Español
Princesa sustituta
Sentí su aroma una vez más, era penetrante como la fragancia de una rosa roja recién cortada repleta de rocío y criada en el más bello de los jardines. No sabía exactamente dónde estaba, pero había dejado su halo mágico al pasar, rastro que me trasladaba a la más prohibida de mis fantasías.
- ¿Cenamos querida?
Mi esposo, el flamante príncipe de aquella tierra me echó de un tirón a la realidad.
Sin responderle y pensando por dónde andaba el sujeto de mi deseo, me dirigí hacia la cocina para preguntar si ya estaba listo el servicio, pero a mitad de camino me crucé con dos de los empleados que llevaban los enormes platos repletos de comida que ni Sebastián ni yo terminaríamos de comer.
Cada noche era lo mismo. Me preguntaba, mientras masticaba como cien veces el mismo bocado de pollo, con qué finalidad hacíamos tanto alboroto para cenar.
Tuve que aparentar, nuevamente, que tenía deseos de comer, de esperar el postre, y sobre todo, de escuchar las historias de cacería de mi marido, que para mis oídos no eran más que huecos sonidos. Honestamente, no me importaba en absoluto ni si había cazado, qué, ni con quién. Para ser más clara, no me importaba nada de él.
Estaba en aquel traje en donde toda mi vida había sido almidonada solo porque tenía que casarme con el príncipe de Sólomo. Yo, siendo la princesa de Rasín, tenía que empezar a brindar descendencia real, además de asegurar el futuro económico de la familia.
Pero nada de esto importaba ahora, porque algo al fin había logrado llamar mi atención genuinamente, y era aquella mujer misteriosa con olor a rosas que estaría sustituyendo al ama de llaves por unos días, ya que la misma se encontraba en su casita del campo, enferma por una gripe que estaba afectando violentamente a todo el pueblo.
Pues para mi, su resfrío estaba siendo una bendición, ya que aquella mujer de mediana edad, la reemplazaría durante los días que nuestra vieja y querida Ana estuviera en cama.
Mi mente tuvo que volver súbitamente a aquella mesa putrefacta de aburrimiento cuando Sebastián me preguntó si lo estaba escuchando.
Aunque no tenía la menor idea de lo que había dicho, le dije que sí, por supuesto, y sin cruzar mirada con él, enfoqué mi vista hacia el plato de comida.
- ¿Qué tal si nos recostamos querida? Me dijo una noche más.
Harta de la pregunta y de la respuesta le contesté:
- Claro, si, vamos a dormir.
Cuando llegamos a la alcoba y nos metimos a la cama, me buscó para que compartiéramos un momento íntimo. Para mi, aquel hubiese sido un encuentro fácil a comparación de otras noches, porque había algo en mí que se había despertado, y tener sexo con Sebastián se hubiera transformado en una manera de aquietar aquel otro deseo que aun no terminaba de descifrar y mucho menos de comprender.
Sin embargo, a pesar de que podría haber quedado bien con mi marido, mi mente estaba tan en otro lado, que solo quería verlo dormido para irme a pasear por el castillo, esta vez con el objetivo de encontrar a aquella mujer cuyo nombre ignoraba por completo.
¿Quién era? Porque vamos, esa no era una simple ama de llaves. Tenía el pelo negro y larguísimo, la piel algo trigueña y unos ojos claros que había detectado hasta de lejos. Llevaba un vestido grisáceo largo y angosto, a comparación de la ridícula moda, que dictaba faldas acampanadas con una molesta enagua debajo.
- Sebastián, estoy en mis días, me temo que hoy no podrá ser. Le dije mientras acariciaba su frente y simulaba sentir amor por él.
En verdad lo quería, como un amigo. Sebastián era un hombre compasivo y comprensivo, que jamás me había forzado a nada. Y merecía que lo amara, pero simplemente, no me salía.
En fin, mientras él se quedó allí adormeciéndose en sueños, yo me fui al baño a planear mi exploración nocturna.
