¿Qué cómo veo al mundo? Hermoso y lleno de matices. Cuando me paro en el balcón de nuestro apartamento cada tarde, y veo la pintura dinámica del atardecer. No pienso en nada, y me dejo llevar por una confluencia de emociones y sentimientos. El tiempo parece detenerse, mientras el sol se oculta en el horizonte. En la cornisa, también veo varias aves, de bellos plumajes, alineadas y miran lo mismo que yo, sin graznar. No obstante, ellas están alertas, pues saben del peligro al acecho desde cualquier dirección, en la tierra y en el aire. No en balde, nosotros tenemos rejas reforzadas para evitar a nuestros potenciales depredadores: otro igual a mí. Entonces recuerdo la famosa vieja frase latina parafraseada por Hobbes: homo homini lupus (el hombre es el lobo del hombre); y despierto de la ensoñación benigna. En tal sentido, recurro a la pregunta madre: ¿Quién soy? Nos lleva a reflexionar sobre nuestra identidad y nuestros valores. Solo cuando nos conocemos a nosotros mismos, podemos amarnos en verdad y, por lo tanto, amar al otro.
Sabes, a veces mi esposa se queja, con mucha razón, de la maldad campante en el mundo. No entiende ni justifica la agresión creciente en contra del prójimo y en contra de la naturaleza. Y hasta justifica la tan anunciada ira de Dios para expiar a la creación. Oportunidades, las hay a raudales para hacer lo bueno, mas, la balanza se inclina al otro extremo, donde la violencia y la destrucción avanza dejando desolación. Sí, es contradictorio vivir así, desperdiciando lo recibido sin costo alguno, y por sensatez, deberíamos de proteger. Pero, ¿quién nos cuida de nosotros mismos? La responsabilidad individual es fundamental para cuidar el planeta, ya que solo cuando nos amamos a nosotros mismos podemos amar y respetar al medio ambiente.
Por otro lado, tengo sentimientos encontrados ante un mundo bello y peligroso que nos incluyen dentro de las amenazas. No obstante, mi percepción del mundo no es del todo pesimista. Al contrario, creo que es perfectible, y con esta hipótesis, uno debe esforzarse por mejorarlo, empezando por uno. Yo también soy de los que piensan que somos más los buenos; y de los malos, unos ignorantes faltos de amor. Claro, aunque esta línea de pensamiento presupone, sean atenuantes, no los eximen de la responsabilidad de sus actos y consecuencias. ¿Merecen castigos? ¡Por supuesto! No lo dudo, la justicia debe prevalecer. Como también, estoy convencido en brindar la oportunidad de alcanzar redención a través de obras de amor, a quienes trasgreden los límites de lo moral y ético.
En conclusión, la reflexión sobre nuestra identidad y los valores es fundamental para construir relaciones saludables y positivas. Solo cuando nos amamos a nosotros mismos podemos amar al otro y cuidar el mundo natural. ¡Quizás andemos en busca de la utopía! Sí, es el camino correcto, aunque erremos. El sentido común nos sugiere contrastar lo ideal con la realidad para prevenir la confianza traicionada. ¿Estás de acuerdo conmigo? Si sucede, en todo caso, nuestra consciencia estará limpia, y el amor mitigará cualquier sentimiento de abatimiento sin nublar lo justo.
Temo perder el anclaje de la pregunta, y dejar volar mis pensamientos por las tangentes. Percibo un mundo hermoso y salvaje, lleno de vida, color y contrastes, al cual hay que cuidar. Esta es la percepción central y la posición respectiva. En cuanto a la sociedad, mantengo lo sagrado de la familia y el cuido de las tradiciones, en especial, aquellas fundadas en valores, tales como la amistad, el amor filiar, la solidaridad, lealtad, reciprocidad, la justicia; orientadas, primero al bien individual, y luego al colectivo. Considero una falacia dar preeminencia a lo colectivo como causa, ya que este último es la consecuencia directa del amor propio: nadie puede amar al otro, si no se quiere a sí mismo antes. Por lo tanto, la capacidad de amar al otro también se basa en nuestra capacidad de perdonar y olvidar nuestros propios errores, ya que solo cuando nos amamos a nosotros mismos podemos amar y respetar a los demás.
