"Una fuerza para vivir" (Relato)// "A force to live by" (Short story)

in Writing Clublast year

Hojeando las páginas de un mundo desconcertante, me encontré a un hombre que residía solitario en una extraña isla, un lugar que parecía hacerse más y más pequeño con el andar de un reloj que bostezaba de simpatía. Era un hombre que no sabía desde cuándo su vida se había vuelto tan frágil y vacía, carente de propósito y hambrienta por el deseo de encontrar el fin de una tristeza que se repetía día tras día.

“¿Cómo un lugar tan frondoso y extenso, se convirtió en el cementerio de mis sueños?” Esa era la pregunta que más retumbaba en el alma de un hombre que no era navegante ni náufrago, no conocía de mares ni de barcos, así que mucho menos entendía la razón de vivir en una isla que a su parecer nada bueno le ofrecía. No había fruta ni flor que brindara sabor o color a ese lugar, mientras los árboles eran simples títeres de cartón que esperaban ser movidos por una ráfaga de suspiros. No había diferencia entre el día y la noche, pues el sol y la luna vestían de luto al son de una eterna melancolía.

No había inspiración y fuerza alguna que le diera una esperanza a este solitario hombre, quien hasta había olvidado su nombre por no tener con quién hablar, no había emoción alguna que pudiera explicar o compartir y mucho menos había una gran idea que lo motivar a salir de aquel lugar que parecía lentamente consumirlo y conducirlo hasta un trágico final. Entonces miro a las olas del mar, y en su ir y venir les reclamó por no saber hacer más nada, y levantando su rostro y su voz hacia el horizonte, reprochó la suerte de un pobre hombre que ni siquiera sabía nadar.

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Pixabay by MustangJoe

Entonces las mismas aguas se ensañaron contra nuestro osado personaje, y en cuestión de segundos la isla empezó a llenarse de tanta agua, que hasta los manantiales y riachuelos decidieron partir volando para no perder la dulzura de aquel amor que tanto guardaban. Todo fue un verdadero vendaval que estuvo a punto de arrasar por completo con aquella isla y su único habitante, y hasta la esperanza empezaba a ahogarse en la decepción de una falsa ilusión. Y lo que asomaba como el más grande de todos los desastres, llegó a ser una simple prueba que se disipó en los rayos de luz que dibujó mi imaginación.

Aquella inundación fue tan grande, que se llevó lo poco que aún podía flotar: recuerdos, memorias de un glorioso pasado y una alcancía de madera que guardaba el tesoro más preciado: mi libertad. Todo se marchó con el azul de las aguas que ahora me robaban lo único por lo que creía seguir respirando, así que no hubo más remedio que sentarme en el banco de la resignación. Incrédulo ante mi destino, una vez más levanté mi voz con total impotencia, de tal manera que ahora mi respuesta vendría desde las compuertas de un cielo que se vestía de rojo escarlata para esta cita.

Vientos, relámpagos y truenos fueron el preámbulo de una tempestad que se lanzó con fuerza y sin piedad, dispuesto a levantar las raíces que todavía me sostenían al refugio de una isla que estaba a punto de sucumbir ante semejante ataque. Aferrado a mis temores, hice un ancla con el peso de mis penas, pero fue más fuerte la corriente de una realidad de la cual no había manera de poder escapar. Así sin más, deje de luchar contra esa impresionante tormenta, y entregué mi alma y mi corazón a un profundo abismo que parecía reclamar mi existencia.

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Pixabay by jplenio

Bajo los pies de ese hombre solitario, las ruinas de una moribunda isla flotaban en mil pedazos. Ya no había excusa para seguir escondido en las praderas de un lugar que, más que un hogar, tenía todas las características de una cárcel que solo conocía de oscuridad. Ante la tragedia, este tímido personaje se armó de algo que apenas estaba por descubrir, y lo que a primera vista era un montón de desechos y escombros se convirtió en el material perfecto para construir una balsa. Levantó el ancla de su desdicha, y la cambió por un ligero sueño de voluntad.

Con tan solo dos días en alta mar, ya nuestro intrépido personaje era un pescador de gran efectividad, nadador excepcional que no temía sumergirse en las profundas aguas de un inmenso mar que por años fue un enemigo intimidante. Y con las tormentas se hizo un navegante de gran experiencia, mientras que con las fuertes olas logró encontrar la sabiduría de andar sin desmayar. Ya no existía razón valida para quejarse de los obstáculos ni de los problemas, pues estos mismos lo llevaron al mejor de todos los puertos, uno que esperaba por él desde su nacimiento y con los brazos abiertos.

De ahora en adelante, ya no se habla de un hombre solitario que vivió atado a una isla por largos años de su vida, sino de un grandioso ser humano que ha reclamado la felicidad y la libertad que le pertenecían. Cada día se escucha más sobre sus aventuras y travesías, y ha sido una fuente de apoyo para sus amigos, un ejemplo inspirador para todos los que siguen escuchando de sus interesantes proezas.

En ocasiones se le ve caminar lentamente por la playa, con la mirada fija hacia la lejanía del azul mar. Algunos lo han visto llorar con una extraña sonrisa en su rostro, y otros lo han escuchado suspirar mientras habla consigo mismo, ya que después de tanto tiempo transcurrido, ha encontrado ese eslabón perdido que por años necesitaba para sentirse útil en su existir. Porque no era el amor, ni tampoco la inspiración de lo que carecía, sino que era la fuerza de voluntad lo que le faltaba para darle mayor sentido a su vida.

