Roy T. Bennett
Justamente venía a hablar sobre este tema cuando por fortuna resultaba ser una iniciativa para este mes en esta hermosa comunidad. De hecho, uno de los motivos por el que publico aquí, es porque siento que estamos todos enfocados en el mismo tema: Quienes somos y, el por qué de nuestros consistentes desaciertos.
Estos últimos días me he encontrado con un beneficio accidental de no estar tan ahogado en mis emociones comprimidas: Los recuerdos tienen un peso mucho más importante en mi toma de desiciones.
Verás, como yo, posiblemente no sepas por qué, pero hay emociones que tenemos el hábito de no dejar ir. Es decir, cuando alguien hace algo en específico o cuando nos ocurre algo en particular, tenemos la costumbre de guardar un sentimiento. Tomemos como ejemplo el rencor. Como portador del miedo al rechazo, he notado que este o sus variantes (que se sienten igual o similar) provocan en mí la necesidad de sentir odio y desprecio cuando eso pasa, en conjunto con una intensa sensación de tristeza.
Esto, perfectamente suena a algo que haría un niño, porque en efecto, en algún punto de mi niñez empecé a hacerlo y no me detuve. Toda una estructura emocional se erigió para ponerlo en práctica sin siquiera darme cuenta. Desde luego, hay un pequeño problema con eso: La ansiedad y la depresión.
Las mecanicas del miedo
Ofenderse es simplemente la predisposición emocional a reaccionar ante circunstancias donde nos tocan un nervio sensible. Desde muy chico me habían enseñado a no demostrarlas para no ser objeto de burla pero, eso no hizo que las emociones desaparecieran y así nos topamos con lo que se conoce como "compresión emocional". Si tienes miedo comprimido, el mundo pasará a través del filtro del miedo.
¿Te ha pasado? ¿Que el mundo te parece un sitio hostil, inseguro, peligroso y que por ello has puesto en espera muchas cosas en tu vida?
Desde luego que no estamos hablando de prudencia, sino que el más mínimo riesgo sea suficiente para disuadirnos.
Desde luego, el amable lector se estará preguntando que tiene que ver todo esto con la consciencia. Pues bien, cuando las emociones se comprimen, el cerebro debe utilizar buena parte de sus recursos para tratar de estabilizar el sistema. Aquellas cosas que dejamos pendientes en el corazón siempre regresan de alguna manera. Quien esté enamorado sabe lo dificil que es prestar atención por las veces en que tu mente es invadida por esa persona tan ahelada. Pues es el mismo caso con el miedo, la ira y todas las demás.
Eventualmente, esas emociones impregnan todo a nuestro alrededor y devoran nuestros recuerdos. Con lo fácil que es que la mente evada los recuerdos desagradables, no es dificil sentir que los peores momentos de nuestras vidas, al prolongarse, se sientan como un agujero en blanco donde no hubo "nada" más que un intenso bucle de negatividad y anhedonia.
Consciencia
¿Y qué ocurre cuando pensamos en alguien que necesita ayuda? Aquí entramos en el tema de la consciencia.
¿Qué ocurre cuando pensamos en el desarrollo sostenible, o en el futuro?
Pues que tienen que pasar primero por las emociones que no hemos dejado ir. El miedo, para en seco todas las oportunidades porque para eso está diseñado: Para escapar. Es una emoción en la que hay muchísimo dinero. Canales enteros en Youtube están prosperando a punta de abordar temas que atemorizan a la gente y los exageran con la intención de mantenerte observando. El mundo del crypto es otro, por su volatilidad. El miedo anhela una sensación de estabilidad que no existe en este ámbito porque hay demasiadas variables en juego y ni hablar de geopolítica, pero aún así espera conseguirlo, de modo que te mantiene enganchado.
Es un miedo diseñado hace 100.000 años, cuando esa estabilidad era sencilla de obtener. Te daba miedo por haber escuchado algo en la selva, te alejabas y ya. Por quitarnos el miedo también hemos hecho cosas bastante crueles con aquellos que no nos inspiraban confianza. Aún lo hacemos. Es una respuesta de lucha y huida, de modo que tenerlo dentro constantemente y hacer de esa sensación un hábito es la receta para la amargura, la envidia y el resentimiento.
Practicando
Intenta esto, con cualquier emoción que periódicamente te de un problema. Obsérvalo, como dicen, sin juzgar. No intentes reprimirlo. No digas, "ah, otra vez siento esto de nuevo. Qué horrible", pues eso es utilizar la ansiedad, sumando más al problema. Solamente relájate en el rincón infinito de tu propia mente y mira, como cuando recibes el abrazo de una persona amada y te permites sentir la calidez en tu pecho moviéndose por todo tu cuerpo. Deja que pase a través de ti, como una ducha relajante que tomas después del trabajo. Relájate en ello. Piérdete en la sensación como si estuvieras dispuesto a sentirla toda tu vida.
