Daryl is furious, too furious. Anger clouds his mind so much that he's tired of thinking and now he just wants to release all the crap he has inside.
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And there is a lot, a lot of crap to release.
Without much care, and without measuring his actions, Daryl opens the door of his car and gets into it, hitting his head in the process.
-Damn..." mutters Daryl as he massages himself trying to relieve some of the pain.
As he climbs into the car, breathing heavily, he remembers his officer's words.
-Even if it costs you, you have to try to behave yourself, Daryl, you can't expect to be free after what you did.
And yes, Daryl is aware that if he screws up again he'll go back to prison and everything will be ruined, the thing is that right now he doesn't care about that.
Behaving well is so tiresome, so hard.
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He was never good at it, and frankly he doesn't want to learn either. If losing his life is the price for letting off some steam and letting go of his inner demons, so be it.
What better way to die than to scream to the world that he doesn't give a damn anymore?
With adrenaline pumping, he violently starts his car, driving at full speed.
With a terrified expression, Daryl begins to drive as if the Devil has taken over his body. It feels so good.
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Daryl begins to hear the loud alarm on his anklet, and without paying attention to it, he continues driving like a maniac.
With no care to run over anyone, many pedestrians run for their lives in fear. Daryl thinks he hit two, though he didn't pay much attention to it either.
It feels so good, screw behaving well, screw house arrest for beating his boss into the hospital, screw feeling guilty. Daryl is not to blame for having anger management issues, he sees no reason to feel any guilt.
Daryl hears a very funny sound, and with a huge grin he looks in his rear view mirrors: the police.
So they want to play too...
Speeding full throttle, without measuring his actions, and without a care in the world, Daryl drives towards a cliff.
With no intention of stopping, Daryl accelerates while screaming and laughing in sick ecstasy.
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The car plummets off the cliff with nothing and no one able to stop it, as Daryl laughs like crazy.
And that was the last heard of him...
Images taken from Pixabay: credits to Gordon Johnson, Oskars Zvejs, 4711018, geralt
Español
Daryl está furioso, demasiado furioso. La ira nubla su mente de tal manera, que ya se canso de pensar y ahora solo quiere liberar toda la porquería que tiene dentro.
Y hay mucha, muchísima porquería que liberar.
Sin mucho cuidado, y sin medir sus actos, Daryl abre la puerta de su auto y se sube en él, golpeándose la cabeza en el proceso.
–Maldita sea…–murmura Daryl mientras se da un masaje intentando aliviar un poco el dolor.
Mientras se sube al auto respirando agitadamente, recuerda las palabras de su oficial.
–Aunque te cueste, tienes que procurar portarte bien, Daryl, no puedes esperar tener libertad después de lo que hiciste.
Y si, Daryl está consciente de que si vuelve a meter la pata volverá a caer preso y todo se arruinara, la cuestión es que ahora mismo eso le da igual.
Portarse bien es tan cansino, tan difícil.
Nunca se le dio bien, y francamente tampoco quiere aprender. Si perder la vida es el precio por desahogarse un poco y dejar ir sus demonios interiores, pues que así sea.
¿Qué mejor forma de morir, que gritarle al mundo que ya todo le da igual?
Con la adrenalina a flor de piel, arranca con violencia su auto, conduciendo a toda velocidad.
Con una expresión terrorífica, Daryl comienza a conducir como si el Diablo se hubiera apoderado de su cuerpo. Se siente tan bien.
Daryl empieza a escuchar la ruidosa alarma de su tobillera, y sin prestarle atención, sigue conduciendo como un maniático.
Sin ningún cuidado de atropellar a alguien, muchos peatones corren por sus vidas asustados. Daryl cree haber atropellado a dos, aunque tampoco le puso mucha atención.
Se siente tan bien, al diablo portarse bien, al diablo el arresto domiciliario por golpear a su jefe hasta mandarlo al hospital, al diablo sentirse culpable. Daryl no tiene la culpa de tener problemas de manejo de la ira, no ve razón para sentir culpa alguna.
Daryl escucha un sonido muy divertido, y con una sonrisa enorme mira por los espejos retrovisores: la policía.
Así que ellos también quieren jugar…
Acelerando a fondo, sin medir sus acciones, y sin importarle nada, Daryl se dirige hacia un acantilado.
Sin intención de detenerse, Daryl acelera mientras grita y ríe en medio de un enfermizo éxtasis.
El auto cae por el acantilado sin que nada ni nadie pueda detenerlo, mientras Daryl ríe como loco.
Y eso fue lo último que se escuchó de él…
Imagenes sacadas de Pixabay: créditos a Gordon Johnson, Oskars Zvejs, 4711018, geralt