Hoy les comparto un texto literario de mi autoría,
espero los deleite, inspire y fidelice a mi arte.
Today I share with you a literary text of my authorship,
I hope it will delight you, inspire you and make you loyal to my art.
-Español/Spanish-
-Español/Spanish-
La sangre llama
Sentía que podía hiperventilar en cualquier segundo. Había estado buscándola por mucho tiempo. Desde aquella noche en la que su canción a través de la pantalla me hizo creer que todos teníamos un doble al otro lado del mundo, hasta hace tres años que mis amigos se toparon con uno de sus videos en Tik Tok, la red social. Al inicio era hipnotizante cómo su voz afinada e impecable hacía de ver un simple video una bendición. Pero las similitudes no pasaron desapercibidas y todo evolucionó de una coincidencia a un pálpito, una intuición, una evidente sospecha en menos de un minuto. Al momento en el que la vi en el aeropuerto, simplemente mis lágrimas escaparon, deslizándose por mis mejillas.
—Realmente estas aquí…
—Y tú…
—No es una ilusión…
—Entonces valió la pena el viaje de 333 kilómetros…
—Ja ja ja ja ja ¿Siempre eres así de ocurrente?
—Y sarcástica… Disculpa, no debe ser una buena primera impresión.
—Diría que es una impresionante primera impresión conocer a alguien con tu mismo rostro, lo demás son solo detalles…
Si bien habíamos crecido en ciudades distintas, con familias distintas y lo lógico era que no nos encontráramos jamás, no había resultado de esa manera. Cuando la investigación comenzó, en algún punto creí que estaba equivocada. Gracias al avance tecnológico todo era inmediato. Seguirla y empezar a hablar no fue difícil, el problema era que no quería asustarla. El mundo estaba lo suficientemente loco como para saber que pudo alertarla todo el asunto, pero le envié las pruebas necesarias y me mostré los suficientemente convincente (y un tanto ilusionada) como que entendiera que estaba pasando algo real. Pero lo que descubrimos juntas fue más de lo que esperábamos.
Creer en lo que estaba pasando implicaba un riesgo, un secreto y una verdad que tendríamos que desentrañar, así que todo lo hicimos a escondidas de nuestra familia. Me hospedé en su ciudad mientras averiguábamos más y aunque todo nos ponía un poco tristes, se sentía como una pijamada con tu alma gemela. Yo había crecido como hija única, pero ella lo hizo en compañía de otros 3 hermanos. Una tarde antes de ir al hospital en donde le habían dicho que nació, ella hizo un comentario sarcástico de que era posible que solo estuviéramos siendo algo paranoicas respecto al tema. Para cuando salimos el sarcasmo se había ido.
Dos días después ella quiso hablar con sus padres, ellos sacaron toda la documentación pertinente, incluyendo una historia que solo ellos conocían, yo estaba presente mediante una llamada telefónica de un celular escondido en un sofá. Lo escuché todo y como estaba cerca, casi al final ella me dio la señal para que entrara en su casa. Sus padres estaban atónitos. Y de alguna forma yo quería esconderme, como si hubiera hecho algo malo.
Luego de hacernos la prueba de ADN, lo resultados arrogaron algo que ya sabíamos, éramos hermanas gemelas. Para cuando fuimos a la policía, la respuesta que nos habían dado parecía un mal chiste: “Niñas, ustedes son uno de los miles de casos de tráfico de bebés que hemos investigado o de los que aún no sabemos. Esto no es nuevo, pero al menos hace más de diez años que no ha vuelto a suceder, no que sepamos.”
