jajajaj mi corazón cómo me sacó sonrisas tu relato, qué creatividad!!! Yo tampoco quisiera vivir en la ciudad de fuego y que me apague la lluvia!
El gesto sacrificado del juguetero dio frutos y alegrías a toda la población. Que cuento tan bonito querido Gabo!
Si supieras que hice otro escrito hablando sobre la lluvia y el fuego jeje... ya lo verás
Me alegra mucho que te haya gustado ❤