Iniciativa: El molde de los santos / Iniciativa: The cradle of a saint (SPA/ENG)

in Holos&Lotus8 months ago

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Los placeres del amor son siempre en proporción a nuestros miedos. - Stendhal



Uno pensaría que el querer acercarse a Dios te haría la mejor persona del mundo porque, se supone, con buenas evidencias, que el amor de Dios es infinito. Después de todo aquí estamos tú y yo a pesar de nuestros defectos y carencias, teniendo esos pensamientos extraños u otras veces impulsos incómodos que escondemos celosamente, pero que de todas maneras no evitan que haya un mañana, un espacio que nos contenga o un sol que amanezca.

Hace poco en post anteriores toqué el tema de la falsedad y de la identidad. Hoy leí la espléndida iniciativa de @damarysvibra y recordé una máscara que me puse con mis mejores intenciones, pero que trajo indecible miseria a mi vida.

Antecedentes

Siendo el menor de tres hermanos en una familia cristiana, la búsqueda de lo espiritual era algo de lo que se hablaba todos los días: Las maneras de encontrar a Dios, de prevenir el pecado y los castigos que conllevaban. Desde muy tierna edad se me dijo que todo lo malo que ocurría en la vida se debía al pecado y que por lo tanto debía evitarse como si fuera la peste. En este momento reflexiono sobre el efecto que semejantes ideas, dichas literalmente a una mente en desarrollo, tuvieron para mi.
Eso significaba que si algo malo te ocurría es porque alguna oscuridad habías desarrollado, a través de la cual el diablo, siempre asechante, iba a tomar partido para hacerte la vida imposible. Encima, en la iglesia se manejaba el discurso de que Dios se entristecía amargamente con nuestros pecados.

Así, comenzó a gestarse mi identidad como santo de Dios.

A pesar de como pudiera sonar para el amable lector, este post no es un ataque a la religión cristiana. Al contrario, incluso la ciencia, del modo en que es predicada hoy, es de detrimento a la sociedad debido a su obsesión imparable con el progreso. Las palabras están allí, pero simplemente a veces decidimos interpretarlas de la manera más perjudicial posible a causa del temor. Otro tanto hacemos con nuestras vidas: Está allí frente a nosotros, pero en algún momento decidimos percibirla como algo horrible y es así como la llevamos adentro.

Así, un santo de Dios fue mi elección personal y como tal debía ser impecable. Siempre vigilante con lo que hacía, decía y otro tanto con lo que pensaba, lo que desencadenó en una terrible neurosis y sufrimiento que no hicieron más que hacer todo lo contrario, quitarme más control sobre mí mismo por el simple hecho de que lo hacía por el más grande temor de ser rechazado por Dios y por sus santos, ergo, siendo digno del castigo eterno del que seguro hemos escuchado todos.

No faltaban las predicaciones donde se sopesaba la idea de que por no haber pedido perdón por los pecados en la mañana, teníamos un terrible destino si en un accidente no alcanzábamos a arrepentirnos por un mal pensamiento, pues tal pecado iba a llegar a la presencia de Dios en nuestra muerte, momento en que ya era demasiado tarde para arrepentirse.

Consecuencias

Como hemos estudiado en este blog sobre procesamiento emocional y neuro-ciencia, acumular emociones negativas lleva a la mente a un estado constante de distracción y a la pesadez del cuerpo. La irritabilidad no tarda en convertirse en odio que más temprano que tarde es llevada a uno mismo porque uno es el pecador y ofensor. Es así que una mente que en sí ya está buscando problemas para no mirar adentro se consigue con unos cuantos. Ansiedad o depresión, por nombrar algunos.

Ya pasada mi adultez y de tanto intentar, entonces me di cuenta que la promesa que me habían inculcado no se me había cumplido porque se suponía que si hacía mi mejor esfuerzo por permanecer puro me iba a ir bien en la vida. Desde luego, una salud mental deteriorada se pondría en el camino de todo eso así que aquella identidad se rompió. No era suficiente ser puro para ser feliz.

Ese no fue el final de la historia, sino una sobrecompensación que me llevó al ateismo, si es que no al otro extremo. Busqué incluso apoyo en el luciferianismo religioso hasta que me di cuenta que era muy parecido a lo que había dejado porque "Si haces esto te ira bien pero si haces esto te ira mal", dictado por alguna deidad invisible y con algún portavoz tanto más desconocido.

Dándome cuenta de ello opté por simplemente tratar de encontrar alguna respuesta por mis propios medios. Me encontré con la filosofía, que me terminó pareciendo vacía (Solo te hablan de algunas personas y de como pensaban), hasta que me topé con el taoismo, que se me hizo tan asombrosamente diferente y curativa que incluso hoy sigo escuchando audiolibros de Lao Tse.

¿Por qué?

Porque el taoismo aprende de la naturaleza y simplemente, todo lo que ves, sientes o percibes, incluso con los ojos cerrados, es naturaleza. Pero más importante es la humildad. Siempre puedes confiar en alguien que no se toma a sí mismo demasiado en serio.

En resumen, todos nos podemos identificar con el sonido de la lluvia, la inmensidad del mar o el murmullo del río y aprender de ello. Entonces notarás que la naturaleza no intenta culparte de nada, ni obligarte a nada. No lo necesita, porque tú también eres parte de ella. Lo que eres lo demostrarás y no nada puedes hacer para evitarlo.