Mi familia había sido una montaña rusa de emociones, pero mientras uno madura se va dando cuenta de las cosas. Mi padre tenía problemas con el alcohol y mi madre trabajaba sin descanso en una sastrería, pero siempre con un mal carácter por delante. Luego de los trece años la armonía se había quebrado, así como un cristal. Un recorte de personal en una compañía de seguros había dejado a mi padre sin trabajo y fue allí cuando empezó a beber. Yo había empezado a inscribirme en todas las clases extracurriculares que existían en el colegio, solo porque no quería llegar a casa mientras ellos tuvieran la suficiente energía como para discutir. Después de los dieciséis entendí que el gobierno les daba dinero para mi sustento por la adopción. No lo hubiera descubierto si a mi padre no se le hubiera escapado en un grito que yo era adoptada, una noche de fin de semana en el que había perdido unos cuantos billetes en una apuesta y llegó de mal humor, por supuesto oliendo a ron.
Me encargué de hacer toda la investigación que pude antes de salir de la ciudad e inventar que iría a una excursión por el final de curso. No hacían falta tatas explicaciones, con mi trabajo de medio tiempo en la panadería cercana pude reunir para el viaje. En el hospital de donde venía me habían dicho que un incendio terrible se había llevado todos los archivos del año en que nací, así que no pude conseguir mucha información. Fue por eso que no estaba completamente segura de que Samantha fuera mi hermana.
Me sentí un poco culpable de hacer tambalear su vida, ella si creía que era hija biológica de quienes la criaron. Me sentía culpable porque su realidad había sido distinta a la mía, se amaban y se cuidaban entre todos. Antes de que ella enfrentara a sus padres, me dijo que no tenía que sentirme así, que la verdad necesitaba saberse aunque fuera un trago amargo y que en dado caso habría ganado una gemela. Me había dado las gracias por buscarla y yo solo pude abrazarla fuerte esa noche.
Su familia estaba molesta, el papel que le habían hecho firmar era ilegal. Luego de hacer las denuncias, contrataron a un detective. Los días pasaron y ellos quisieron que me quedara en su casa como huésped, que era ilógico que estuviera pagando un hotel cerca. A las dos semanas, mi madre que no era mi madre comenzó a escribirme preguntando cuando volvería, yo ignoraba los mensajes pero sabía que se me estaba acabando el tiempo. Un día llegó el detective con la información de que sabía dónde se encontraba nuestra madre biológica, coincidían las características y las fechas. Encontrarnos con ella sería un nuevo nivel de nerviosismo.
La mano de Samantha estaba relajada entre la mía, en cambio yo se la apretaba con nerviosismo y había comenzado a sudar. Ella hacía bromas sobre que se me caería el maquillaje, pero la verdad era que la forma de ser de esta persona definiría mi decisión con respecto a mi futuro. Fue un alivio cuando llegó al restaurante con un hermoso vestido beige y ojos hermosos. Los padres de Samantha estaban sentados en una mesa cercana y el detective en otra más retirada. De solo vernos comenzaron a temblarle las manos y las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
―No puedo creer que estén vivas…
―¿Vivas? –dijimos al unísono, no entendíamos su reacción.
―Son hermosas… Mis niñas…
Luego de calmarse nos contó la historia. Un día al ir al supermercado había sufrido un derrame cerebral, luego de que el personal del lugar llamara a la ambulancia, fue trasladada en el hospital. Para ese entonces estaba cerca la fecha de parto, estaba embarazada de nosotras. Había despertado dos años después tras caer en coma y las hijas que había estado esperando no estaban. El dolor de perdernos y la difícil rehabilitación la ahogó en depresión. Cuando logró recuperarse, intentó saber en donde habíamos sido enterradas, según le habían dicho las enfermeras habíamos muerto tras la cesaría de emergencia. Había llorado por 19 años en tumbas falsas o eso estaba por verse. Si era cierto todo lo que nos estaba contando y coincidían las pruebas de ADN que nos hicimos juntas luego del encuentro, ella habría recuperado algo perdido y yo habría descubierto una nueva familia.
