Fotografia de Adonis Acosta
Al terminar la universidad, dejé atrás los años más felices de mi vida y también el amor más hermoso de cuantos tuve hasta el momento. El regreso a mi ciudad, los estudios del chico propiciaron la separación.
Un mes después regresé a la graduación con la esperanza de verlo, él estudiaba en otra universidad, una militar. La esperanza me sostuvo, había enviado telegramas, no era época de celular. Llegó la hora del regreso al día siguiente, miraba por la ventanilla a los que se despedían desde el anden; el frío del aire acondicionado me calaba los huesos en pleno julio.
Sentí una voz a mi lado, sus chistes siempre me sacaban de cualquier resentimiento, -Si te agarra el come bolas.Hola queridos amigos de @holoslotus, cuando leí la invitación de @finec a contar historias sobre lo inesperado y las lecciones que nos aportan, me dije, - ah que pena que no recuerdo nada al respecto. Pero en esta vida todos tenemos acontecimientos que nos equilibran la vida.
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Esta vez el objetivo era mi zaya roja de óvalos blancos. Le lancé una mirada como navaja afilada. El corazón latía acelerado, pero era inevitable la partida, el tren pitó en en su último aviso.
Me llevó dos años disipar la nostalgia, el paso del tiempo todo lo cura. Volví a enamorarme y me casé en 1995. En 1998 fui de vacaciones a la ciudad de mis recuerdos, nos hospedamos en la casa de una amiga y junto a su familia hicimos recorridos por la ciudad, fuimos a la Iglesia del Cobre, al Morro, Parque de Diversión, Acuario y al regreso nos detuvimos en un mercado. Nos bajamos todos, compramos alguna golosina y regresamos al auto.
El auto parecía no tener vida, mi esposo (separados en la actualidad), bajó, levantó la tapa y cual fue su sorpresa al ver que no tenía batería. En las calles de Cuba se hacen fechorías a cualquier hora y nunca hay testigos. El auto estaba ubicado en una la pendiente de una loma.
La tarde comenzaba a caer, había que hacer trato con los mismos ladrones, ellos dieron la información del lugar donde podía adquirirse la batería. Mi amiga se retiró con los niños, mi ex esposo fue con los *** gentiles vendedores*** para comprar una nueva batería.
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Yo quedaba al cuidado del auto.
La ciudad que hasta el momento me era tan familiar, me fue desconocida. Alli nada podía resolver por mis medios.
Cuando miré hacía la empinada calle venía bajando aquel gran amor. Aparentaba más adulto pero igual de etereo y resuelto. Mi reacción fue inesperada como inesperado fue verlo allí. Me oculté detrás del auto y lo vi pasar. Creí escucharía los latidos de mi corazón.
Me invadió un miedo indiscreptible, ¿a qué?, no sé. Quizás mi reacción fue una respuesta a los celos enfermizos de mi ex esposo.
Quedé impavida por un buen rato, todo se reflejó en mi estómago y los segundos se hicieron eternos. Resuelto el problema de la batería nos fuimos de aquel lugar y al dia siguiente nos regresamos. Este suceso me dejó varias lecciones:
No vale la pena prorrogar los encuentros ni ocultar los sentimientos.
La desconfianza solo espera la prueba errefutable, porque aunque fui fiel en el matrimonio, los recuerdos nos habitan y contra ellos no puede ninguna fuerza.
El amor es pacieinte, 20 años después nos reencontramos y el amor fue más que físico
Esta publicación ha sido escrita y documentada por mí, no contiene IA. Las fotos utilizadas son propiedad de Adonis Acosta
Love is more than physical (lessons from the unexpected)
Photography by Adonis Acosta
When I finished university, I left behind the happiest years of my life and also the most beautiful love of all I had so far. The return to my city, the boy's studies led to the separation.
