Hello, fellow readers! If you want to read the first part of this story, you should click here.
Lost Whispers (End)
There was a day when I was at home with my kids. They used to like me, and I used to buy them toys for them to play with. That made them happy. But I was a little confused about the voices.
Those voices sent me to play with them in the kitchen. The voices also liked the kids, so, they wanted to play too. They asked me to prepare food, but first they told me to keep the gas of the stove open for a little while. I didn’t understand why, but they told me that it was the only way for they to be visible.
I felt enthusiastic about that. I wanted to see the voices too, so I did what they asked me.
I waited and waited for they to appeared, but the voices got silent. I was so disappointed, but I knew I had to prepare the food for my kids. I forgot it; believe me when I say that I forgot it. Just one spark and everything exploded. The kids were screaming and crying. But the voices were laughing. And then, I saw them, they were on fire and were eating my kids. I began to cry and fight with them, but the voices laughed at me, and they turned me on fire too. I screamed in pain and went out of the house, rolling on the wet earth to extinguish me off.
And then, I knew, the voices took my kids away, and I was the only one to blame
Now, looking through the window, I could see them clearly. Their skins were burned, and their faces were disfigured with blisters. They were horrible, they were broken. From my eyes, tears slipped through my face.
I heard them coming. The voices; their laughter and screams. All those made me cried. I was a fool when I decided to listen to them. A lot of screams were invading my brain. I could not stand it over. So I hit my head to the window, over and over, and over again till it bled. I wanted to keep them away from my mind. The blood running on my face felt like the same burning fire that consumed my children. Another look to the window and my kids disappeared. But the voices didn’t.
Steps, one click, and the door opened. The guards saw me and their faces went white, like their clothes. One of them got a syringe from his pocket, and immediately I knew that tomorrow will be a long, long day. When I fell asleep I was calmed because in those hours of sleeping I would hear the lost whispers of my little children.
Susurros Perdidos (Fin)
Hubo un día en que estaba en casa con mis hijos. Yo solía agradarles y les compraba juguetes para que jugaran. Eso los hacía felices. Pero las voces me confundían un poco.
Esas voces me enviaron a jugar con ellos en la cocina. A las voces también les gustaban los niños, así que también querían jugar. Me pidieron que preparara la comida, pero primero me dijeron que mantuviera el gas de la estufa abierto durante un rato. No entendí por qué, pero me dijeron que era la única manera para ellos hacerse visibles.
Eso me entusiasmó. Yo también quería ver las voces, así que hice lo que me pidieron.
Esperé y esperé a que aparecieran, pero las voces se callaron. Estaba muy decepcionada, pero sabía que tenía que preparar la comida para mis hijos. Lo olvidé; créanme cuando digo que lo olvidé. Una sola chispa y todo explotó. Los niños gritaban y lloraban. Pero las voces se reían. Y entonces, los vi, estaban en las llamas y se estaban comiendo a mis hijos. Empecé a llorar y a luchar con ellos, pero las voces se rieron de mí y me prendieron fuego a mí también. Grité de dolor y salí de la casa, rodando sobre la tierra húmeda para apagarme.
Y entonces, lo supe, las voces se llevaron a mis hijos, y yo fui la única culpable
Ahora, mirando por la ventana, podía verlos claramente. Tenían la piel quemada y la cara desfigurada por las ampollas. Eran horribles, estaban destrozados. De mis ojos, las lágrimas resbalaron por mi cara.
Los oí llegar. Las voces; sus risas y gritos. Todo eso me hacía llorar. Fui una tonta cuando decidí escucharlos. Muchos gritos invadían mi cerebro. No podía aguantar más. Así que me golpeé la cabeza contra la ventana, una y otra vez, hasta que sangró. Quería alejarlos de mi mente. La sangre que corría por mi cara se sentía como el mismo fuego ardiente que consumió a mis hijos. Otra mirada a la ventana y mis hijos desaparecieron. Pero las voces no lo hicieron.
Pasos, un clic, y la puerta se abrió. Los guardias me vieron y sus caras se volvieron blancas, como sus ropas. Uno de ellos sacó una jeringuilla de su bolsillo, e inmediatamente supe que mañana sería un largo, largo día. Cuando me dormí me tranquilicé porque en esas horas de sueño podría oír los susurros perdidos de mis pequeños.
A scary story indeed.
Totally. A story that came to life thanks to a song a listen very often.