Los días pasaron y a pesar de las recomendaciones del detective, yo quería pasar tiempo con ella. Había ido a su casa y hacíamos cosas tan simples como hacer postres y mirar películas. Era tranquila, no le gustaba el ruido, su hogar siempre estaba limpio y lleno de colores claros. Era un remanso para mi y mi corazón estaba ilusionado. Ella preguntaba sobre mi vida, la escuela y la familia que me había adoptado. Yo evitaba decirle los detalles desagradables. El día de los resultados todos nos reunimos en casa de los padres de Samantha, se sentía la tensión y la esperanza. El detective fue quien abrió el sobre y leyó los resultados: 97.9% de coincidencia. Era ella.
Mi corazón se sentía aliviado. Sin tener ninguna certeza había comenzado una búsqueda por una posible hermana perdida y no solo encontrado eso sino también una madre legítima. Desde el momento en el que tomé la decisión de la búsqueda, sabía que si resultaba lo que me ilusionaba no volvería a la que había sido mi vida hasta ahora ni a esa familia. Los trámites no serían sencillos, pero Laura, quería intentar quedarse conmigo y yo con ella. Con ayuda del detective y un par de abogados, podría tener una nueva vida en los brazos de una nueva familia.
Todos celebramos esa noche. Internamente solo agradecía mil veces como un mantra, a Dios, al universo, a lo que fuera. Tenía los ojos inflamados y la cara roja de tanto llorar, estaba agradecida de encontrar a personas que me quisieran. Los había perdido, pero la vida me las había devuelto.
―¿Samara? Ven a comer, hija. Deja de ver el cielo, ya es tarde y te resfriarás. Vamos…
—Realmente estas aquí…
—Y tú…
—No es una ilusión…
—Entonces valió la pena el viaje de 333 kilómetros…
—Ja ja ja ja ja ¿Siempre eres así de ocurrente?
—Y sarcástica… Disculpa, no debe ser una buena primera impresión.
—Diría que es una impresionante primera impresión conocer a alguien con tu mismo rostro, lo demás son solo detalles…
Si bien habíamos crecido en ciudades distintas, con familias distintas y lo lógico era que no nos encontráramos jamás, no había resultado de esa manera. Cuando la investigación comenzó, en algún punto creí que estaba equivocada. Gracias al avance tecnológico todo era inmediato. Seguirla y empezar a hablar no fue difícil, el problema era que no quería asustarla. El mundo estaba lo suficientemente loco como para saber que pudo alertarla todo el asunto, pero le envié las pruebas necesarias y me mostré los suficientemente convincente (y un tanto ilusionada) como que entendiera que estaba pasando algo real. Pero lo que descubrimos juntas fue más de lo que esperábamos.
Creer en lo que estaba pasando implicaba un riesgo, un secreto y una verdad que tendríamos que desentrañar, así que todo lo hicimos a escondidas de nuestra familia. Me hospedé en su ciudad mientras averiguábamos más y aunque todo nos ponía un poco tristes, se sentía como una pijamada con tu alma gemela. Yo había crecido como hija única, pero ella lo hizo en compañía de otros 3 hermanos. Una tarde antes de ir al hospital en donde le habían dicho que nació, ella hizo un comentario sarcástico de que era posible que solo estuviéramos siendo algo paranoicas respecto al tema. Para cuando salimos el sarcasmo se había ido.
Dos días después ella quiso hablar con sus padres, ellos sacaron toda la documentación pertinente, incluyendo una historia que solo ellos conocían, yo estaba presente mediante una llamada telefónica de un celular escondido en un sofá. Lo escuché todo y como estaba cerca, casi al final ella me dio la señal para que entrara en su casa. Sus padres estaban atónitos. Y de alguna forma yo quería esconderme, como si hubiera hecho algo malo.
Luego de hacernos la prueba de ADN, lo resultados arrogaron algo que ya sabíamos, éramos hermanas gemelas. Para cuando fuimos a la policía, la respuesta que nos habían dado parecía un mal chiste: “Niñas, ustedes son uno de los miles de casos de tráfico de bebés que hemos investigado o de los que aún no sabemos. Esto no es nuevo, pero al menos hace más de diez años que no ha vuelto a suceder, no que sepamos.”
