When he had16 he was an atypical girl.While all the other girls dealt with brands and fashion, a purely fashion existence, I was in my bubble and with it was fine. Little did the square heel shoes or a new dress to go to the disc;My school boots and my red pants were perfect to dance.After all dance was the important thing.What we were weighing my way of dressing did not take my dream as I did not affect my mood to be criticized, even for the family, for my preference for reading or cinema, for listening to Rock & Roll or because two days after turning fifteen years I made a haircut of Garçon hair.
Shortly after I arrived at the university to study art and among artists, self -expression is the bread of each day, in fact, if this is not as a creator you are dead.They were wonderful, uninhibited times, times to be and say without prejudices ... I graduated, grew, I welcomed the life of adults and with it came "the weight of others."
Certainly the human being, as an individual, longs for freedom to do and say but, as a social being, sometimes he is affected by scrutiny and no one escapes.When begun to assume ethical responsibilities, those tenderness of youth are left behind.Everything ceases to be radical and concessions begin to comply with a citizen stand. In addition to personality and speech consistent with how individual defines us, we are always going to play that social roll.We have an image that we project and on this idea is my point about @iriswrite's question.
If we were totally immune to "what will they say" we would not be participating in this initiative.Precisely because we need the opinion of others, not from the existential point of view, but to profile ourselves for better human relationships.So far the noble part of the matter that can then show the nails if we confuse the essential and lose our approach, allowing others to redefine us as individuals.
No, I can't say that I don't care what they think of me.I am a mother, a teacher, an artist, I have an influence on others who will always suggest behaviors according to pre -established parameters and this does not mean ceasing to be faithful to my identity.One thing is the correct social behavior and a very different one is to be influenced by gossip and other malicious comments that lead to self -limiting us in our genuine expression.
For my part, I walk down the street with headphones so that the music puts the rhythm to my day, sometimes dance or singing and they look at me, I still do not want to step on the lines on the sidewalk, I look with the clothes that I like whether or not to be fashionable;It is me, I remain with 16 but with another level of influences and another sense of responsibility.If the world thinks well, how good;If they think badly, how good.At least they think.But he will never lack the "good morning" from me.
The really important thing is what we do with what they think or say, what position we assume in the face of it, how much we allow us to affect us.But about this I will not give details because @roswelborges already told us masterfully in his post about this initiative.
What to do what will they say?This is a topic with a lot of fabric where to cut and many possible responses and all converge in being faithful to ourselves, doing good, putting the other cheek.It is, above all, to be happy beyond or simply answer singing as the Cuban, Gema and Pável troubadours, with the song "The Tongue" very in tune with this question.I share fragments.This is, in summary, my most jocular response:
(...) life after 30 seems like it goes,
The dreams that come and go,
girl do not believe that what they say is pure truth,
There are languages that tangle if they have malice if they have evil.
You have to bad and bad and how tangelier it is
That tongue of yours
You have to poisonous and that dangerous is
That tongue of yours (...)
(...) Give me a cigar that I want to snatch
Of your slander I want to forget
Keep gossiping because it doesn't matter to me
Your verbiage that tides to the abyss
There are people who live changing the sense of reality
It seems a lie but his life has no more na ′
Do not come with stories that you did not know what a shame it gives you
I do not get your old tangle your false goodness (...)
To another reflection.Thanks to @iriswrite for inviting us to this exercise of the criteria and arrive bathed in the rain with a good question in the hands.Thanks to #holos-lotus for being this space we can access to free ourselves from prejudices.
I take this opportunity to invite two interesting people who will surely have much to contribute to their ideas.They are @yuslenismolina and @lizandra.
All rights over text and photographs belong to me.
The Banners were designed by me through Canva.
Cuando tenía16 era una muchacha atípica. Mientras todas las demás muchachas se ocupaban de asuntos de marcas y moda, de una existencia puramente fashion, yo estaba en mi burbuja y con ello estaba bien. Poco me importaban los zapatos de tacón cuadrado o un vestido nuevo para ir a la Disco; mis botas de la escuela y mis pantalones rojos eran perfectos para bailar. Después de todo bailar era lo importante. Lo que pesaran de mi modo de vestir no me quitaba el sueño como tampoco incidía en mi ánimo el hecho de ser criticada, hasta por la familia, por mi preferencia por la lectura o el cine, por escuchar rock&roll o porque dos días después de cumplir quince años me hice un corte de cabello a lo garçon.
Poco después llegué a la universidad a estudiar arte y entre artistas la autoexpresión es el pan de cada día, de hecho, si no es así como creadora estás muerta. Fueron tiempos maravillosos, desinhibidos, tiempos para ser y decir sin prejuicios… Me gradué, crecí, fui bienvenida a la vida de los adultos y con ello llegó “el peso de los otros”.
Ciertamente el ser humano, como individuo, anhela libertad para hacer y decir pero, como ser social, a veces se ve afectado por el escrutinio y a ello no escapa nadie. Al comenzar asumir responsabilidades de tipo ético quedan atrás esas ternuras de la juventud. Todo deja de ser radical y se comienzan a hacer concesiones en bien de cumplir con un stándard de ciudadano. Amén de la personalidad y el discurso coherente con lo individual que nos define, siempre vamos a jugar ese roll social. Tenemos una imagen que proyectamos y sobre esta idea va mi punto a propósito de la pregunta de @iriswrite.
Si fuéramos totalmente inmunes al “qué dirán” no estaríamos ahora participando de esta iniciativa. Precisamente porque necesitamos de la opinión de los demás, no desde el punto de vista existencial, pero sí para perfilarnos en pro de mejores relaciones humanas. Hasta aquí la parte noble del asunto que luego puede mostrar las uñas si confundimos lo esencial y perdemos nuestro enfoque, permitiendo que los otros nos redefinan como individuos.
