Saludos. La amiga @damarysvibra en su columna para la comunidad @holos-lotus nos invita a reflexionar sobre nuestro Yo navideño. Les comento…
En los años de mi infancia el tiempo de la navidad era muy especial, se distinguía de todo lo que ocurría el resto del año. Había muchas cosas que lo hacían diferente estaban, por ejemplo, las vacaciones escolares, la expectativa con las cartas al Niño Jesús, la remodelación de los hogares, y la ambientación de todos los espacios públicos y privados. En las plazas y los edificios públicos siempre había enormes Nacimientos.
La navidad también era el tiempo de las visitas familiares, por esos días siempre venían a Caracas los que estaban en el interior, nuestra casa se hacía chica y en ocasiones parecía una especie de campamento vacacional, con colchonetas regadas por todos lados. Ese trajín de gentes era una de las cosas que más me gustaba, cada año llegaba alguien nuevo y mi abuela nos decía este o aquel es un tío o un primo suyo, trátenlo con cariño…
El espíritu navideño también impactaba las normas disciplinarias, a los muchachos de mi casa nos levantaban muchas restricciones, podíamos pasar más tiempo libre jugando solos en la vereda, y en las celebraciones del veinticuatro y el treintaiuno nos daban permiso para visitar las casas de los vecinos. Eran las únicas fechas donde estaba bien visto que “uno estuviera en las casas ajenas…”
A lo largo del tiempo he mantenido muchas de aquellas tradiciones. Cuando nacieron mis hijos les hablaba del Niño Jesús, los acompañaba a hacer las cartas, y cuando pedían algo que escapaba de mis posibilidades me las ingeniaba para que entendieran que a veces el Niño no podía traer todas las cosas que se pedían, entonces negociábamos para que pidieran algo que si pudiera comprar.
Cuando los muchachos se hacían grandes siempre me resultaba difícil explicarles que ya el Niño no vendría, que continuarían recibiendo sus regalos pero que serían su madre o yo los que se los darían.
Otra tradición que he mantenido es la visita a los familiares. De adulto ya mis padres no vivían juntos, entonces tenía que visitarlos a cada uno por separado. A mi padre le encantaba ver a los nietos. Y cuando mis hijos se hicieron hombres siempre encontrábamos el momento para ir a visitar al abuelo, mis hijos habían aprendido a darle importancia a esas visitas navideñas. Esa costumbre la mantuvimos hasta el momento de la muerte del “viejo”.
En la actualidad nos seguimos reuniendo los familiares más cercanos. Mi madre, que en muchos sentidos es una súper mujer se viene sola, a sus ochenta y nueve años, en camioneta de transporte público desde Barquisimeto a Maracay, donde vivimos mi hermano y yo. Esa visita navideña ella la extiende hasta comienzos de febrero, pasa unos días con mi hermano y otros en mi casa, su presencia también marca una diferencia notable en la manera en que vivimos el tiempo ordinario. En todos esos días siempre buscamos de hacer algo especial.
En los últimos años mi esposa y yo hemos incorporado otras tradiciones. Tres de nuestros hijos viven fuera del país y vamos llevando el ritmo de la navidad vía Whatsapp. En estos días es frecuente que las nietas que viven allá se comuniquen con nosotros para preguntarnos cualquier cosa sobre las tradiciones de nuestro país. Mi hijo mayor, que es el padre de ellas, se ha ocupado de mantener vivas muchas de nuestras tradiciones, monta el Nacimiento, hace pan de jamón, les da los regalos del Niño Jesús, y hasta prepara dulces tradicionales.
Este año, la gran novedad ha sido que mi hija menor, que también está en el exterior, se decidió a hacer las hallacas junto a unos amigos venezolanos que viven en una ciudad cercana a la de ella. Las asesorías por Whastapp han estado bastante animadas.
La verdad es que me encanta la temporada navideña, no solo por todo lo que implica desde el punto de vista espiritual, de alegría y tradición. También es la época en que el cielo de mi ciudad toma una luz muy especial, se vuelve más azul y diáfano. Esos cielos decembrinos siempre le han dado alegría a mi corazón.
Aprovecho la oportunidad para desearles a mis amigos de HIVE una feliz navidad. Que el nuevo año sea de mucha dicha y les permita cumplir todos sus sueños.
Gracias por tu tiempo.
Greetings. Friend @damarysvibra in her column for the @holos-lotus community invites to reflect on our Christmas Self. Let me tell you...
In my childhood years Christmas time was very special, it was different from everything else that happened during the rest of the year. There were many things that made it different, for example, school vacations, the expectation with the letters to Baby Jesus, the remodeling of homes, and the decoration of all public and private spaces. In the squares and public buildings there were always huge Nativity scenes.
Christmas was also the time for family visits, for those days always came to Caracas those who were in the interior, our house became small and sometimes looked like a kind of holiday camp, with mats scattered everywhere. That bustle of people was one of the things I liked the most, every year someone new would arrive and my grandmother would tell us this or that is an uncle or a cousin of yours, treat him with love...
The Christmas spirit also impacted the disciplinary rules, the boys in my house had many restrictions lifted, we could spend more free time playing alone on the sidewalk, and on the twenty-fourth and thirty-first celebrations we were given permission to visit the neighbors' houses. Those were the only dates when it was okay to "be in other people's houses..."