Mi familia había sido una montaña rusa de emociones, pero mientras uno madura se va dando cuenta de las cosas. Mi padre tenía problemas con el alcohol y mi madre trabajaba sin descanso en una sastrería, pero siempre con un mal carácter por delante. Luego de los trece años la armonía se había quebrado, así como un cristal. Un recorte de personal en una compañía de seguros había dejado a mi padre sin trabajo y fue allí cuando empezó a beber. Yo había empezado a inscribirme en todas las clases extracurriculares que existían en el colegio, solo porque no quería llegar a casa mientras ellos tuvieran la suficiente energía como para discutir. Después de los dieciséis entendí que el gobierno les daba dinero para mi sustento por la adopción. No lo hubiera descubierto si a mi padre no se le hubiera escapado en un grito que yo era adoptada, una noche de fin de semana en el que había perdido unos cuantos billetes en una apuesta y llegó de mal humor, por supuesto oliendo a ron.
Me encargué de hacer toda la investigación que pude antes de salir de la ciudad e inventar que iría a una excursión por el final de curso. No hacían falta tatas explicaciones, con mi trabajo de medio tiempo en la panadería cercana pude reunir para el viaje. En el hospital de donde venía me habían dicho que un incendio terrible se había llevado todos los archivos del año en que nací, así que no pude conseguir mucha información. Fue por eso que no estaba completamente segura de que Samantha fuera mi hermana.
Me sentí un poco culpable de hacer tambalear su vida, ella si creía que era hija biológica de quienes la criaron. Me sentía culpable porque su realidad había sido distinta a la mía, se amaban y se cuidaban entre todos. Antes de que ella enfrentara a sus padres, me dijo que no tenía que sentirme así, que la verdad necesitaba saberse aunque fuera un trago amargo y que en dado caso habría ganado una gemela. Me había dado las gracias por buscarla y yo solo pude abrazarla fuerte esa noche.
Su familia estaba molesta, el papel que le habían hecho firmar era ilegal. Luego de hacer las denuncias, contrataron a un detective. Los días pasaron y ellos quisieron que me quedara en su casa como huésped, que era ilógico que estuviera pagando un hotel cerca. A las dos semanas, mi madre que no era mi madre comenzó a escribirme preguntando cuando volvería, yo ignoraba los mensajes pero sabía que se me estaba acabando el tiempo. Un día llegó el detective con la información de que sabía dónde se encontraba nuestra madre biológica, coincidían las características y las fechas. Encontrarnos con ella sería un nuevo nivel de nerviosismo.
La mano de Samantha estaba relajada entre la mía, en cambio yo se la apretaba con nerviosismo y había comenzado a sudar. Ella hacía bromas sobre que se me caería el maquillaje, pero la verdad era que la forma de ser de esta persona definiría mi decisión con respecto a mi futuro. Fue un alivio cuando llegó al restaurante con un hermoso vestido beige y ojos hermosos. Los padres de Samantha estaban sentados en una mesa cercana y el detective en otra más retirada. De solo vernos comenzaron a temblarle las manos y las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
―No puedo creer que estén vivas…
―¿Vivas? –dijimos al unísono, no entendíamos su reacción.
―Son hermosas… Mis niñas…
Luego de calmarse nos contó la historia. Un día al ir al supermercado había sufrido un derrame cerebral, luego de que el personal del lugar llamara a la ambulancia, fue trasladada en el hospital. Para ese entonces estaba cerca la fecha de parto, estaba embarazada de nosotras. Había despertado dos años después tras caer en coma y las hijas que había estado esperando no estaban. El dolor de perdernos y la difícil rehabilitación la ahogó en depresión. Cuando logró recuperarse, intentó saber en donde habíamos sido enterradas, según le habían dicho las enfermeras habíamos muerto tras la cesaría de emergencia. Había llorado por 19 años en tumbas falsas o eso estaba por verse. Si era cierto todo lo que nos estaba contando y coincidían las pruebas de ADN que nos hicimos juntas luego del encuentro, ella habría recuperado algo perdido y yo habría descubierto una nueva familia.
