El hombre que susurraba palabras / The man who whispered words

in Writing Club4 months ago

En el apacible pueblo de Guerrilandia, habitaba un peculiar individuo llamado Balbino, reconocido por su pasión por la escritura y su singular forma de comunicarse. Algunos, incluso, lo apodaban "el hombre que susurraba palabras", atribuyendo este mote a su devoción por las letras y el arte de escribir. Sin embargo, la realidad era otra.

Al principio, Balbino no percibió el extraño fenómeno. Un día, mientras redactaba una carta de amor para su vecina, Inés, la palabra "amor" se esfumó de su vocabulario. Perplejo, reescribió la misiva, pero esta vez fue "corazón" la palabra que desapareció. Intrigado, Balbino decidió investigar a fondo este enigma.

Al día siguiente, mientras compraba tomates en el abasto, saludó al portugués Manuel con un "buenos días". Para su sorpresa, Manuel lo miró desconcertado, pues solo había escuchado "buenos" y esperaba que Balbino terminara su saludo. Sin embargo, este último permaneció en silencio.

La situación se tornó caótica. Inés, su amada, recibió la carta llena de vacíos, interpretándolo como una burla cruel con mensajes en clave. Indignada, lo confrontó por su crueldad.

Balbino, desesperado, buscó ayuda en la biblioteca del pueblo. Tras horas de búsqueda, encontró un antiguo libro sobre "magia verbal". El libro explicaba que su condición era causada por un duende travieso que habitaba en el tintero. Para deshacer el hechizo, debía escribir una historia con todas las palabras que había perdido.

Con la esperanza renovada, Balbino se encerró en su habitación y comenzó a escribir. Durante días, llenó páginas y páginas con historias fantásticas, poemas de amor y hasta una oda a los tomates. Finalmente, exhausto, pero satisfecho, releyó su obra. En ese momento, una luz mágica brilló en el tintero y las palabras perdidas regresaron a su vocabulario.

Fue así como Balbino visitó a Inés y le explicó todo lo sucedido. Inés, lejos de perdonarlo, se enterneció con la mentira que acabada de oír, pero le confesó que ella esperaba que él sintiera algo por ella.

Balbino, emocionado, se alejó con la convicción de regresar. En cuanto a Manuel, Balbino le explicó su condición y le ofreció disculpas por la confusión. Manuel, haciéndose el entendido, le pidió disculpas por su acusación y le regaló un kilo de tomates "en señal de amistad".

Desde ese día, Balbino continuó escribiendo, pero siempre con cuidado de no dejar que el duende travieso le robara ninguna palabra más. Y así, vivió feliz, cortejando a Inés, quien poco a poco lo fue perdonando.

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The man who whispered words

In the peaceful town of Guerrilandia, there lived a peculiar individual named Balbino, known for his passion for writing and his unique way of communicating. Some even nicknamed him "the man who whispered words", attributing this nickname to his devotion to letters and the art of writing. However, the reality was different.

At first, Balbino did not notice the strange phenomenon. One day, while writing a love letter to his neighbor, Inés, the word "love" vanished from his vocabulary. Perplexed, he rewrote the letter, but this time it was "heart" that disappeared. Intrigued, Balbino decided to investigate this enigma in depth.

The next day, while buying tomatoes at the grocery store, he greeted the Portuguese Manuel with a "good morning". To his surprise, Manuel looked at him puzzled, as he had only heard "buenos" and expected Balbino to finish his greeting. However, the latter remained silent.

The situation became chaotic. Inés, his beloved, received the letter full of gaps, interpreting it as a cruel mockery with coded messages. Indignant, she confronted him for his cruelty.

Balbino, in desperation, sought help in the town library. After hours of searching, he found an old book on "verbal magic". The book explained that his condition was caused by a mischievous goblin that lived in the inkwell. To undo the spell, he was to write a story with all the words he had lost.

With renewed hope, Balbino locked himself in his room and began to write. For days, he filled pages and pages with fantastic stories, love poems and even an ode to tomatoes. Finally, exhausted but satisfied, he reread his work. At that moment, a magical light shone in the inkwell and the lost words returned to his vocabulary.

It was thus that Balbino visited Inés and explained everything that had happened. Inés, far from forgiving him, was touched by the lie she had just heard, but confessed that she hoped he felt something for her.

Balbino, moved, walked away with the conviction of returning. As for Manuel, Balbino explained his condition and apologized for the confusion. Manuel, pretending to understand, apologized for his accusation and gave him a kilo of tomatoes "as a sign of friendship".

From that day on, Balbino continued to write, but always careful not to let the mischievous elf steal any more words from him. And so he lived happily, courting Inés, who little by little forgave him.




CRÉDITOS
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Traductor Deepl

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Estos duendecillos son tremendos, pero útiles para los amantes de la escritura. Bonito relato.

¡Gracias, poeta!