Esa Vida Nuestra... La Mía [Esp-Eng]

*Me sumo a la iniciativa de @charjaim sobre cuál fue el regalo más grande que me dieron mis padres...

Alguna vez una vecina egocéntrica y envidiosa, de esas malas hierbas que proliferan en todos los barrios, le dijo a mi papá: "Todavía me pregunto cómo es posible que de un hombre como tú, tan humilde y medio bruto, hayan salido dos universitarias". Pobre de ella, que se cree tan culta y no ha aprendido aún que conocimiento y sabiduría no es lo mismo. De qué le sirvieron sus múltiples estudios si sus hijos, a la larga, tomaron caminos equivocados como beber y robar.
Mi viejo, como le digo desde el cariño a mi papá, no es un hombre culto. A mucha lucha, ante un ingreso en el hospital provincial de Las Tunas, leyó su primer libro. Bueno, a plena lucha al principio pues, en mi segunda visita luego del "obsequio", todos los pacientes del cubículo reían con su lectura a viva voz de fragmentos de Matarile, de Guillermo Vidal. ¿Viste, papá? Te dije que éste sí te lo ibas a leer, solo atiné a decirle, orgullosa.
Mi padre es ese tipo de hombre (y digo hombre, no macho) que coge la escoba para barrer cuando hace falta, que regala lo que tiene (y a veces hasta lo que casi no tiene), que dice la verdad sin miedo, que "no le rinde a nadie" (frase que utilizamos los cubanos en oposición a ciertos "lame botas") y expresa sus sentimientos sin temor, solo porque son sinceros, y eso basta.
Todo eso (y más) he aprendido de mi padre. Su honestidad, laboriosidad, valentía y buen corazón, son mis mejores regalos.
Mi madre, por su parte, es como una eterna niña. A veces no se percata de la seriedad de algún problema, pero también es muy ágil "poniendo los puntos sobre las íes". Dicho de otra manera, "no pierde ni a las escupías".
A pesar de que la vida la ha golpeado mucho, mi madre es muy ocurrente, siempre ve el lado bueno de las cosas y, aunque apenas estudió, tuvo la suficiente sabiduría para llevarnos a mi hermana y a mí de pequeñas a teatros, galerías, talleres de creación y otros espacios. Aún hoy me pide gustosa que le lea trabajos periodísticos simplemente porque alguien le comenta su impacto social o porque me escucha hablar del tema con cierta vehemencia. Yo, aunque sé que no entienda mucho el contenido, disfruto de la lectura porque sé que así también es feliz mamá.
De mi madre he aprendido la resiliencia, la capacidad de escuchar, mi amor por el arte y la gracia de siempre ver el lado positivo de las cosas.
Mis padres no son perfectos, pero son buenos padres. Y ahora, que yo también soy madre, entiendo mucho más todos sus esfuerzos. En cada merienda que me piden mis hijos, en las angustiosas horas en que tienen fiebre u otro malestar, en los vericuetos de la corrección..., ellos, mis padres, me acompañan desde el ejemplo. Ese regalo no tiene precio.
Los padres son tesoros con ojos y boca; nosotros (simplemente) somos extensiones de ese árbol genealógico que ayudaron a crecer.
Espero algún día inspirar a mis hijos tanto (o más) como lo han hechos mis padres. Los padres son árboles con raíces muy largas, raíces que sostienen el tiempo y la memoria.

*Invito a @iriswrite y @maylink a sumarse a esta iniciativa.

_{Esta publicación ha sido escrita y documentada por mí, no contiene IA.} _{Las fotos utilizadas son de mi propiedad}.

English

Our Life... Mine [Esp-Eng]

*I join the initiative of @charjaim on what was the greatest gift my parents gave me...

Once upon a time, an egocentric and envious neighbor of those weeds that proliferate in every neighborhood told my dad: "I still wonder how it is possible that from a man like you, so humble and half-brute, two university girls have come out". Wretched of her, who believes herself so cultured and has not yet learned that knowledge and wisdom are not the same. What did his many studies do if his children, in the long run, took the wrong paths like drinking and stealing.
My old man, as I say from the affection to my dad, is not a cultured man. A lot of struggle, before an admission in the provincial hospital of Las Tunas, read his first book. Well, at the beginning there was a full struggle because, on my second visit after the "gift", all the patients in the cubicle laughed with their reading of fragments of Matarile by Guillermo Vidal. Did you see, Dad? I told you that this one you would read, I just managed to tell him, proud.
My father is that kind of man (and I say man, not male) who takes the broom to sweep when needed, who gives away what he has (and sometimes even what he almost does not have), who tells the truth without fear, who "doesn’t give back to anyone" (a phrase that Cubans use in opposition to certain "licks boots") and expresses their feelings without fear, just because they are sincere, and that’s enough.
All that (and more) I have learned from my father. His honesty, hard work, courage and good heart are my best gifts.
My mother, for her part, is like an eternal child. Sometimes he is not aware of the seriousness of some problem, but he is also very agile "putting the points on the íes". In other words, "does not miss even the spits".
Despite the fact that life has hit her a lot, my mother is very witty, always sees the good side of things and, although she barely studied, she had enough wisdom to take me and my sister from little ones to theaters, galleries, creative workshops and other spaces. Even today she asks me to read her journalistic works simply because someone comments on their social impact or because she hears me talk about the subject with some vehemence. I, although I know that I don’t understand much of the content, enjoy reading because I know that Mom is also happy.
From my mother I learned resilience, the ability to listen, my love for art and the grace of always seeing the positive side of things.
My parents are not perfect, but they are good parents. And now that I am a mother too, I understand all their efforts much better. In every snack my children ask for, in the anguished hours when they have fever or other discomfort, in the vericuetos of correction..., they, my parents, accompany me by example. That gift is priceless.
Parents are treasures with eyes and mouth; we (simply) are extensions of that family tree that they helped grow.
I hope one day to inspire my children as much (or more) as my parents have done. The parents are trees with very long roots, roots that hold time and memory.

*invite @iriswrite and @maylink to join this initiative.

_{This post has been written and documented by me, does not contain AI.} _{The photos used are my property}.

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