Los días pasaron y a pesar de las recomendaciones del detective, yo quería pasar tiempo con ella. Había ido a su casa y hacíamos cosas tan simples como hacer postres y mirar películas. Era tranquila, no le gustaba el ruido, su hogar siempre estaba limpio y lleno de colores claros. Era un remanso para mi y mi corazón estaba ilusionado. Ella preguntaba sobre mi vida, la escuela y la familia que me había adoptado. Yo evitaba decirle los detalles desagradables. El día de los resultados todos nos reunimos en casa de los padres de Samantha, se sentía la tensión y la esperanza. El detective fue quien abrió el sobre y leyó los resultados: 97.9% de coincidencia. Era ella.
Mi corazón se sentía aliviado. Sin tener ninguna certeza había comenzado una búsqueda por una posible hermana perdida y no solo encontrado eso sino también una madre legítima. Desde el momento en el que tomé la decisión de la búsqueda, sabía que si resultaba lo que me ilusionaba no volvería a la que había sido mi vida hasta ahora ni a esa familia. Los trámites no serían sencillos, pero Laura, quería intentar quedarse conmigo y yo con ella. Con ayuda del detective y un par de abogados, podría tener una nueva vida en los brazos de una nueva familia.
Todos celebramos esa noche. Internamente solo agradecía mil veces como un mantra, a Dios, al universo, a lo que fuera. Tenía los ojos inflamados y la cara roja de tanto llorar, estaba agradecida de encontrar a personas que me quisieran. Los había perdido, pero la vida me las había devuelto.
―¿Samara? Ven a comer, hija. Deja de ver el cielo, ya es tarde y te resfriarás. Vamos…
-Inglés/English-
-Inglés/English-
The blood calls
I felt like I could hyperventilate at any second. I had been looking for her for a long time. Since that night when her song through the screen made me believe that we all had a double on the other side of the world, until three years ago when my friends stumbled upon one of her videos on Tik Tok, the social network. At first it was mesmerizing how his in tune and impeccable voice made watching a simple video a blessing. But the similarities did not go unnoticed and everything evolved from a coincidence to a hunch, an intuition, an evident suspicion in less than a minute. The moment I saw her at the airport, my tears simply escaped, sliding down my cheeks.
― You are really here...
― And you...
― It's not an illusion...
― Then it was worth the 333 kilometer trip....<br ― Ha ha ha ha ha ha ha ha Are you always this witty?
― And sarcastic... Sorry, that must not be a good first impression.
― I would say it's an impressive first impression to meet someone with the same face as you, the rest is just details....
Although we had grown up in different cities, with different families and it was logical that we would never meet, it hadn't turned out that way. When the investigation began, at some point I thought I was wrong. Thanks to technological advances, everything was immediate. Following her and starting to talk wasn't difficult, the problem was that I didn't want to scare her. The world was crazy enough to know that she could have been alerted to the whole thing, but I sent her the necessary evidence and was convincing (and somewhat delusional) enough that she understood that something real was going on. But what we discovered together was more than we expected.
Believing in what was going on involved a risk, a secret and a truth that we would have to unravel, so we did it all in secret from our family. I stayed in their town while we found out more and although it all made us a little sad, it felt like a sleepover with your soul mate. I had grown up as an only child, but she did so in the company of 3 other siblings. One afternoon before going to the hospital where she had been told she was born, she made a sarcastic comment that it was possible we were just being a little paranoid about it. By the time we left the sarcasm was gone.
Two days later she wanted to talk to her parents, they pulled out all the pertinent documentation, including a story that only they knew, I was present via a phone call from a cell phone hidden in a couch. I heard it all and as I was nearby, almost at the end she gave me the signal to enter her house. Her parents were stunned. And somehow I wanted to hide, as if I had done something wrong.
