J.R.R Tolkien
Este post es un poco más personal que los demás, querido lector.
Verás, pronto estaré embarcándome en un viaje. Un viaje que me hace preguntarme y sentir las cosas de un modo diferente.
Permíteme hacerte una pregunta: ¿Alguna vez te has preguntado adonde se va el mundo cuando cierras los ojos? ¿Nunca te ha dado miedo cerrarlos, porque al abrirlos pudiera ser que ya nada esté allí?
Así se siente en parte, el observar aquellas cosas que dejas atrás.
Adiós
Cuando se acerca la fecha crucial es fácil detenerse ante aquellas cosas que fueron cotidianas durante años y reparar en lo fugaces que se han vuelto de repente. El suelo que nunca miras, la cerámica que otrora nisiquiera podías animarte a limpiar, ahora se vuelve extrañamente mística, como cuando vemos al conejo en las manos del mago cuando amenaza con hacerlo desaparecer.
Las plantas que constantemente has regado todos los días. El modo en que las cosas están ordenadas en la sala de tu casa. Los agujeros en las cortinas. O aquellas lagartijas que croaban misteriosamente en algún lado de la casa.
Todo eso se vuelve mágico con el simple pensamiento de que podrías nunca más regresar.
De repente, nos vemos obligados a dejar lo que hemos conocido siempre para aventurarnos en aquello que solo hemos oído nombrar como si de repente fueramos personajes encarnados en un libro sagrado de cuentos que nos contasen para ir a dormir.
Pero ya no soy un niño. Bueno, tú sabes como se siente eso. Esa sospecha que a partir de cierta edad se cierne, donde comprendes que los finales felices no están jurados para nadie, a pesar de los cuentos que trataban desesperadamente de ayudarte a dormir.
¿Estarán aquellas cosas que has dejado esperando por ti para cuando regreses de tu sueño?
Es gracioso: Todos los días viajamos en el tiempo 8 horas en el futuro cuando dormimos y tenemos la certeza de que todo seguirá allí cuando despertemos. Es tanto así que en realidad, eso nos preocupa enormemente... por las cosas que pudieran ocurrir si todo sigue allí todavía. Si nuestras emociones siguieran así de heridas. Si las personas que nos hirieron siguieran esperándonos.
Durante mucho tiempo viví en ese sueño. Sí. En muchos aspectos mi depresión fue disolverme en las distracciones hasta que algo pasara. Muchos días esperaba cerrar los ojos para que cuando los abriera aquellas emociones ya no estuviesen allí. Durante tantos años no supe que hacer salvo aprender a despertar.
Hoy, lo he hecho. Mi depresión está dejando de existir y ahora enfrento otro tipo de disolución; De lo que siempre conocí. Es una aventura a lo desconocido al estilo del señor de los anillos.
Recuerdo que cuando vi la trilogía del Hobbit pensaba que el protagonista, Bilbo, era bastante cobarde. Pero esta experiencia me hace entrar más en los zapatos de ese personaje que durante toda su vida solo conoció un hogar y a algunas personas. Simplemente sabía lo que iba a encontrar cada vez que abriera los ojos o cada vez que abriera la puerta de su casa. Sabía exactamente qué esperar de cada persona o de cualquier circunstancia que revolviera en torno a su comarca.
De repente, se le ofrece un viaje a lo desconocido. Entra en contacto con un dolor sutil, del estancamiento. De la monotonía. Pero entonces la idea de ponerlo todo en riesgo vuelve incluso su casa de años en algo muy diferente. Era como si recien se hubiese mudado allí porque... puede que jamás volviera nunca más.
Así que lo admito, querido lector. Aquí, a las puertas de una gran aventura. En realidad no soy el mago sabio, ni enanos valientes, ni elfos estoicos. En realidad soy un Hobbit. Pero si algo espero tener de ese entrañable protagonista es las ganas y la pasión de dar mi mejor esfuerzo. Y que si incluso un día vuelvo a mi comarca, esté dispuesto a no ser la misma persona que se fue.
J.R.R Tolkien
This post is a little more personal than the others, dear reader.
You see, soon I will be embarking on a journey. A trip that makes me wonder and feel things in a different way.
Let me ask you a question: Have you ever wondered where the world goes when you close your eyes? Have you ever been afraid to close them, because when you open them nothing might be there anymore?
That's what it feels like, in part, to observe those things you leave behind.
Farewell
When the crucial date approaches, it is easy to stop at those things that were everyday hassles for years and notice how fleeting they have suddenly become. The floor that you never look at, the ceramic that once you couldn't even bring yourself to clean, now becomes strangely mystical, like when we see the rabbit in the magician's hands when he threatens to make it disappear.
The plants that you have constantly watered every day. The way things are organized in your living room. The holes in the curtains. Or those lizards that croaked mysteriously somewhere in the house.
All of that becomes magical with the simple thought that you might never return.
Suddenly, we are forced to leave what we have always known to venture into what we have only heard about as if we were suddenly characters in a sacred book of stories told to us to go to sleep.
But I'm not a child anymore. Well, you know how that feels. That suspicion that looms after a certain age, where you understand that happy endings are not guaranteed for anyone, despite the stories that desperately tried to help you stay calm.
Will those things you have left wait for you when you return from your dream?
It's funny: Every day we time travel 8 hours into the future when we sleep and we are sure that everything will still be there when we wake up. It's so much so that in fact, it worries us greatly... about the things that could happen if everything is still there. If our emotions were still so wounded. If the people who hurt us kept waiting for us.
For a long time I lived in that dream. Yes. In many ways my depression was dissolving into distractions until something happened. Many days I hoped to close my eyes so that when I opened them those emotions would no longer be there. For so many years I didn't know what to do except learn to wake up.
Today, I have done it. My depression is ceasing to exist and I now face another type of dissolution; From what I always knew. It is an adventure into the unknown in the style of Lord of the Rings.
I remember that when I saw the Hobbit trilogy I thought that the protagonist, Bilbo, was quite a coward. But this experience makes me enter more into the shoes of that character who throughout his life only knew one home and a few people. She just knew what he was going to find every time he opened his eyes or every time he opened the door of his house. He knew exactly what to expect from each person or from any circumstance that revolved around his shire.
Suddenly, he is offered a journey into the unknown. He comes into contact with a subtle pain, of stagnation. Of monotony. But then the idea of putting it all at risk turns even his old home into something very different. It was like he had just moved there because...he might never come back again.
So I admit it, dear reader. Here, at the doors of a great adventure. In reality I am not the wise wizard, nor brave dwarves, nor stoic elves. I'm actually a Hobbit. But if there is one thing I hope to have from that endearing protagonist, it is the desire and passion to give my best effort. And that if even one day I return to my shire, I be willing to not be the same person who left.
Te deseo todo el éxito del mundo en lo que vayas a hacer 🤗, no es fácil tomar ciertas decisiones, pero a veces son necesarias. Saludos, @selftheist 🙌.
@tipu curate 4
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