A month later I returned to graduation hoping to see him, he was studying at another university, a military one. Hope sustained me, I had sent telegrams, it was not a cell phone era. It was time to return the next day, I looked out the window at those who were saying goodbye from the platform; The cold of the air conditioning penetrated my bones in the middle of July.
I felt a voice next to me, his jokes always brought me out of any resentment, -If the ball-eater catches you. This time the goal was my red zaya with white ovals.
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I gave him a razor-sharp look. The heart was beating fast, but the departure was inevitable, the train whistled in its last warning.
It took me two years to dispel the nostalgia, the passage of time heals everything. I fell in love again and got married in 1995. In 1998 I went on vacation to the city of my memories, we stayed at a friend's house and with her family we took tours of the city, we went to the Iglesia del Cobre, El Morro, Amusement Park, Aquarium and on the way back we stopped at a market. We all got out, bought some candy and returned to the car.
The car seemed lifeless, my husband (currently separated) got out, lifted the lid and was surprised to see that it had no battery. In the streets of Cuba, misdeeds happen at any hour and there are never witnesses. The car was located on the slope of a hill.
The afternoon began to fall, we had to make a deal with the thieves themselves, they gave the information on the place where the battery could be purchased. My friend retired with the children, my ex-husband went to the gentle sellers to buy a new battery. I was in charge of the car. The city that until now was so familiar to me, was unknown to me. There I could solve nothing by my means.
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When I looked down the steep street that great love was coming down. He looked more adult but just as ethereal and determined. My reaction was unexpected as it was unexpected to see him there.
I hid behind the car and watched him go by. I thought I would hear my heartbeat. An indiscernible fear invaded me, of what? I don't know. Perhaps my reaction was a response to my ex-husband's unhealthy jealousy.
I was stunned for a long time, everything was reflected in my stomach and the seconds seemed eternal. Once the battery problem was resolved, we left that place and the next day we returned. This event left me several lessons:
It is not worth prolonging meetings or hiding feelings. >Distrust only waits for irrefutable proof, because although I was faithful in marriage, memories inhabit us and no force can against them. >Love is patient, 20 years later we met again and the love was more than physical
This post has been written and documented by me, it does not contain AI. The photos used are property of Adonis Acosta and created by me in Canva
Me encantan las fotos de Adonis. Es un gran artista. Tiene un ojo fino, educado.
Y en combinación con tu arte y sabiduría, son el dúo perfecto.
Los felicito por tal excelente trabajo
Gracias amiga. Un abrazo
Ufff, Adonis es un genio!
Y tú, como dice Elvira, haces el completo perfecto.
Es como ver una película este post.
Gracias, muy gentil
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Un día de estos escribiré un poema sobre tí, Iris Molotov. Un poema de sombras que de encienden en tu boca mientras pronuncias el tiempo con esas manos de soñar y tantos verbos...
Gracias, mira que lo dices bonito. Un abrazo
@iriswrite ese poema lo vas a presumir más que el de María Liliana😅🤣
🤣🤣 claro no lo pienso ocultar por nada en la vida
🤣🤣 claro no lo pienso ocultar por nada en la vida
Por supuesto que el amor va más allá de lo físico.
Cuando es lo físico lo que se valora únicamente, solo hay atracción sexual que se diluye con el transcurso de la conquista. En cambio, con el amor se fortalece.
Magnífica reflexión que espero sirva de ayuda a muchos.
Gracias querido amigo. Un abrazo
Tus historias, de ficción o no dan vida a cada imágen.
Es una buena historia donde es evidente que la sanación de los recuerdos y expectativas son más que necesarios para soltar y crecer.
Es un modo de darle vida a mis recuerdos. No vivo del pasado pero si es muy importante para mi, como los pilares donde me sostengo.
Que bonita lectura, nos has regalado, los tiempos de universidad son los mejores. En esa época encontré el amor también. Sin duda, prorrogar los encuentros es un error
Si, luego pues el camino te lleva de regreso. Un saludo para ti, gracias por tu gentileza