After we took a DNA test, the results came back with something we already knew, we were twin sisters. By the time we went to the police, the answer they had given us seemed like a bad joke: "Girls, you are one of thousands of baby trafficking cases we have investigated or don't know about yet. This is not new, but at least it's been over ten years since it's happened again, not that we know of."
My family had been a roller coaster of emotions, but as you mature you figure things out. My father had problems with alcohol and my mother worked tirelessly in a tailor shop, but always with a bad temper ahead of her. After the age of thirteen the harmony had broken, just like a crystal. A downsizing at an insurance company had put my father out of work and that's when he started drinking. I had started signing up for every extracurricular class there was at school, just because I didn't want to come home while they had enough energy to argue. After I was sixteen I understood that the government was giving them money for my livelihood by adoption. I wouldn't have found out if my father hadn't let it slip in a scream that I was adopted, one weekend night when he had lost a few bucks on a bet and arrived in a bad mood, of course smelling of rum.
I took it upon myself to do as much research as I could before I left town and made up that I was going on an end-of-term field trip. No need for all the explanations, with my part-time job at the nearby bakery I was able to scrape together enough money for the trip. At the hospital where I had come from I had been told that a terrible fire had taken all the records from the year I was born, so I couldn't get much information. That was why I wasn't entirely sure that Samantha was my sister.
I felt a little guilty for shaking up her life, she did believe she was the biological child of those who raised her. I felt guilty because her reality had been different from mine, they loved and cared for each other. Before she confronted her parents, she told me that I didn't have to feel that way, that the truth needed to be known even if it was a bitter pill to swallow and that I would have gained a twin in any case. She had thanked me for looking her up and I could only hug her tight that night.
Her family was upset, the paper they had made her sign was illegal. After making complaints, they hired a detective. Days passed and they wanted me to stay at their house as a guest, it was illogical that I was paying for a hotel nearby. After two weeks, my mother who was not my mother began to write me asking when I would be back, I ignored the messages but I knew I was running out of time. One day the detective arrived with the information that he knew where our biological mother was, the characteristics and dates matched. Meeting her would be a new level of nervousness.
Samantha's hand was relaxed in mine, but I was squeezing it nervously and had begun to sweat. She was making jokes about my makeup falling off, but the truth was that this person's manner would define my decision regarding my future. It was a relief when she arrived at the restaurant wearing a beautiful beige dress and beautiful eyes. Samantha's parents were seated at a nearby table and the detective at a more secluded one. Just the sight of us made her hands begin to shake and tears welled up in her eyes.
― I can't believe they're alive?
― Alive? -we said in unison, not understanding her reaction.
― They are beautiful... My children...
After she calmed down she told us the story. One day while going to the supermarket she had suffered a stroke, after the staff called the ambulance, she was taken to the hospital. By that time she was close to her due date, she was pregnant with us. She had awakened two years later after falling into a coma and the daughters she had been expecting were gone. The pain of losing us and the difficult rehabilitation drowned her in depression. When she recovered, she tried to find out where we had been buried, as she had been told by the nurses that we had died after the emergency cesarean section. She had mourned for 19 years in false graves or so it remained to be seen. If everything she was telling us was true and the DNA tests we took together after the meeting matched, she would have recovered something lost and I would have discovered a new family.
The days passed and despite the detective's recommendations, I wanted to spend time with her. I had gone to her house and we did simple things like making desserts and watching movies. She was quiet, didn't like noise, her home was always clean and full of light colors. She was a haven for me and my heart was excited. She would ask about my life, school and the family that had adopted me. I avoided telling her the unpleasant details. On the day of the results we all gathered at Samantha's parents' house, the tension and hope was palpable. The detective was the one who opened the envelope and read the results: 97.9% match. It was her.
My heart was relieved. Without any certainty I had begun a search for a possible missing sister and found not only that but also a legitimate mother. From the moment I made the decision to search, I knew that if it turned out the way I had hoped it would, I would not return to what had been my life until now, nor to that family. The procedures would not be easy, but Laura wanted to try to stay with me and I with her. With the help of the detective and a couple of lawyers, I could have a new life in the arms of a new family.