Supuse que la mujer estaría en el pasillo donde dormían los encargados del mantenimiento del castillo. Ana no tenía una habitación, ya que le habíamos otorgado la casita del campo, por lo que no había un lugar concreto en el que pudiera estar este ser. Sin pensarlo más, me dirigí hacia esas habitaciones.
La luz de la luna, que parecía un sol en el cielo negro, ingresaba al castillo con delicadeza, formando sombras por doquier. A mi, me facilitó el recorrido, porque pude apagar la vela que llevaba en mi viejo candelabro y que de hecho, solía ser de poca ayuda.
En cuanto llegué a aquel pasillo, descalza porque no quería hacer ruido, vi una puerta entreabierta y como es lógico, me acerqué allí. Era lo más fácil, ¿no?
Pensé que no tendría suerte, ya que era demasiado bueno para ser verdad, pero para mi sorpresa, di con la habitación de la mujer.
En cuanto me asomé por esos casi diez centímetros de apertura, vi tres floreros con rosas rojas en la ventana, así que supe que ese era su cuarto. Intenté abrir un poco más la puerta, pero cada ínfimo intento que hacía, indicaba que las bisagras crujirían a más no poder.
Y aunque quería verla, vamos, tampoco es que estuviera buscando algo, solo sentía curiosidad.
Continué en mi intento absolutamente sutil de poder ver un poco más hacia el interior de esa habitación, pero de golpe, sentí un aire muy cálido en mi nuca. Y acto seguido, noté que empalidecieron mis labios y se me retorció la boca del estómago.
No sabía si girarme o no. Estaba entre la habitación de aquella mujer y alguien que no sabía exactamente quién era.
¿Sebastián? ¿El ama de llaves? ¿Otra persona del equipo de trabajadores del castillo? ¿Debía entrar a la habitación o debía girarme y quedar totalmente enfrentada con quien sea que estuviera detrás?
Me giré, y cuando la vi, casi me desvanecí frente a ella. Un torbellino de sensaciones me recorrió el cuerpo, junto con una catarata de pensamientos. ¿Cómo le explicaba que estaba allí?
Me miró sin quitar sus ojos de los míos, y tras unos segundos, esbozó una sonrisa que indicaba que sabía exactamente lo que me pasaba.
- Ven, quiero mostrarte algo, - me dijo. Y automáticamente se giró y empezó a caminar.
Me quedé quieta en la puerta, porque no me había dado cuenta, pero el susto me había dejado petrificada.
Se giró, estando ya a unos veinte metros de distancia de mi, y me indicó con su mano que la siguiera.
Como si estuviera hechizada, empecé a moverme en su dirección.
Caminamos por todo el pasillo, yo un poco detrás de ella, quien iba muy apurada, tanto que parecía que estuviera a punto de salir corriendo. No me importaba, el susto se me había pasado y yo al fin podría entablar una conversación con aquella hermosa mujer.
Cuando llegamos al fin a la escalera, bajó un piso, y otro, y otro. La seguí. Pero el próximo piso era el primer subsuelo y sabía que el segundo subsuelo era peligroso.
Mi aparente hipnosis desapareció de golpe.
- Espera, ¿a dónde vamos? - Pregunté
- Tú sígueme - me dijo con una voz tan seductora como todo su ser.
- ¿A dónde vamos? Repetí.
La mujer se giró hacia mi y se acercó tanto como lo había hecho cuando estaba en la puerta de su habitación. Estaba tan frente a mí, que podía sentir su respiración
llegar a mi rostro y a mis labios.
Juro que media hora antes en aquella misma situación no hubiese podido evitar besarla, pero en aquel punto, debo reconocer que sentí un poco de miedo, así que di un paso hacia atrás, tenía una voz interna muy fuerte que me decía que algo no andaba bien.
Di otro paso hacia atrás, despacio y en silencio, pero aún sosteniendo mi mirada en la suya.
No se en que instante, me tomó una mano, e inmediatamente un ardor infernal empezó a recorrerme desde los dedos hacia todo el brazo. Empecé a gritar con todas las fuerzas, mientras las lágrimas se me escapaban solas.
