Tacleando todavía y con cuidado el tema de la verguenza, vamos a seguir descomprimiendo esta emoción, así como la manera en que se crea esa dinámica entre nosotros y este sentimiento tan poderoso.
Tener depresión durante años te hace sentir bastante de eso. Te empapa hasta que ya no sabes diferenciar entre lo que eres tú y lo que son tus emociones. Ciertas enfermedades mentales te hacen perder oportunidades en la vida. Una insensibilidad sistemática a las emociones en nuestra civilización, especialmente si eres hombre, hace la recuperación más lenta. Cuando por fin logras algún avance, la verguenza da lugar al orgullo.
"¡Ha! ¡Toma eso depresión, ahora tendré una vida normal!"
Salimos de nuestra cueva personal y decimos
"A partir de ahora comere saludable, dejaré las redes sociales, y haré ejercicio todos los días SIN FALTA"
Al primer día estamos motivados. Algunas cosas las logramos, otras no... se nos siembra la duda. ¿Tal vez nos hemos equivocado? ¿Quizás todavía no somos dignos de nada?
Al día siguiente lo volvemos a intentar. Logramos todavía menos. La desesperación nos invade y la verguenza también. Más temprano que tarde, volvemos a nuestra caverna, cabizbajos, silenciosos. No decimos nada a nadie, para que no nos pregunten qué pasó con nuestros hábitos o metas de los que habíamos hablado con tanta fuerza.
¿Qué fue lo que ocurrió?
La vida ocurrió
El doctor y psiquiatra de la universidad de Harvard, Aloj Kanojia nos explica que en su experiencia clínica ha visto una tendencia en aquellas personas que sienten que se están quedando atrás por una u otras causas y es que suelen ponerse metas que no son realistas para compensar por el tiempo perdido.
Si tienes suerte, el sistema educativo te habrá dado alguna idea de que en la civilización actual necesitas optar por una carrera en algo. Te lo quedarás pensando antes de llegar a los 16 cuando al menos, en este lado del mundo, toque escoger una universidad. Sientes ansiedad por escoger la carrera correcta, pero no por compensar el tiempo perdido. No tienes apuro de nada, por lo que te permites enfocarte en tus sentimientos, tus intereses y tus pasiones. Con algo de suerte, eso te llevará a conocerte a ti mismo y reconocer tus prioridades, valores esenciales de modo que puedas escoger mejor la forma en que llevarás el resto de tu vida.
Pero si tienes 34 años y no tienes nada debido a una condición paralizante o bien alguna enfermedad, entonces sientes los segundos correr. La verdad, no es tan poco común como uno creería. Muchos han dejado opciones de lado por sorpresas de la vida, como a causa de accidentes como de cuidar de familiares enfermos. Pasa de todo en la vida.
¿Qué podemos hacer para no sabotearnos a nosotros mismos con nuestras ansias de librarnos de la verguenza, cuando has quedado atrás?
Practicando
Cuando te pones una meta difícil o muy difícil, en realidad depende del grado de experticia o práctica que tengas en ello. Para alguien que ha tenido 2 negocios, hacer un 3ero es bastante sencillo de planificar no solo mental sino también emocionalmente.
Cuando nisiquiera sabes como funciona un negocio, tienes apenas que empezar por investigarlo extensivamente y luego conocer el apartado emocional sobre la marcha; es decir, cuanto te va a costar enfrentarte a diferentes retos a la vez.
Si tu única meta es lograr un negocio, entonces solo te sentirás exitoso cuando lo tengas. ¿Qué hay de los pequeños pasos que diste para llegar hasta allí? ¿O el tiempo que invertiste? Porque tenemos una mente cruel a veces. Nos dice "Fulano se tardó menos en hacerlo..." y así conviertes tu logro en un fracaso, llenándote de verguenza.
Para volver a sentirnos como cuando teníamos todo el tiempo del mundo, libérate de esos objetivos irreales, porque lo que harán es comprimir la emoción de la verguenza cuando no logres hacerlos, poniéndote en serio riesgo de una recaída depresiva.
Bien y despacio: ¿Quieres hacer ejercicio todos los días? Empieza por 1 vez por semana. A lo mejor sientes que eso es muy poco y hasta condescendiente, pues me parece que subestimas el enorme poder emocional que tiene un mecanismo comprometido con crear y mantener hábitos. En otras palabras: No hacer ejercicio todos los días, es también un hábito para tu sistema y lo estás rompiendo. Vas a encontrar resistencia, especialmente cuando quieres implementar muchos hábitos a la vez.
Si te sentiste confiado a lo largo de las semanas, habrán días en que dijiste:"¿Sabes qué? Estoy motivado para hacerlo hoy también". Pues bien, en tu segunda semana lograste hacer ejercicio 2 o 3 veces. Entonces tu impulso será poner el mínimo en 2 veces por semana. Pues no, eso sería un error, porque como comentábamos, al crear un hábito estás rompiendo otro, cuando la resistencia aparezca de golpe te garantizo que te será difícil. Notarás que falltaste y la verguenza hará que lo abandones. Mantenlo en 1 vez por semana. De este modo siempre ganarás y mantendrás esa motivación corriendo. ¿Lograste hacerlo 4 veces por semana en varias ocasiones? Entonces es seguro subirlo a 2 por semana.