We all celebrated that night. Internally I just thanked a thousand times like a mantra, God, the universe, whatever. My eyes were swollen and my face was red from crying, I was grateful to find people who loved me. I had lost them, but life had given them back to me.
― Samara? Come and eat, daughter. Stop looking at the sky, it's late and you'll catch a cold. Come on, let's go...
― You are really here...
― And you...
― It's not an illusion...
― Then it was worth the 333 kilometer trip....<br ― Ha ha ha ha ha ha ha ha Are you always this witty?
― And sarcastic... Sorry, that must not be a good first impression.
― I would say it's an impressive first impression to meet someone with the same face as you, the rest is just details....
Although we had grown up in different cities, with different families and it was logical that we would never meet, it hadn't turned out that way. When the investigation began, at some point I thought I was wrong. Thanks to technological advances, everything was immediate. Following her and starting to talk wasn't difficult, the problem was that I didn't want to scare her. The world was crazy enough to know that she could have been alerted to the whole thing, but I sent her the necessary evidence and was convincing (and somewhat delusional) enough that she understood that something real was going on. But what we discovered together was more than we expected.
Believing in what was going on involved a risk, a secret and a truth that we would have to unravel, so we did it all in secret from our family. I stayed in their town while we found out more and although it all made us a little sad, it felt like a sleepover with your soul mate. I had grown up as an only child, but she did so in the company of 3 other siblings. One afternoon before going to the hospital where she had been told she was born, she made a sarcastic comment that it was possible we were just being a little paranoid about it. By the time we left the sarcasm was gone.
Two days later she wanted to talk to her parents, they pulled out all the pertinent documentation, including a story that only they knew, I was present via a phone call from a cell phone hidden in a couch. I heard it all and as I was nearby, almost at the end she gave me the signal to enter her house. Her parents were stunned. And somehow I wanted to hide, as if I had done something wrong.
After we took a DNA test, the results came back with something we already knew, we were twin sisters. By the time we went to the police, the answer they had given us seemed like a bad joke: "Girls, you are one of thousands of baby trafficking cases we have investigated or don't know about yet. This is not new, but at least it's been over ten years since it's happened again, not that we know of."
My family had been a roller coaster of emotions, but as you mature you figure things out. My father had problems with alcohol and my mother worked tirelessly in a tailor shop, but always with a bad temper ahead of her. After the age of thirteen the harmony had broken, just like a crystal. A downsizing at an insurance company had put my father out of work and that's when he started drinking. I had started signing up for every extracurricular class there was at school, just because I didn't want to come home while they had enough energy to argue. After I was sixteen I understood that the government was giving them money for my livelihood by adoption. I wouldn't have found out if my father hadn't let it slip in a scream that I was adopted, one weekend night when he had lost a few bucks on a bet and arrived in a bad mood, of course smelling of rum.
I took it upon myself to do as much research as I could before I left town and made up that I was going on an end-of-term field trip. No need for all the explanations, with my part-time job at the nearby bakery I was able to scrape together enough money for the trip. At the hospital where I had come from I had been told that a terrible fire had taken all the records from the year I was born, so I couldn't get much information. That was why I wasn't entirely sure that Samantha was my sister.
I felt a little guilty for shaking up her life, she did believe she was the biological child of those who raised her. I felt guilty because her reality had been different from mine, they loved and cared for each other. Before she confronted her parents, she told me that I didn't have to feel that way, that the truth needed to be known even if it was a bitter pill to swallow and that I would have gained a twin in any case. She had thanked me for looking her up and I could only hug her tight that night.
Her family was upset, the paper they had made her sign was illegal. After making complaints, they hired a detective. Days passed and they wanted me to stay at their house as a guest, it was illogical that I was paying for a hotel nearby. After two weeks, my mother who was not my mother began to write me asking when I would be back, I ignored the messages but I knew I was running out of time. One day the detective arrived with the information that he knew where our biological mother was, the characteristics and dates matched. Meeting her would be a new level of nervousness.
