenes utilizadas en la publicación son de mi propiedad tomadas con mi iPhone XS. Traducción al Inglés por Deepl Traslate. Puedes encontrarme en los siguientes perfiles de redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram.
😳 pero esa soy yo, mipiano
😁
Aww, qué bonito🥹
Muy bonito amigo, feliz noche para ti.
Gracias! Un abrazo.
Muy bonito lo.q acaba de publicar, asi pasa cuando perdemos algun objeto que tiene más valor sentimental que material. Se nos va un pedazo, un recuerdo.
Así mismo es. 🫂
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Muy bonito lo.q acaba de publicar, asi pasa cuando perdemos algun objeto que tiene más valor sentimental que material. Se nos va un pedazo, un recuerdo.