Finalizaré por donde debí comenzar, dándole las gracias a Holo-Lotus y @damarysvibra por la serie ¿Quién Soy?, la cual ha conducido de manera tan acertada. Si bien, no he sido asiduo durante el viaje de autoexploración propuesto desde hace diez semanas hasta la presente. Las veces que he embarcado ha sido enriquecedor. Meditar en las preguntas, además de catártico, coadyuva a renovar ideas y sentimientos en procura de ser una mejor persona para el bien de quienes me rodean. Muy agradecido.
Un breve ensayo original de @janaveda
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How do I see the world? Beautiful and dangerous
How do I see the world? Beautiful and full of nuances. When I stand on the balcony of our apartment every evening, and watch the dynamic painting of the sunset. I think of nothing, and let myself be carried away by a confluence of emotions and feelings. Time seems to stand still, as the sun dips below the horizon. On the ledge, I also see several birds, with beautiful plumage, lined up and looking at the same thing as me, without squawking. Nevertheless, they are alert, for they know of the danger lurking from every direction, on the ground and in the air. No wonder we have reinforced fences to ward off our potential predators: another one just like me. Then I remember the famous old Latin phrase paraphrased by Hobbes: homo homini lupus (man is the wolf of man); and I wake up from the benign reverie. In this sense, I turn to the mother question: Who am I? It leads us to reflect on our identity and our values. Only when we know ourselves can we truly love ourselves and, therefore, love the other.
You know, sometimes my wife complains, quite rightly, about the evil in the world. She neither understands nor justifies the growing aggression against others and nature. And she even justifies the long-awaited wrath of God to atone for creation. There are plenty of opportunities to do good, but the scales are tipped to the other extreme, where violence and destruction advance leaving desolation. Yes, it is contradictory to live like this, wasting what we have received at no cost, and for the sake of good sense, we should protect. But who takes care of us? Individual responsibility is fundamental to take care of the planet, because only when we love ourselves can we love and respect the environment.
On the other hand, I have mixed feelings about a beautiful and dangerous world that includes us among the threats. However, my perception of the world is not entirely pessimistic. On the contrary, I believe it is perfectible, and with this hypothesis, one should strive to improve it, starting with oneself. I am also one of those who think that we are more the good ones; and the bad ones, ignorant and unloving. Of course, although this line of thought presupposes that they are extenuating circumstances, they do not exempt them from the responsibility of their acts and consequences. Do they deserve punishment? Of course! I do not doubt it, justice must prevail. As well, I am convinced in providing the opportunity to achieve redemption through works of love, to those who transgress the limits of morality and ethics.
In conclusion, reflection on our identity and values is fundamental to building healthy and positive relationships. Only when we love ourselves can we love others and care for the natural world. Perhaps we are in search of utopia! Yes, it is the right path, even if we err. Common sense suggests we contrast the ideal with reality to prevent betrayed trust. Do you agree with me? If it happens, in any case, our conscience will be clear, and love will mitigate any feeling of despondency without clouding what is right.
I fear losing the anchor of the question and letting my thoughts fly off on tangents. I perceive a beautiful and wild world, full of life, color, and contrasts, to be cared for. This is the central perception and the respective position. As for society, I maintain the sacredness of the family and the care of traditions, especially those based on values such as friendship, filial love, solidarity, loyalty, reciprocity, and justice, oriented first to the individual good, and then to the collective. I consider it a fallacy to give preeminence to the collective as a cause since the latter is the direct consequence of self-love: no one can love the other if he does not love himself first. Therefore, the capacity to love the other is also based on our capacity to forgive and forget our own mistakes, since only when we love ourselves can we love and respect others.
