Analizándome profundamente, como suelo hacerlo para realizar estos posts de reflexiones filosóficas que acostumbro hacer; me puse a meditar en que ante las experiencias de la vida, muchas veces no nos damos tiempo para asimilar las cosas que nos pasan o acontecen; por lo mismo tenemos problemas para analizarnos a nosotros mismos, a los demás y a las situaciones que nos ocurren; y ello nos dificulta enormemente el proceso de alcanzar el éxito en nuestras vidas.
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Paciencia hacia nosotros mismos
Lo que estoy diciendo, lo hago desde el más estricto punto de vista de mi experiencia personal, pero pasa que me he dado cuenta de que muchas veces los seres humanos no nos tenemos paciencia a nosotros mismos. ¿Pero qué lo origina?... ¿En qué fallamos?...
Antes de explicar eso debemos partir de la base de que no somos perfectos, todos lo sabemos, pero todo el mundo parece olvidarlo por momentos. Así que partiendo de allí, es más fácil ser un poco más benevolentes con nosotros mismos en cuanto a muchos ámbitos de nuestras vidas.
Ahora sí, hablemos respecto a lo que origina que no nos tengamos paciencia a nosotros mismos. Yo particularmente creo que algunas personas (muchas personas), somos muy perfeccionistas en ocasiones; y eso es lo que nos juega en contra y nos dificulta salir adelante en ciertos ámbitos de nuestras vidas. Queremos tener todo bajo control, queremos que todo sea perfecto; y ello nos genera una ansiedad nada saludable y, por supuesto, nada normal.
Pero lo explicado hasta ahora es un mal común de nuestros días, y la mayor prueba de todas es el estrés. O sea, cuando vemos que personas de todo el mundo sufren altos niveles de estrés originados antes sus expectativas ante la vida.
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Controlar las expectativas y la reducción del estrés
Es lógico pensar que todos queremos lograr grandes cosas en la vida; o sea, es comprensible que todos los seres humanos queramos lograr metas ambiciosas, ya sea propiedades, dinero, afecto, logros académicos, o de cualquier otro tipo; pero ello no es el problema en todo esto.
El grave (muy grave) problema en esto esto que explico, es el no saber controlar nuestros niveles de expectativas en relación con lo que humanamente somos capaces (y nos sabemos capaces) de lograr en un tiempo dado; ya que lo acabado de mencionar es precisamente lo que nos causa altos niveles de estrés emocional.
Por tanto, percibir y comprender el desbalance y la desconexión entre lo que queremos o ambicionamos y lo que realmente somos capaces de lograr es la clave para salir airosos en cualquier cosa en la vida. Pero el asunto o meollo es que ello implica que entendamos nuestras propias capacidades personales, y esto es un ámbito en el que la mayoría de los seres humanos muchas veces fallamos al autoanalizarnos; ya que por costumbre, la mayoría de las personas cometen uno de dos errores: 1. O sobrestiman sus propias capacidades, o 2. Se subestiman a sí mismos.
Esto genera la complicación de que técnicamente, la mayoría de la gente en este mundo no puede identificar en un primer momento lo que realmente es capaz de hacer por alcanzar sus ambiciones de aquello que no; pero siguen creyendo obstinadamente que sí lo son...
Al no saber sus capacidades y no controlar sus niveles de expectativas, entonces surgen la frustración y el fracaso. Así que esto demuestra lo fundamental de controlar nuestros niveles de expectativas en la vida; ya que además de permitirnos alcanzar el éxito en lo que ambicionamos alcanzar, nos permitirá reducir el estrés.
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Conociendo nuestras propias capacidades: Lo que implica
Pero hay que entender que conocer nuestras propias capacidades personales en un momento dado, no habla ni se trata de limitar nuestro propio potencial de crecimiento y progreso. De lo que se trata aquí, es de que es importante conocer nuestras capacidades actuales para saber si es posible alcanzar lo que queremos a través de ellas.
Ya que si hablamos de potencial, todo el mundo tiene potencial de lograr grandes cosas en su vida; así que el potencial en sí mismo resulta un concepto tan banal y tan incomprendido como poco relevante en un primer análisis. Ahora, respecto a conocer nuestro propio potencial, es fácil darnos cuenta de que requiere que realicemos un proceso de autoconocimiento profundo, y extremadamente sincero (y sin tapujos), para entender y reconocer cuáles son nuestras actitudes, virtudes y vicios en general.
Así que también es fácil prever que esto es fundamental si queremos que nuestras expectativas estén en función de nuestras capacidades actuales, o si debemos ajustarlas para alcanzar nuestras metas. El asunto es que si nuestras expectativas en la vida son altas, debemos ver si nuestras capacidades son las suficientes y necesarias para alcanzarlas de manera efectiva; ya que de no ser así, entonces tendremos que mejorar en los ámbitos o áreas de nuestra vida donde corresponda.
Y si no estamos dispuestos a mejorar para alcanzar nuestras metas, entonces deberemos ajustar nuestras expectativas, reduciéndolas para no terminar frustrados, cansados y fracasados. Así que la paciencia para entendernos en un nivel profundo será indispensable en todo el proceso acabado de explicar.
Ahora, yo siempre soy partidario de mejorar y autoanalizarnos a nosotros mismos de manera frecuente; ya que creo, pienso y sé que esto es la base de la excelencia y el éxito en todo lo que nos propongamos.
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