Es muy cierto que las experiencias infantiles están ahí, influyen en la posterior formación y desarrollo de nuestra personalidad, aunque no necesariamente la determinan. A mí juicio, un elemento que merca el peso de las experiencias infantiles es que en esa edad no tenemos claridad sobre como funciona el mundo, quienes somos... y como dependemos casi por completo de los adultos, los conflictos, ausencias, rechazos y también las presencias, satisfacción de necesidades básicas, amor, comprension dejan su huella en nosotros. Un saludo!
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