La sinceridad sin empatía es simplemente crueldad.
Desconfía de quien manifieste:
“Yo digo siempre lo que pienso”.
Primero, la verdad es subjetiva, a veces hay que decir las cosas, pero otras debe contemplar siempre la valoración de su posible impacto en el oyente, incluso es una magnífica opción callar si lo que vas a decir no mejora situación.
En efecto. Las palabras pueden llegar a ser un puñal que atraviese sin medir consecuencias. De allí entonces, lo importante de saber, qué, cómo, cuando, decir algo. Gracias por pasarte por aquí. Saludos