Nota esto: Cuando algo es fácil para ti, sentir verguenza no es algo que te preocupe. Simplemente sientes que es muy sencillo, ¿no es cierto? Pues en esas cosas que son fáciles, como caminar erguido, has tenido mucha mucha práctica durante años, ¿no es así? Pero nuestra ansiedad por resultados y el orgullo que nace de la misma verguenza nos quieren hacer sentir prodigios, lo que termina por estancarnos cuando no logramos nuestras irrealistas expectativas. Aún con todo, hay días que ni caminar queremos, así que nuestros planes casi nunca son tan estables como nos imaginamos.
Conclusión
Aún hay mucha tela que cortar, pero es una labor noble y útil. La vergüenza nos convierte a veces en personas mezquinas. Ansiosos por quitarnos un poco de esa sensación de encima, buscamos compararnos con todo a ver si en algo nos sentimos mejor que alguien para darnos tan solo un poquito de consuelo.
Vale mucho la pena dejarla atrás.
¡Un saludo!
Still carefully tackling the issue of shame, we are going to continue decompressing this emotion, as well as the way in which this dynamic is created between us and this powerful feeling.
Having depression for years makes you feel a lot of that. It soaks you until you no longer know how to differentiate between what you are and what your emotions are. Certain mental illnesses cause you to miss opportunities in life. A systematic insensitivity to emotions in our civilization, especially if you are a man, makes recovery slower. When you finally make some progress, shame gives way to pride.
"Ha! Take that depression, now I'll have a normal life!"
We come out of our personal cave and say
"From now on I will eat healthy, I will leave social media, and I will exercise every day WITHOUT FAIL"
On the first day we are motivated. Some things we achieve, others we don't... doubt is planted in us. Maybe we were wrong? Maybe we are still not worthy of anything?
The next day we try again. We achieved even less. Despair invades us and so does shame. Sooner rather than later, we return to our cave, crestfallen, silent. We don't say anything to anyone, lest they ask us what happened to our habits or goals that we had talked so strongly about.
What happened?
Life happened
The doctor and psychiatrist from Harvard University, Aloj Kanojia, explains to us that in his clinical experience he has seen a trend in those people who feel that they are being left behind for one reason or another: They tend to set goals that are not realistic to compensate for the lost time.
If you are lucky, the education system will have given you some idea that in today's civilization you need to opt for a career in something. You will be thinking about it before you reach 16 when at least, on this side of the world, you have to choose a university. You feel anxious about choosing the right career, but not about making up for lost time. You are not in a hurry about anything, so you allow yourself to focus on your feelings, your interests and your passions. With any luck, that will lead you to know yourself and recognize your priorities, essential values so that you can better choose the way you will lead the rest of your life.
But if you are 34 years old and have nothing due to a crippling condition or illness, then you feel the seconds ticking. The truth is, it is not as uncommon as one would think. Many have put options aside due to life's surprises, such as accidents or caring for sick family members. Everything happens in life.
What can we do to not sabotage ourselves with our desire to free ourselves from shame, when you are left behind?
Practicing
When you set a difficult or very difficult goal, it really depends on the degree of expertise or practice you have in it. For someone who had 2 businesses, starting a 3rd is quite easy to plan not only mentally but also emotionally.
When you don't even know how a business works, you just have to start by researching it extensively and then learn the emotional section as you go; That is, how much it will cost you to face different challenges at the same time.
If your only goal is to get a business, then you will only feel successful when you have it. What about the small steps you took to get there? Or the time you invested? Because we have a cruel mind sometimes. It tells us "Roger over there took less time to do it..." and thus you turn your achievement into a failure, filling you with shame.
To feel like we did when we had all the time in the world, free yourself from those unrealistic goals, because what they will do is compress the emotion of shame when you fail to achieve them, putting you at serious risk of a depressive relapse.
Nice and slow: Do you want to exercise every day? Start with 1 time per week. Maybe you feel that this is too little and even condescending. Well, it seems to me that you underestimate the enormous emotional power of a mechanism committed to creating and maintaining habits. In other words: Not exercising every day is also a habit for your system and you are breaking it. You're going to encounter resistance, especially when you want to implement many habits at once.
If you felt confident throughout the weeks, there will be days when you say, "You know what? I'm motivated to do it today too." Well, in your second week you managed to exercise 2 or 3 times. Then your impulse will be to set the minimum to 2 times a week. Well no, that would be a mistake, because as we mentioned, by creating a habit you are breaking another, when resistance suddenly appears I guarantee that it will be difficult for you. You will notice that you failed and the shame will make you abandon it. Keep it to 1 time per week. This way you will always win and maintain that motivation running. Did you manage to do it 4 times a week on several occasions? So it's safe to raise it to 2 per week. Keep this up and one day you'll wake up and your six pack will be there.
Note this: When something is easy for you, feeling shame is not something you worry about. You just feel like it's very simple, don't you? Well, in those things that are easy, like walking upright, you have had a lot of practice for years, haven't you? But our anxiety about results and the pride that is born from the same shame want to make us feel unique, like a movie character, which ends up stagnating us when we do not achieve our unrealistic expectations. Even with everything, there are days when we don't even want to walk, so our plans are almost never as stable as we imagine.
Conclusion
There is still a lot to cut about shame, but it is a noble and useful task. Shame sometimes turns us into mean people. Eager to get rid of that feeling a little bit, we try to compare ourselves with everything to see if we are better than someone else to give ourselves just a little bit of comfort.
It is well worth leaving it behind.
Best regards!