La armonía que yace en la pausa - The harmony that lies in the pause

in Holos&Lotus5 months ago


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El motor del auto rugía con furia, sus engranajes girando a toda velocidad, mientras mi prisa por llegar a algún destino se reflejaba en cada aceleración que le impregnaba.

En la radio, las voces sabias resonaban, sus consejos se filtraban entre la prisa y la ansiedad de alcanzar ese lugar desconocido.

Entre todas las palabras guardadas en lo más profundo del alma, existen aquellas de una quietud sublime, como la serenidad, la alegría y la sensación de transitar el camino en compañía, paso a paso.

La belleza interna que emana de sentirse pleno y la sonrisa que se dibuja en los labios son verdaderamente maravillosas.


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Una idea se destacaba entre las demás, como un destello de luz en la vorágine del camino: la belleza de lo que somos al servicio de todos, la sencillez de una vida basada en la verdad de la unión y el servicio, prometiendo la realización de los anhelos más profundos.

Consciente de la maraña de teorías que había acumulado, me detuve un instante en la vía para reírme de mi propia vorágine mental y pedir paciencia al universo. Pisando a fondo el acelerador, los tambores de la radio llenaron el habitáculo, sumergiéndome en un éxtasis sonoro que me transportó más allá de las estrellas, devolviéndome una sonrisa perdida en la vorágine diaria.

La luminosidad del momento contrastaba con la voracidad de la autopista, que exigía más velocidad, mientras mi cuerpo recordaba sus necesidades humanas más básicas en el momento menos oportuno, algo que es inevitable.

Finalmente, divisé la gasolinera, mi salvación temporal, y tras un breve paso por el baño, me enfrenté al reflejo de mi rostro en el espejo. La belleza se asomaba entre el cansancio, revelando grietas en el brillo fingido de la rutina.


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Observé mi máquina con orgullo, lista para alcanzar la velocidad de crucero que prometía un viaje sin pausas, pero una sensación incómoda se abrió paso en mi ser, recordándome la necesidad de descansar de la implacable carrera hacia algún destino incierto.

¿Quién aguardaba mi llegada en ese lugar desconocido y solitario? Mis pensamientos se entretejían con la brisa marina que anunciaba una playa cercana, donde las garzas danzaban en el cielo con gracia y libertad.

Sentada en la arena, observando el vaivén de las olas, me sumergí en la contemplación de la naturaleza en pleno esplendor, sintiendo el apoyo firme de la arena, escuchando el susurro del mar, sintiendo la caricia de la brisa salobre que acariciaba mi cuerpo y dejando que cada instante se desplegara ante mis sentidos.

En ese remanso de paz, sonrió internamente al comprender que no había motivo para la prisa desenfrenada, que la respiración pausada era un bálsamo para el alma agitada por la velocidad que impregné para llegar hasta allí.

Aceptando la incomodidad de la desaceleración, inhalé profundamente, permitiendo que el dolor se disolviera con cada exhalación. Fue entonces cuando, en el silencio de mi ser, un movimiento sutil, como un taichi interno, se manifestó, recordándome la armonía que yace en la pausa, en el instante presente donde el tiempo se diluye y la serenidad se revela en todo su esplendor.

 

The harmony that lies in the pause


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The car's engine roared furiously, its gears turning at full speed, while my haste to reach some destination was reflected in every acceleration I imbued it with.

On the radio, wise voices echoed, their advice filtering through the rush and anxiety of reaching that unknown place.

Among all the words kept deep in the soul, there are those of sublime stillness, like serenity, joy and the sensation of walking the road in company, step by step.

The inner beauty that emanates from feeling fulfilled and the smile on one's lips are truly marvellous.

One idea stood out among the others, like a flash of light in the maelstrom of the road: the beauty of who we are in the service of all, the simplicity of a life based on the truth of union and service, promising the realisation of the deepest longings.

Aware of the jumble of theories I had accumulated, I stopped for a moment on the road to laugh at my own mental maelstrom and ask the universe for patience. Putting the pedal to the metal, the drums of the radio filled the cabin, immersing me in a sonorous ecstasy that transported me beyond the stars, giving me back a smile lost in the daily maelstrom.


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The luminosity of the moment contrasted with the voracity of the motorway, which demanded more speed, while my body remembered its most basic human needs at the least opportune moment, something that is inevitable.

Finally, I spotted the gas station, my temporary salvation, and after a brief stop at the bathroom, I faced the reflection of my face in the mirror. Beauty peeked through the fatigue, revealing cracks in the feigned glow of routine.

I gazed proudly at my machine, ready to reach the cruising speed that promised a non-stop journey, but an uneasy sensation crept into my being, reminding me of the need to rest from the relentless race to some uncertain destination.


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Who awaited my arrival in this unknown and lonely place? My thoughts intertwined with the sea breeze that heralded a nearby beach, where herons danced gracefully and freely in the sky.

Sitting on the sand, watching the swaying of the waves, I immersed myself in the contemplation of nature in full splendour, feeling the firm support of the sand, listening to the whisper of the sea, feeling the caress of the salty breeze caressing my body and letting each moment unfold before my senses.

In that haven of peace, I smiled internally when I realised that there was no reason for unbridled haste, that the slow breathing was a balm for the soul agitated by the speed that I imbibed to get there.

Accepting the discomfort of slowing down, I inhaled deeply, allowing the pain to dissolve with each exhalation. It was then, in the silence of my being, that a subtle movement, like an internal taichi, manifested itself, reminding me of the harmony that lies in the pause, in the present moment where time melts away and serenity reveals itself in all its splendour.

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Creo entender la pausa de la que hablas, cuando de pronto todo parece detenerse y sólo estás tú, desacelerando los latidos de tu corazón, respirando profundo y entendiendo que no hay nada más valioso que ese momento en el que estás en plena conciencia, sabiendo que no hay prisa que valga la pena. Cuando logro esos momentos, pienso "debería hacer esto con más frecuencia."

Saludos, me encantó la narrativa.

Exactamente, a veces no entendemos que debemos hacer una pausa para poder continuar y comprender lo que no entendemos. Gracias por tu comentario.