La mujer me arrastró por la escalera y por mi resistencia, caímos las dos al primer subsuelo, mi mano se liberó, me liberé, así que empecé a subir, pero de golpe, dos brazos enormes que parecían más de un gigante que de una mujer, me abrazaron por detrás y me lanzaron hacia el pie de la escalera.
Intenté moverme pero no pude, y de a poco, todo empezó a ponerse un poco negro.
Cuando empecé a abrir los ojos despacio, estaba allí, en la maldita habitación a la que no quería llegar, a la habitación de la estrella en el piso, al lugar en donde años anteriores habían sacrificado a animales e incluso a humanos.
Miré hacia mi cuerpo, estaba atada por varias cuerdas y, a juzgar por mi posibilidad de movimiento, me había amarrado a un palo grueso, como el que usaban para quemar a las brujas.
La mujer apareció de la nada, salió del medio de la oscuridad y solo la luz de la luna empezó a iluminarla. Se acercó lentamente hacían mi, y quedó una vez más a medio centímetro de mi rostro.
Tenía unos ojos verdes que si los mirabas con detenimiento, parecían representar el mismo universo. Había un infinito ahí dentro con una luz que salía no sé de dónde. No comprendía cómo un alma tan malvada pudiera ser portadora de esos ojos.
Se rió, como si estuviera burlándose de mi.
- Están para eso - me dijo, como si estuviera leyendo mi mente.
- ¿Qué? - Le respondí.
- Mis ojos, existen para confundir mi querida.
La mujer se paró en el centro de la habitación y extendió sus brazos hacia los costados. La luz de la luna llegaba a todo su ser. De pronto, empecé a sentir que me ardían las manos y los pies.
- Si tú no lo quieres, ¡yo sí! - Gritó mientras abría más sus brazos. - Lo quiero desde que lo vi en aquel bosque cazando, cuando me dijo que tenía esposa.
No lo podía creer, esta mujer había estado observándonos desde hacía tiempo.
- No te hagas problema, princesa, ya no tendrás que sufrir más por ver el aburrido plato de comida, porque ahora, cada noche, voy a verlo yo.
Mientras me hablaba, cada parte de mi cuerpo me quemaba más y más, y de pronto, noté que ella se estaba convirtiendo en mi: mi mano, su mano; mis pies, sus pies; mi pelo su pelo.
Yo ya estaba gritando, pero en ese momento lo comprendí: no había salida. Grité como pude. Grité sin parar. Grité, grité y grité, hasta que me ahogué en mi propia voz, porque porque como todo lo demás, también me la quitó.
Ahora si ¡hola a todos! No quería interrumpir tl inicio de la historia.
Con este relato me presento al concurso de Escritura Gótica.
Desde ya, ¡muchas gracias por pasar por aquí!
Que tengan un hermoso día!
Con cariño,
Las fotos fueron tomadas de PicsArt (versión Pro)
Traductor: DeepL
English
Substitute princess
I felt her scent once again, it was penetrating like the fragrance of a freshly cut red rose full of dew and raised in the most beautiful of gardens. I didn't know exactly where she was, but she had left her magical halo as she passed, a trail that took me to the most forbidden of my fantasies.
- Shall we dine, my dear?
My husband, the flamboyant prince of that land, pulled me back to reality.
Without answering him and wondering where the subject of my desire was, I headed towards the kitchen to ask if the service was ready, but halfway there I passed two of the employees carrying the huge plates full of food that neither Sebastian nor I would finish eating.
Every night it was the same. I wondered, as I chewed the same bite of chicken about a hundred times, what was the purpose of all the fuss we were making for dinner.
I had to pretend, again, that I had a desire to eat, to wait for dessert, and most of all, to listen to my husband's hunting stories, which to my ears were nothing more than hollow sounds. Honestly, I didn't care at all whether he hunted, what, or with whom. To be more clear, I didn't care about him at all.
I was in that suit where my whole life had been starched just because I had to marry the prince of Solomons. I, being the princess of Rasin, had to start providing royal offspring, in addition to securing the economic future of the family.
But none of this mattered now, because something had finally managed to catch my attention genuinely, and it was that mysterious woman with the smell of roses who would be replacing the housekeeper for a few days, since she was in her cottage in the countryside, sick with a flu that was violently affecting the whole town.
