Desde ese momento he mantenido en mis recuerdos ese pequeño instante que sale a la luz cada que vivo una situación difícil, pero ahora esta idea ha venido con una pequeña resolución, ya no se trata de solo aceptar que “algo debo aprender” y dejar a la deriva al tiempo y al destino para que se encarguen de solucionar el conflicto, sino que ahora me pregunto con insistencia ¿Que es lo que tengo que aprender de esto?
Mucho se dice entre la gente que debemos aprender de nuestros errores y ciertamente es un dicho infalible que debe permanecer en nuestro pensamiento como recordatorio para no tropezarnos con la misma piedra en el futuro, pero ¿cómo vamos a aprender cuando aún no somos capaces de reconocer cuales son nuestros errores? Cuando me hice esta pregunta por primera vez caí en cuenta que pueden pasar demasiadas cosas que nos indican donde nos estamos equivocando y aun así seguir omitiendo la verdadera razón del conflicto solo por el simple hecho de que eso nos responsabiliza de nuestra propia situación; porque cuán difícil es admitir que tenemos la culpa.
Quizá eso se deba al orgullo, a la vergüenza de admitir que hemos fallado, por eso se nos hace más fácil mirar y señalar al otro buscando culpables donde no los hay, engañándonos a nosotros mismos reiteradas veces, creando una especie de círculo vicioso en el que podemos pasar años, perdidos, sin evolucionar, sin madurar, atrapados en el mismo conflicto pero con diferentes versiones, sin darnos cuenta o sin querer reconocer que yo soy la primera en haberse equivocado.
Generalmente somos persuadidos por actitudes incoherentes, o mejor dicho, niñadas, en las que seguimos negando nuestra responsabilidad, pero de nada sirve poner cara dura y hacernos los enojados, de nada sirve argumentar razones insostenibles, dándonos excusas baratas una tras otra en un intento de seguir ignorando lo que realmente está sucediendo. Esto no es más que un mecanismo de defensa que nos impide confrontar nuestra vulnerabilidad como seres humanos.
Cuando por fin se entienda que ya no se trata de escondernos tras una apariencia de superioridad o rectitud que no es más que orgullo disfrazado de inteligencia, entonces estaríamos aceptando el proceso y dando inicio a nuestra propia evolución. Y aunque se diga fácil y parezca sencillo, solo se trata de tener valentía y un poco de humildad para preguntarnos ante cualquier situación “¿cuál es el error?”.
FULL ENGLISH VERSION
Since that moment I have kept in my memories that little instant that comes to light every time I live a difficult situation, but now this idea has come with a small resolution, it is no longer about just accepting that “something I must learn” and let time and destiny drift to take care of solving the conflict, but now I ask myself insistently what is it that I have to learn from this?
Much is said among people that we should learn from our mistakes and it is certainly an infallible saying that should remain in our thoughts as a reminder not to trip over the same stone in the future, but how are we going to learn when we are still not able to recognize what our mistakes are? When I first asked myself this question I realized that too many things can happen that tell us where we are going wrong and yet we continue to omit the real reason for the conflict just for the simple fact that it makes us responsible for our own situation; because how difficult it is to admit that we are at fault.
Maybe that is due to pride, to the shame of admitting that we have failed, that is why it becomes easier for us to look and point at the other looking for culprits where there are none, deceiving ourselves repeatedly, creating a kind of vicious circle in which we can spend years, lost, without evolving, without maturing, trapped in the same conflict but with different versions, without realizing or without wanting to recognize that I am the first one to have made a mistake.
Generally we are persuaded by incoherent attitudes, or rather, childishness, in which we continue to deny our responsibility, but it is no use putting on a stern face and pretending to be angry, no use arguing untenable reasons, giving us cheap excuses one after another in an attempt to continue ignoring what is really happening. This is nothing more than a defense mechanism that prevents us from confronting our vulnerability as human beings.
When it is finally understood that it is no longer a matter of hiding behind an appearance of superiority or righteousness that is nothing more than pride disguised as intelligence, then we would be accepting the process and beginning our own evolution. And even if it sounds easy and seems simple, it is only a matter of having the courage and a little humility to ask ourselves in any situation “what is the mistake?
Translator DeepL
Totalmente de acuerdo con tus pensamientos. Debemos eliminar las malas actitudes ante los problemas porque no nos llevan a nada.
Así es amiga.
Muchas gracias por leer y comentar 🌞