¿Llegué entonces a perder mi identidad?

Aún necesito desprenderme de esa vieja necesidad de querer convencer a todo el mundo, dando consejos que nadie me pide, pero trabajo en eso.

"No creas que un ser iluminado tiene la ambición de iluminar a aquellos que no son conscientes. Para él no hay yo ni hay otro y por lo tanto a nadie a quien iluminar", diría Lao Tse. Pero hay un problema. Yo ya no quiero creer lo que me digan que crea. Por eso estoy en búsqueda de esa experiencia por mi propia cuenta.
Lo que hoy se conoce como enlightment.

Así termina mi aporte para esta iniciativa. Espero que mi breve testimonio a alguien le haya servido de algo.

¡Un gran saludo!

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The pleasures of love are always in proportion to our fears. - Stendhal



One would think that wanting to get closer to God would make you the best person in the world because, it is assumed, with good evidence, that God's love is infinite. After all, here we are, you and I, despite our defects and shortcomings, having those strange thoughts or other times uncomfortable impulses that we jealously hide, but that in any case do not prevent from being a tomorrow, a space that contains us or a sun that rises each morning.

Recently in previous posts I touched on the topic of falsehood and identity. Today I read @damarysvibra's splendid initiative and remembered a mask that I put on with my best intentions, but that brought unspeakable misery into my life.

Background

Being the youngest of three brothers in a Christian family, the search for the spiritual was something that was talked about every day: The ways to find God, to prevent sin and the punishments that came with it. From a very young age I was told that everything bad that happened in life was due to sin and therefore should be avoided like the plague. At this moment I reflect on the effect that such ideas, spoken literally to a developing mind, had on me.
That meant that if something bad happened to you it was because you had developed some darkness, through which the devil, always lurking, was going to use to make your life impossible. Furthermore, in the church there was a discourse that God was bitterly saddened by our sins.

Thus, my identity as a saint of God began to take shape.

Despite how it may sound to the gentle reader, this post is not an attack on the Christian religion. On the contrary, even science, the way it is preached today, is detrimental to society due to its unstoppable obsession with progress. The words are there, but sometimes we simply decide to interpret them in the most damaging way possible out of fear. We do the same with our lives: It is there in front of us, but at some point we decide to perceive it as something horrible and that is how we carry it inside.

Thus, a saint of God was my personal choice and as such I had to be impeccable. Always vigilant with what I did, said and equally with what I thought, which triggered a terrible neurosis and suffering that did nothing but do the opposite, taking away more control over myself for the simple fact that I was doing it for the greatest fear of being rejected by God and his saints, ergo, being worthy of the eternal punishment that we have all surely heard about.

There was no shortage of sermons where this idea was offered: That if we had not asked for forgiveness for our sins in the morning, we were at risk of receiving a terrible fate if in an accident we were not able to repent for a bad thought, since such a sin would come to the presence of God in our death, when it was too late to repent.

Consequences

As we have studied in this blog about emotional processing and neuro-science, accumulating negative emotions leads the mind to a constant state of distraction and heaviness of the body. Irritability soon turns into hatred that sooner rather than later is brought to oneself because one is the sinner and offender. Thus, a mind that itself is already looking for problems so as not to look inside is met with some. Anxiety or depression, to name a few.

Already past my adulthood and after trying so hard, I realized that the promise that had been instilled in me had not been fulfilled because it was assumed that if I did my best to remain pure I would do well in life. Of course, deteriorating mental health would get in the way of all that so that identity was broken. It was not enough to be pure to be happy.

That was not the end of the story, but rather an overcompensation that led me to atheism, if not the other extreme. I even sought support in religious Luciferianism until I realized that it was very similar to what I had left behind because "If you do this it will be good for you but if you do this it will be bad for you", dictated by some invisible deity and with some spokesperson all the more unknown.

Realizing this, I chose to simply try to find some answer on my own. I found philosophy, which ended up seeming empty to me (they only tell you about some people and how they thought), until I came across Taoism, which seemed so amazingly different and healing that even today I still listen to Lao Tzu audiobooks.

Why?

Because Taoism learns from nature and simply, everything you see, feel or perceive, even with your eyes closed, is nature. But more important is humility. You can always trust someone who doesn't take themselves too seriously.

In short, we can all identify with the sound of the rain, the immensity of the sea or the murmur of the river and learn from it. Then you will notice that nature does not try to blame you for anything, nor force you to do anything. It doesn't need it, because you are also part of it. You will demonstrate what you are and there is nothing you can do to avoid it.

Did I then lose my identity?

I still need to get rid of that old need to want to convince everyone, giving advice that no one asks for, but I'm working on that.

"Do not believe that an enlightened being has the ambition to enlighten those who are not conscious. For him there is no self nor other and therefore no one to enlighten," Lao Tzu would say. But there is a problem. I no longer want to believe what they tell me to believe. That's why I'm looking for that experience on my own.
What is known today as enlightment.

This is how it ends my contribution to this initiative. I hope my brief testimony has been of some use to someone.

A big greeting!

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Buen post hermano, interesante

@tipu curate 5

Me alegra que te haya gustado amigo. ¡Gracias por tu apoyo!