Samantha's hand was relaxed in mine, but I was squeezing it nervously and had begun to sweat. She was making jokes about my makeup falling off, but the truth was that this person's manner would define my decision regarding my future. It was a relief when she arrived at the restaurant wearing a beautiful beige dress and beautiful eyes. Samantha's parents were seated at a nearby table and the detective at a more secluded one. Just the sight of us made her hands begin to shake and tears welled up in her eyes.
― I can't believe they're alive?
― Alive? -we said in unison, not understanding her reaction.
― They are beautiful... My children...
After she calmed down she told us the story. One day while going to the supermarket she had suffered a stroke, after the staff called the ambulance, she was taken to the hospital. By that time she was close to her due date, she was pregnant with us. She had awakened two years later after falling into a coma and the daughters she had been expecting were gone. The pain of losing us and the difficult rehabilitation drowned her in depression. When she recovered, she tried to find out where we had been buried, as she had been told by the nurses that we had died after the emergency cesarean section. She had mourned for 19 years in false graves or so it remained to be seen. If everything she was telling us was true and the DNA tests we took together after the meeting matched, she would have recovered something lost and I would have discovered a new family.
The days passed and despite the detective's recommendations, I wanted to spend time with her. I had gone to her house and we did simple things like making desserts and watching movies. She was quiet, didn't like noise, her home was always clean and full of light colors. She was a haven for me and my heart was excited. She would ask about my life, school and the family that had adopted me. I avoided telling her the unpleasant details. On the day of the results we all gathered at Samantha's parents' house, the tension and hope was palpable. The detective was the one who opened the envelope and read the results: 97.9% match. It was her.
My heart was relieved. Without any certainty I had begun a search for a possible missing sister and found not only that but also a legitimate mother. From the moment I made the decision to search, I knew that if it turned out the way I had hoped it would, I would not return to what had been my life until now, nor to that family. The procedures would not be easy, but Laura wanted to try to stay with me and I with her. With the help of the detective and a couple of lawyers, I could have a new life in the arms of a new family.
We all celebrated that night. Internally I just thanked a thousand times like a mantra, God, the universe, whatever. My eyes were swollen and my face was red from crying, I was grateful to find people who loved me. I had lost them, but life had given them back to me.
― Samara? Come and eat, daughter. Stop looking at the sky, it's late and you'll catch a cold. Come on, let's go...
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Todo el relato estuvo muy interesante. de verdad que me sumergí en la historia.
Muchísimas gracias por leer ❤️
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Muchísimas gracias por el apoyo 😊
Leer esta historia fue como ver un cortometraje de lo bien que lo has realizado, me ha encantado, un inicio lamentable con un final feliz.
En la vida hay muchos finales desafortunados, pero cada tanto hay algunos muy hermosos, debemos apreciarlos. Muchísimas gracias por leer ❤️
Excelente el relato Y sus detalles. UN Espectacular desarrollo
Muchísimas gracias por leerlo 😊
Primero, que locura de noticia en la que te inspiraste, hay tantas cosas extrañas por ahí ocultas que a veces la realidad supera la ficción, aunque en este caso, el toque particular que decidiste imprimirle a los personajes y el sentido desenlace creo que le hacen mucha justicia a la ficción. Una historia para quedarse prendado.
Primero que nada, muchísimas gracias por leer. Y segundo, muchísimas gracias por tu comentario tan nutrido, leer sus apreciaciones sobre lo que escribo me impulsa a seguir haciéndolo. ✨
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STOP
Waos, me recordo a un juego de gemelas, pero más serio. Este relato tuvo tanto momentos oscuros como bonitos. Es triste y algo aterrador que cosas como el tráfico de bebés puedan suceder de verdad.
Gracias por leer. Si, es incluso cruel. Pero ojalá esa realidad se termine algún día.