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Pixabay by Kanenori


Gracias por darle valor a esta publicación con tu tiempo y atención.

Hasta pronto.


ENGLISH VERSION


Leafing through the pages of a bewildering world, I came across a man who resided alone on a strange island, a place that seemed to grow smaller and smaller with the ticking of a clock that yawned with sympathy. He was a man who did not know since when his life had become so fragile and empty, devoid of purpose and starved by the desire to find an end to a sadness that repeated itself day after day.

"How did a place so lush and vast, become the graveyard of my dreams?" That was the question that rumbled the most in the soul of a man who was neither a navigator nor a castaway, he knew neither seas nor ships, so much less did he understand the reason for living on an island that in his opinion offered him nothing good. There was no fruit or flower to bring flavor or color to the place, while the trees were mere cardboard puppets waiting to be moved by a flurry of sighs. There was no difference between day and night, as the sun and moon were dressed in mourning to the sound of eternal melancholy.

There was no inspiration and no strength to give hope to this lonely man, who had even forgotten his name because he had no one to talk to, there was no emotion to explain or share and much less was there a great idea to motivate him to get out of that place that seemed to slowly consume him and lead him to a tragic end. Then he looked at the waves of the sea, and in their coming and going he complained to them for not knowing how to do anything else, and raising his face and his voice towards the horizon, he reproached the fate of a poor man who did not even know how to swim.

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Pixabay by MustangJoe

Then the same waters raged against our daring character, and in a matter of seconds the island began to fill with so much water that even the springs and streams decided to fly away so as not to lose the sweetness of that love that they kept so much. Everything was a real gale that was about to completely sweep away that island and its only inhabitant, and even hope began to drown in the disappointment of a false illusion. And what looked like the greatest of all disasters, became a simple test that dissipated in the rays of light that my imagination drew.

That flood was so great that it carried away the little that could still float: memories, memories of a glorious past and a wooden piggy bank that held the most precious treasure: my freedom. Everything left with the blue of the waters that now robbed me of the only thing I thought I was still breathing for, so there was no choice but to sit on the bench of resignation. In disbelief of my fate, I once again raised my voice in utter helplessness, so that now my answer would come from the floodgates of a sky that was dressed in scarlet red for this appointment.

Winds, lightning and thunder were the preamble to a tempest that launched itself forcefully and mercilessly, ready to lift the roots that still held me to the shelter of an island that was about to succumb to such an attack. Clinging to my fears, I made an anchor with the weight of my sorrows, but the current of a reality from which there was no way to escape was stronger. Just like that, I stopped fighting against that awesome storm, and surrendered my heart and soul to a deep abyss that seemed to claim my existence.

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Pixabay by jplenio

Beneath the feet of that lonely man, the ruins of a dying island floated in a thousand pieces. There was no longer any excuse to remain hidden in the meadows of a place that, more than a home, had all the characteristics of a prison that knew only darkness. Faced with tragedy, this timid character armed himself with something he was just about to discover, and what at first sight was a pile of debris and rubble became the perfect material to build a raft. He lifted the anchor of his unhappiness, and traded it for a light dream of will.

With only two days at sea, our intrepid character was already a highly effective fisherman, an exceptional swimmer who was not afraid to dive into the deep waters of an immense sea that for years was an intimidating enemy. And with the storms he became a navigator of great experience, while with the strong waves he managed to find the wisdom to walk without fainting. There was no longer a valid reason to complain about obstacles or problems, for they led him to the best of all harbors, one that had been waiting for him from birth and with open arms.

From now on, we no longer speak of a lonely man who lived tied to an island for long years of his life, but of a great human being who has reclaimed the happiness and freedom that belonged to him. Every day we hear more and more about his adventures and voyages, and he has been a source of support for his friends, an inspiring example for all those who continue to hear of his interesting exploits.

Sometimes he is seen walking slowly along the beach, his gaze fixed on the distant blue sea. Some have seen him cry with a strange smile on his face, and others have heard him sigh as he talks to himself, because after so much time has passed, he has found that missing link that for years he needed to feel useful in his existence. Because it was not love, nor inspiration that he lacked, but it was willpower that he lacked to give more meaning to his life.

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Pixabay by Kanenori


Thank you for adding value to this publication with your time and attention.

See you soon.

Sort:  

Woow hay mucha sabiduría y creatividad dentro de ti, creaste algo hermoso. Mi admiración por tu escritura, presentarnos a un personaje desdichado y luego convertirlo en alguien empoderado, con un giro impredecible. Definitivamente, el universo nos envía señales para al fin levantar la mirada y tomar el control de la vida, descubrir eso que ya está preparado para nosotros. Excelente, 👏 PSD: hoy nos hiciste falta en el programa.

Hola amiga @enclassecu Que bueno saber de ti ☺️ Hermosas palabras que adornan aún más este relato, así que muchas gracias por tu valioso comentario 🙂

Tuve problemas con el internet y por eso no pude acompañarlos en el programa 😞 Espero la próxima semana solventar y poder compartir con todos ustedes 🤗🤗

Un placer saber de ti amiga 🥳🥳 Mucho éxito 👋👋👏👏

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