¡Voilá! Se ha ido. ¿Adonde? No tengo ni la menor idea. Si quisiera crear una explicación de forma escueta, diría que has logrado procesar esa emoción aún despierto. Si es una emoción muy fuerte, lo más probable es que te tome tiempo y práctica o te sientas vacío e incluso sensible, perdido... ¿Qué puede reemplazar algo que has sentido toda tu vida? Tu mente te dirá de todas las cosas que esa emoción hacía por ti. Es difícil cambiar por eso. Pero si quieres hacerlo es porque te has dado cuenta de como te ha perjudicado y hoy, o cualquier otro día, a través de tu consciencia contigo mismo y los demás, por fin pudiste dejarlo ir.
¿Qué llenará ese espacio?, pues, si te puedo sugerir, que sea precisamente esa calma que sientes ahora. Trata de mantenerla el mayor tiempo que puedas, a través de esa misma consciencia que te dice que se siente mejor y menos atormentante que cualquier otra cosa.
¡Un fuerte abrazo!
Roy T. Bennett
I was just coming to talk about this topic when, fortunately, it happened to be an initiative for this month in this beautiful community. In fact, one of the reasons I post here is because I feel like we're all focused on the same topic: Who we are and the reasons for our consistent failures.
These past few days, I've found an accidental benefit of not being so drowned in my compressed emotions: Memories have a much greater weight in my decision-making.
You see, like me, you probably don't know why, but there are emotions that we have a habit of not letting go. That is, when someone does something specific or when something happens to us, we tend to harbor a feeling. Let's take resentment as an example. As someone who suffers from the fear of rejection, I've noticed that this fear or its variants (which feel the same or similar) trigger in me the need to feel hatred and contempt when that happens, along with an intense feeling of sadness.
This sounds perfectly like something a child would do, because in fact, at some point in my childhood I started doing it and haven't stopped. An entire emotional structure was built around putting it into practice without even realizing it. Of course, there's a small problem with that: anxiety and depression.
The Mechanics of Fear
Taking offense is simply the emotional predisposition to react to circumstances that touch a sensitive nerve. From a very young age, I had been taught not to show it so as not to be ridiculed, but that didn't make the emotions disappear, and so we stumble upon what is known as "emotional compression." If you have compressed fear, the world will pass through the filter of fear.
Has it happened to you? That the world seems like a hostile, insecure, dangerous place, and that's why you've put many things in your life on hold?
Of course, we're not talking about prudence, but rather that the slightest risk is enough to dissuade us.
Of course, the kind reader is probably wondering what all this has to do with consciousness. Well, when emotions are compressed, the brain must use a good part of its resources to try to stabilize the system. Those things we leave pending in our hearts always return in some way. Anyone who's ever been in love knows how difficult it is to pay attention because of the times your mind is invaded by that beloved person. It's the same case with fear, anger, and all the others.
Eventually, these emotions permeate everything around us and devour our memories. With how easily the mind wanders to unpleasant memories, it's not hard to feel that the worst moments of our lives, when prolonged, feel like a blank hole where there was "nothing" but an intense loop of negativity and anhedonia.
Consciousness
And what happens when we think about someone who needs help? This is where we enter the topic of consciousness.
What happens when we think about sustainable development, or the future?
Well, these thoughts have to first go through the emotions we haven't let go. Fear stops all opportunities in their tracks because that's what it's designed for: escape. It's an emotion in which there's a lot of money. Entire YouTube channels are thriving by tackling scary topics and exaggerating them with the intention of keeping you watching. The crypto world as well, due to its volatility. Fear yearns for a sense of stability that doesn't exist in this field because there are too many variables at play, not to mention geopolitics, but it still hopes to achieve it, so it keeps you hooked.
It's a fear engineered 100,000 years ago, when that stability was easy to obtain. You were scared because you heard something in the jungle, you walked away, and that was it. To get rid of fear, we've also done quite cruel things to those we didn't trust. We still do. It's a fight-or-flight response, so having it inside constantly and making that feeling a habit is a recipe for bitterness, envy, and resentment.
Practicing
Try this with any emotion that periodically gives you trouble. Observe it, as they say, without judgment. Don't try to suppress it. Don't say, "Oh, I'm feeling this again. How awful," because that is using anxiety, adding to the problem. Just relax in the infinite corner of your own mind and see, like when you receive a hug from a loved one and allow yourself to feel the warmth in your chest moving throughout your body. Let it pass through you, like a relaxing shower you take after work. Relax into it. Lose yourself in the sensation as if you were willing to feel it your whole life.
Voila! It's gone. Where? I have no idea. If I wanted to create a concise explanation, I would say that you've managed to process that emotion while still awake. If it's a very strong emotion, it will most likely take time and practice, or you will feel empty and even sensitive, lost... What can replace something you've felt your whole life? Your mind will tell you all the things that emotion did for you. It's difficult to change because of that. But if you want to do it, it's because you've realized how it has harmed you, and today, or any other day, through your awareness of yourself and others, you were finally able to let it go.
What will fill that space? Well, if I may suggest, let it be precisely that calm you feel now. Try to maintain it as long as you can, through that same awareness that tells you it feels better and less tormenting than anything else.
A big hug!