Over the years I have maintained many of those traditions. When my children were born I would talk to them about the Baby Jesus, I would accompany them to make their letters, and when they asked for something that was beyond my possibilities I would manage to make them understand that sometimes the Baby Jesus could not bring all the things they asked for, so we would negotiate so that they would ask for something that I could buy.
When the boys got older it was always difficult for me to explain to them that the Child would no longer come, that they would continue to receive their gifts but that their mother or I would be the ones to give them.
Another tradition I have kept is visiting relatives. As an adult my parents no longer lived together, so I had to visit each of them separately. My father loved to see the grandchildren. And when my sons became men we always found the time to visit grandpa, my sons had learned to give importance to these Christmas visits. We kept that custom until the time of the "old man's" death.
Nowadays, we still get together as close relatives. My mother, who in many ways is a super woman, comes alone, at eighty-nine years old, by public transportation van from Barquisimeto to Maracay where my brother and I live. That Christmas visit she extends it until the beginning of February, she spends some days with my brother and others at my house, her presence also makes a remarkable difference in the way we live the ordinary time. On all those days we always try to do something special.
In recent years my wife and I have incorporated other traditions. Three of our children live out of the country and we keep up with Christmas via Whatasapp. These days it is frequent that the granddaughters who live there communicate with us to ask us anything about the traditions of our country. My eldest son, who is their father, has taken care of keeping many of our traditions alive, he assembles the Nativity scene, makes ham bread, gives them gifts from Baby Jesus, and even prepares traditional sweets.
This year, the great novelty has been that my youngest daughter, who is also abroad, decided to make the hallacas with some Venezuelan friends who live in a city near hers. The consultations by Whastapp have been quite lively.
The truth is that I love the Christmas season, not only for all that it implies from the spiritual point of view, joy and tradition. It is also the time when the sky in my city takes on a very special light, it becomes bluer and more diaphanous. Those December skies have always brought joy to my heart.
I take this opportunity to wish my HIVE friends a Merry Christmas. May the new year be a joyful one and may it allow you to fulfill all your dreams.
Thank you for your time.
Translated with DeepL.com (free version).
Comunidad Be Entrepreneur
Lindo post. Aquí en Cuba la tradición de que los niños hicieran sus carticas (aquí era alos Reyes Magos), se rompió, pienso que es matale la fantasía a los niños; aunque mis hijas la han mantenido, ahora tengo una viviendo en Homestead con su esposo y los dos niños. Gracias a Whatsapp también podemos comunicarnos. Les deseo unas lindas navidades. Saludos
También creo que debe dejarse el espacio para que los niños vivan sus fantasías, ese es un asunto que debería estar más allá de los problemas de los adultos. Gracias por pasar y comentar, que tengas una feliz navidad estimado @felpach.
Muchas gracias, igual para usted y su familia
¡Feliz Navidad!
Hay mucho movimiento en estas fechas, qué bueno que las tradiciones se mantienen, aunque estén en otro país, porque son ellas las que le dan mayor alegría a estas fechas.
Saludos cordiales.
Los muchachos se van y se llevan las tradiciones con ellos. Ayer mi hija menor hizo sus primeras hayacas con una amiga venezolana que vive en Barcelona, España. Estaba muy contenta. Gracias por pasar y comentar estimada @charjaim. Un fuerte abrazo.
Que bonito que tus hijos mantengan la tradición familiar en navidad...Feliz navidad!
A mí me da mucha alegría que ellos decidan mantener viva sus tradiciones. Ayer mi hija menor hizo sus primeras hayacas en el otro lado del mar. Gracias por pasar y comentar estimada @aventurerasbike. Un fuerte abrazo.
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Que bonito toda esas tradiciones hayan pasado a tus hijos y ellos se los transmiten a sus hijos, eso es la magia de la navidad, ver la alegría de los niños y reunirse con los familiares queridos, feliz navidad amigo Irvinc para ti y a toda la familia.
Así es mi querido amigo @cetb2008. Los muchachos han decidido darle continuidad a nuestra cultura en el sitio donde ahora están. Eso me alegra mucho. Muchas gracias por pasar y comentar. Bendiciones para la familia.
Amén amigo.
Que nuestras tradiciones navideñas se mantengan y se extiendan más allá de los océanos es maravilloso. Qué bueno que la navidad siempre nos alegra y nos motiva a celebrar. Saludos y abrazos.
Sí, ahora los muchachos comparten en otros lares con sus nuevas familias y con otros venezolanos. En verdad me alegra mucho que continúen con estas cosas que son importantes en nuestra cultura. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @lilianajimenez. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Es una reflexión llena de recuerdos y tradiciones que forman parte de tu historia. La Navidad es parte de nosotros. Las visitas, la unidad familiar y las tradiciones son parte de nosotros. Más allá del tiempo, la distancia y la coyuntura, lo importante o elemental es el vínculo que se comparte. La historia de tu madre es inspiradora, valiente y generosa. Mucha conexión, un testimonio que conmueve y da fuerza.
Me alegra que te haya gustado la publicación. Como bien señalas, mi madre es inspiradora para todos nosotros. Hace rato hable con ella y acababa de llegar del Mercado San Juan, donde vende su mercancía los domingos en Barquisimeto, la verdad es que la energía de ella es envidiable. Muchas gracias por pasar y comentar estimado @neruel. Un fuerte abrazo desde Maracay.