Well, for me, her cold was being a blessing, since that middle-aged woman would replace her during the days that our dear old Ana was in bed.
My mind suddenly had to go back to that rotting table of boredom when Sebastian asked me if I was listening to him.
Although I had no idea what he had said, I said yes, of course, and without looking at him, I focused my eyes on the plate of food.
- How about we lie down, dear? - He said to me for another night.
Fed up with the question and the answer I answered:
- Of course, yes, let's go to sleep.
When we got to the bedroom and got into bed, he looked for me so that we could share an intimate moment. For me, that would have been an easy encounter compared to other nights, because there was something in me that had awakened, and having sex with Sebastian would have become a way to calm that other desire that I still did not quite decipher, let alone understand.
However, even though I could have been fine with my husband, my mind was so far away that I just wanted to see him asleep so I could go for a walk around the castle, this time with the aim of finding that woman whose name I was completely unaware of.
Who was she? Because come on, that was not a simple housekeeper. She had very long black hair, dark brown skin and light eyes that I had detected even from afar. She was wearing a long and narrow grayish dress, in comparison to the ridiculous fashion, which dictated flared skirts with an annoying petticoat underneath.
- Sebastian, I'm in my day, I'm afraid it can't be today. - I told him while I caressed his forehead and pretended to feel love for him.
I really loved him, as a friend. Sebastian was a compassionate and understanding man, who had never forced anything on me. And he deserved me to love him, but it just didn't come out.
Anyway, while he lay there dozing in his sleep, I went to the bathroom to plan my night's exploration.
I assumed the woman would be in the hallway where the castle maintenance people slept. Anne did not have a room, as we had given her the cottage in the camp, so there was no specific place where this being could be. Without thinking about it, I headed for those rooms.
The moonlight, which looked like a sun in the black sky, entered the castle delicately, forming shadows everywhere. For me, it made the journey easier, because I was able to extinguish the candle I carried in my old candlestick, which, in fact, used to be of little help.
As soon as I reached that corridor, barefoot because I didn't want to make any noise, I saw a door ajar and, of course, I went there. It was the easiest thing to do, wasn't it?
I thought I would have no luck, since it was too good to be true, but to my surprise, I found the woman's room.
As soon as I peeked through those almost ten centimeters of opening, I saw three vases with red roses in the window, so I knew that was her room. I tried to open the door a little more, but every tiny attempt I made indicated that the hinges would creak as loud as they could.
And although I wanted to see her, come on, it's not like I was looking for something, I was just curious.
I continued in my absolutely subtle attempt to be able to see a little further into that room, but all of a sudden, I felt a very warm air on the back of my neck. And immediately after, I noticed that my lips turned pale and the pit of my stomach twisted.
I didn't know whether to turn around or not. I was between that woman's room and someone I didn't know exactly who it was.
Sebastian? The housekeeper? Another member of the castle staff? Should I go into the room, or should I turn around and be totally confronted by whoever was behind it?
I turned, and when I saw her, I almost fainted in front of her. A whirlwind of sensations ran through my body, along with a cataract of thoughts. How was I to explain to her that I was there?
She looked at me without taking her eyes off mine, and after a few seconds, she smiled a smile that indicated she knew exactly what was wrong with me.
- Come, I want to show you something - she said. And he automatically turned and started walking.
I stood still in the doorway, because I hadn't noticed, but the shock had left me petrified.
She turned around, being already about twenty meters away from me, and indicated with her hand for me to follow her.
As if under a spell, I began to move in her direction.
We walked all the way down the hallway, me a little behind her, who was in a hurry, so much so that it looked like she was about to run away. I didn't care, the scare had passed and I could finally have a conversation with that beautiful woman.
When we finally reached the staircase, she went down one floor, and another, and another. I followed her. But the next floor was the first basement and I knew that the second basement was dangerous.
My apparent hypnosis suddenly disappeared.
- Wait, where are we going? - I asked.
- You follow me - she said to me with a voice as seductive as his whole being.
- Where are we going? - I repeated.
