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Demasiado difícil. Lo viví con mi hijo durante las protestas post electorales. Gracias a Dios nuestras conversaciones en su chat estaban allí y fue nuestro boleto de salida. Porque ese deseo de fotografíar y grabar sucesos de esa magnitud debido a su profesión, dónde tus derechos no valen como profesional, me arrastraron a ese lugar indeseado con él.
Difícil. Muy difícil.