I will end where I should have started, by thanking Holo-Lotus and @damarysvibra for the Who Am I? series, which you have conducted so aptly. While I have not been a regular during the proposed journey of self-exploration from ten weeks ago to the present. The times I have embarked on have been enriching. Meditating on the questions, besides being cathartic, helps to renew ideas and feelings in an attempt to be a better person for the good of those around me. I am very grateful.
A brief essay by @janaveda in Spanish and translated to English with www.deepl.com (free version)
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Me gustó mucho la manera de abordar este tema, con matices poéticos para mostrar la realidad. Una postura que comparto, todo comienza con el amor propio. Saludos cordiales.
Hola, @charjaim
Me alegra mucho que haya sido de tu agrado. Como dicen por allí: el mundo necesita amor, no guerra.
Gracias por pasar y dejar tan amable comentario.
Recibe un saludo afectuoso.
Cuando nos conocemos a nosotros mismos, entonces somos capaces de amarnos a nosotros mismos y a los demás. Me parece interesante y nos daría un mejor enfoque sobre cómo vemos el mundo.
En otro sentido, si el hombre fuera un lobo para el hombre, veríamos el mundo como en extinción, porque nos devoraremos unos a otros.
Veo el mundo como me veo a mí mismo.
Feliz tarde. Éxito.
Me gustó tu prisma para ver el mundo: un reflejo de sí mismo. Excelente.
Feliz tarde para ti también.
Adelante amigo y una mejor visión hacia el mundo.
Feliz tarde. Éxito.
Estoy muy de acuerdo contigo. Primero debemos amarnos nosotros mismos para amar a los demás y todo lo que nos rodea, pero me quede sonando esta oración "somos más los buenos; y de los malos..." afortunadamente habemos todavía muchas personas que nos centramos en sencillamente amar la vida y todo lo que esta nos trae. Fue un placer conocerte por medio de tu escrito, fue muy agradable leer todos tus pensamientos, gracias por compartirlo, saludos!
Gracias por sus palabras. Para mí, también fue un placer leer su comentario, y conocer un poquito de usted, al menos, en este tema.
Saludos, que pase un excelente día.
Salud Javier.
Comparto esta visión del mundo, hermoso y peligroso. Solo discrepo en disculpar el mal, achacándolo a la ignorancia, madre de tantos males.
Bien, los malos por ignorantes son redimibles y candidatos al perdón. Pero están los otros, los padres de la destrucción; los que orquestan las guerras, las estafas, las plandemias, los que venden venenos disfrazados de medicina o alimentos tóxicos.
No actúan por ignorancia, ni siquiera por necesidad. Soberbia, codicia y ansia de poder desmedido.
Lobos que no se sacian, caníbales a conciencia, depredadores de sus semejantes.
No creo que merezcan castigo, considero que son irrecuperables y sobre todo, demasiado peligrosos para encerrarlos y que puedan escapar.
La dificultad que enfrentamos, es que muchos de estos individuos tienen un poder tal, que ocupan el poder político, económico y hasta judicial, por lo que nunca será más oportuna la palabra de Jesucristo expresada en Mateo 10:16, ni olvidar las precedentes, desde 10:11.
Lo dejo aquí, con mis mejores deseos para Vos, @janaveda.
Celebro tu disenso al respecto, mi amigo. Y en tal sentido, entiendo que, no se puede estar de acuerdo en todo. Claro, las cosas son como son. Pues, ¿cómo disculpar el mal? Uno pudiera intentar comprender el por qué lo cometen, ¡pero absolverlos, no! Esto compete al juez supremo, a quien nada le es vedado.
En cuanto al grupo que refiere, el de la peor calaña, no te quito la razón. Todos tendrán lo que merecen, aquí, en esta vida, o en el más allá.
Saludos.
A veces sueño, imagino una rebelión de los corderos. Armados de colmillos, enfrentado y destrozando a los lobos.
Rebelde e impaciente, desespero de impaciencia por una justicia tan demorada.
En otras pienso que el Creador sabe más que yo y dejo así.