The woman turned to me and came as close as she had when I was at the door of her room. She was so far in front of me, I could feel her breath
her breath on my face and on my lips.
I swear that half an hour before in that same situation I could not have avoided kissing her, but at that point, I must admit that I felt a little scared, so I took a step back, I had a very strong inner voice telling me that something was not right.
I took another step back, slowly and silently, but still holding my gaze on hers.
I don't know at what instant, he grabbed my hand, and immediately a hellish burning began to run from my fingers up my arm. I began to scream at the top of my lungs, while the tears escaped on their own.
The woman dragged me down the ladder and because of my resistance, we both fell to the first sub-floor, my hand came free, I freed myself, so I started to climb, but all of a sudden, two huge arms that looked more like a giant's than a woman's, embraced me from behind and threw me towards the foot of the ladder.
I tried to move but I couldn't, and little by little, everything started to go a little black.
When I started to open my eyes slowly, I was there, in the damn room I didn't want to go to, to the star room on the floor, to the place where years before they had sacrificed animals and even humans.
I looked down at my body, I was bound by several ropes and, judging by my possibility of movement, I had been tied to a thick stick, like the one they used to burn witches.
The woman appeared out of nowhere, she came out of the darkness and only the moonlight began to illuminate her. She slowly approached me, and was once again half a centimeter away from my face.
She had green eyes that if you looked closely, seemed to represent the universe itself. There was an infinity in there with a light coming from I don't know where. I didn't understand how such an evil soul could be the bearer of those eyes.
She laughed, as if she was making fun of me.
- They're for that - she said, as if reading my mind.
- What? - I replied.
- My eyes, they exist to confuse my darling.
The woman stood in the center of the room and stretched her arms out to the sides. The moonlight reached her whole being. Suddenly, I began to feel my hands and feet burning.
- If you don't want him, I do! - She shouted as she opened her arms wider.
- I've loved him ever since I saw him in that forest hunting, when he told me he had a wife.
I couldn't believe it, this woman had been watching us for a long time.
- Don't worry, princess, you won't have to suffer anymore for seeing the boring plate of food, because now, every night, I'm going to see it.
As she spoke to me, every part of my body burned more and more, and suddenly, I noticed that she was becoming me: my hand, her hand; my feet, her feet; my hair, her hair.
I was already screaming, but at that moment I understood that there was no way out. I screamed as loud as I could. I screamed without stopping. I screamed and screamed and screamed, until I drowned in my own voice, because like everything else, she also took it away from me.
Hello everyone! I didn't want to interrupt the beginning of the story.
With this story I'm entering the Gothic Writing contest.
Thank you very much for stopping by!
Have a nice day!
With love,
Las fotos fueron tomadas de PicsArt (versión Pro) y Canva
Translator: DeepL
Congratulations @belug! You have completed the following achievement on the Hive blockchain and have been rewarded with new badge(s):
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Thanks!!
Puff tremenda. Estas son las consecuencias de andar buscando aventuras donde no se debe...
Oye pero fuera de bromas, que manera de cautivar con la narrativa, excelente. Me encantó cómo creas expectación cuando ella está a punto de abrir la puerta, pero no se atreve. O la manera en como describes sus pensamientos mientras está en la cena...
Genial! Un aplauso por acá!
Me alegra mucho que te haya gustado la historia @gaboamc2393. Aprecio mucho tu opinión!!
Muchas gracias por leer y comentar!! 😊
Jejej, debo reconocer que yo tampoco esperaba que se desarrollara así la historia, jajaj. Pero de pronto, me pareció buena idea, jaja.
Gracias por leer y comentar!!
A veces dejarse llevar es algo bueno ¿verdad? Aunque bueno, a tu protagonista no le fue tan bien que digamos. Me sigo riendo de todo, la verdad es que me alegró mucho la tarde y ahora la noche.
Gracias a ti por compartir.
I was completely tied to this story
It's really a good one
Curiosity they say kills the cat and it did actually take the main character.
Thanks for reading and commenting!! I’m glad it kept you tied!! Yes! I was also surprised when decided she was going to die, hehe.