No, no puedo decir que no me importa lo que piensen de mí. Soy una madre, una profesora, una artista, tengo una influencia sobre los demás que siempre va a sugerir comportamientos acordes a parámetros preestablecidos y ello no significa dejar de ser fiel a mi identidad. Una cosa es la conducta social correcta y otra muy diferente es dejarse influir por chismes y otros comentarios malintencionados que conlleven a autolimitarnos en nuestra genuina expresión.
Por mi parte, camino por la calle con audífonos para que la música le ponga el ritmo a mi día, a veces bailo o canto y me miran, sigo sin querer pisar las líneas en la acera, me visto con la ropa que me gusta esté o no a la moda; soy yo, sigo siendo yo con 16 pero con otro nivel de influencias y otro sentido de responsabilidad. Si el mundo piensa bien de mí, qué bueno; si piensan mal, qué bueno. Al menos piensan. Pero nunca le faltará los “buenos días” de mi parte.
Lo realmente importante es lo que hacemos con lo que piensen o digan, qué postura asumimos ante ello, cuánto permitimos que nos afecte. Pero sobre esto no voy a dar pormenores porque ya @roswelborges nos habló magistralmente en su post a propósito de esta iniciativa.
¿Qué hacer con el qué dirán? Este es un tema con mucha tela por donde cortar y muchas repuestas posibles y todas confluyen en ser fieles a nosotros mismos, hacer el bien, poner la otra mejilla. Se trata, sobre todo, de ser felices mas allá o simplemente responder cantando como los trovadores cubanos, Gema y Pável, con la canción “La lengua” muy a tono con esta pregunta. Les comparto fragmentos. Esta es, en resumen, mi respuesta más jocosa:
(...) La vida después de los 30 parece como que se va,
por una vereda se escapan los sueños que vienen y van,
muchacha no creas que to' lo que dicen es pura verdad,
hay lenguas que enredan si tienen malicia si tienen maldad.
Hay que mala y mala y que enredadora es
esa lengua tuya
Hay que venenosa y que peligrosa es
esa lengua tuya (...)
(...) Dame un cigarro que me quiero arrebatar
De tus calumnias ya me quiero yo olvidar
Sigue chismeando porque a mi me da lo mismo
Tu verborrea que marea hasta el abismo
Hay gente que vive cambiando el sentido de la realidad
parece mentira pero es que su vida no tiene mas na′
no vengas con cuentos que tu no sabia que pena te da
a mi no me engaña tu vieja maraña tu falsa bondad (...)
Hasta otra reflexión. Gracias a @iriswrite por invitarnos a este ejercicio del criterio y llegar bañada por la lluvia con una buena pregunta entre las manos. Gracias a #holos-lotus por ser este espacio al que podemos acceder para liberarnos de los prejuicios.
Aprovecho para invitar a dos personas interesantísimas que, seguramente tendrán mucho que aportar al respecto con sus ideas. Ellas son @yuslenismolina y @lizandra.
Todos los derechos sobre texto y fotografías me pertenecen.
Los banners fueros diseñados por mí mediante Canva.
Qué reflexión tan poderosa sobre la búsqueda de autenticidad y la importancia de mantenerse fiel a uno mismo, incluso cuando el juicio ajeno intenta hacernos vacilar. Es admirable cómo describes ese contraste entre la juventud y la adultez, donde la libertad se va viendo moldeada por las responsabilidades y la necesidad de encajar en ciertos estándares sociales, pero siempre con un toque personal y único. 🎶✨
Tus palabras sobre cómo seguir siendo uno mismo, a pesar de las presiones externas, resuenan profundamente. A veces, la clave está en cómo manejamos las opiniones ajenas, sin dejar que nos definan, y solo permitiendo que nos inspiren o nos resbalen. 💪👏
La referencia a la canción de Gema y Pável es brillante, porque resalta esa actitud de no dejar que las lenguas venenosas nos afecten. Seguir siendo uno mismo, con o sin aprobación, siempre es lo más valioso. ¡Gracias por compartir esta reflexión tan honesta y llena de sabiduría! 💖
Wow!!! Me dejas sin palabras. Gracias por tu comentario hermoso. Me emociona ❤️. Abrazos de luz !!!
Gracias por abrirnos tu mundo de sentimientos. En la adolescencia es más difícil de zafarse de las miradas y juicios y el camino del arte es único. Hermoso post. Un abrazo
Gracias a ti por esta iniciativa 🙏🏻😘😘🫂
Gracias por la invitación mi niña
Un privilegio será leerte como siempre
😘😘😘😘😘
Andaaa!!!, reflexión sincera, anécdotas interesantes, fotos bellas. Good!
Gracias, amigo mío . Es un placer recibir tu comentario . Abrazos de luz !!!
¡No permitas que nadie corte tus alas!
¡Déjales que hablen y sonríeles!
Lo intentaré y a pesar de todo sigo volando
¡Vuela siempre!
De tu mano llego a las más encumbradas alturas
❤️🥰😘
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
❤️🥰😘
Sabes que te amo ? ❤️
❤️
Poderosa tu reflexión, no somos inmunes a la opinión de los demás, pero si podemos decidir que hacer con ello. Al final la vida es nuestra y si nos quedamos con las ganas ninguna cantidad de aceptación social va a cambiar eso. Por eso es tan importante hacer lo que nos guste, a veces a despecho de la opinión ajena.
Exacto. De eso se trata. Gracias por pasar y comentar.
Qué importante es la autenticidad.
La marca personal es inviolable para la creatividad y para lograr el gusto por lo que somos y hacemos.
Excelente post, @maiasun84