Rai Silva, el detective con un historial impecable de casos resueltos, decidía tomarse un merecido día libre en un bar de ambiente oscuro, lejos de los casos y la presión que la ciudad ejercía sobre él. Mientras saboreaba con calma su whisky, sus sentidos se agudizaban al percibir la entrada de el Mandril, un peligroso narcotraficante que sembraba el miedo en la urbe. Un presentimiento inquietante recorrió su espina dorsal, su sexto sentido le advertía que algo crucial estaba a punto de suceder.
Antes de que Rai pudiera acercarse a la zona VIP, la tranquila noche se desgarró con la estruendosa sinfonía de disparos. El bar se sumió en el pandemonio, gritos y personas intentando huir en todas direcciones. Con una agilidad sorprendente, Rai se dirigió hacia la fuente de los disparos, identificando a El Mandril y sus hombres caídos, víctimas de una emboscada. Lo desconcertante radicaba en la ausencia total de pistas sobre el autor de la masacre.
Entre los escombros, una voz suplicante resonó, atrayendo la atención de Rai. Era una joven mesera, testigo aterrada de la tragedia que se había refugiado en un rincón durante la confusión. La llegada de la policía a la escena no arrojó luz sobre el enigma, no había rastro alguno del perpetrador capaz de enfrentarse al temido jefe mafioso sin dejar evidencia.
Al día siguiente, Rai se presentó en el hospital donde se recuperaba la mesera herida en el brazo. A pesar de la intensa interrogación del detective, la joven sostenía que no había visto quién perpetró el ataque. Rai, con su aguda intuición, sabía que ocultaba algo, pero la verdad permanecía esquiva.
La investigación llevó a Rai a sumergirse en la vida de El Mandril, descubriendo que el narcotraficante había erradicado a todos sus competidores en el negocio. Al entrevistar a los empleados del bar, uno de los compañeros de la joven mesera recordó haberla visto intercambiar su turno con otra empleada. Intrigado, Rai Silva le preguntó que de extraño tenía eso, y el hombre le respondió que, en todo el tiempo que llevaba trabajando allí, ella jamás había cambiado su turno con nadie.
Rai Silva, the detective with an impeccable record of solved cases, decided to take a well-deserved day off in a dimly lit bar, away from the cases and the pressure that the city exerted on him. As he calmly savored his whiskey, his senses sharpened as he sensed the entrance of El Mandril, a dangerous drug trafficker who instilled fear in the city. An unsettling premonition ran down his spine; his sixth sense warned him that something crucial was about to happen.
Before Rai could approach the VIP area, the quiet night was torn apart by the thunderous symphony of gunshots. The bar descended into chaos, with screams and people trying to flee in all directions. With surprising agility, Rai headed towards the source of the shots, identifying El Mandril and his fallen men, victims of an ambush. The perplexing aspect was the total absence of clues about the perpetrator of the massacre.
Among the debris, a pleading voice echoed, drawing Rai's attention. It was a young waitress, a terrified witness to the tragedy, who had taken refuge in a corner during the confusion. The arrival of the police at the scene shed no light on the enigma; there was no trace of the perpetrator capable of confronting the feared mafia boss without leaving evidence.
The next day, Rai showed up at the hospital where the wounded waitress was recovering. Despite the detective's intense interrogation, the young woman insisted that she hadn't seen who carried out the attack. Rai, with his keen intuition, knew she was hiding something, but the truth remained elusive.
The investigation led Rai to delve into El Mandril's life, discovering that the drug trafficker had eliminated all his competitors in the business. When interviewing the bar's employees, one of the waitress's colleagues remembered seeing her swapping shifts with another employee. Intrigued, Rai Silva asked what was strange about that, and the man replied that, in all the time he had worked there, she had never exchanged shifts with anyone.
Quizás no parecía crucial, pero Rai decidió adentrarse más en la historia de la joven mesera. Al llegar a su departamento, observó a su alrededor con sutilidad mientras ella estaba en la cocina. Descubrió una fotografía antigua de una mujer, la abuela de la mesera. Al regresar de la cocina, la joven explicó que esa mujer era su abuela, practicante de la religión Umbanda.
De vuelta a la conversación, la chica le reveló que unos días atrás, El Mandril había estado en el bar y escuchó a sus guardaespaldas hablar sobre un hombre que lo estaba atormentando. Con esta nueva información, Rai se dirigió a la mansión del mafioso, donde fue recibido por la viuda del Mandril.
La mujer, visiblemente asustada, le habló de la amenaza que yacía entre su familia. Hacía tiempo, una sacerdotisa los había maldecido, y temía que sus hijos sufrieran la misma suerte que su padre. Rai, intrigado, le preguntó sobre la sacerdotisa, y la esposa del Mandril le mostró una fotografía de una sacerdotisa Umbanda, la misma que estaba en la casa de la mesera.
Perhaps it didn't seem crucial at first, but Rai decided to delve deeper into the story of the young waitress. Upon arriving at her apartment, he subtly looked around while she was in the kitchen. He discovered an old photograph of a priestess, the waitress's grandmother, practicing the Umbanda religion. Upon returning from the kitchen, the young woman explained that this woman was her grandmother, a practitioner of the Umbanda religion.
Back in their conversation, the girl revealed that a few days ago, El Mandril had been at the bar and overheard his bodyguards talking about a man tormenting him. Armed with this new information, Rai headed to the mobster's mansion, where he was received by El Mandril's widow.
The woman, visibly frightened, spoke of the threat that lingered over her family. A priestess had cursed them long ago, and she feared that her children would suffer the same fate as their father. Intrigued, Rai asked about the priestess, and El Mandril's wife showed him an photograph of an Umbanda priestess the same one that was in the waitress's house.
Rai comprendió que la mesera era la clave para resolver este oscuro enigma. Al llegar a su casa, la encontró en estado de trance, invocando a sus espíritus. La joven, en posesión, comenzó a hablar con Rai, revelándole que era necesario asesinar al mafioso, quien había matado a su abuela, una sacerdotisa que antes trabajaba para él.
Esta tragedia llevó a la nieta a planear su venganza, y sabía que el bar era el lugar perfecto. Había adulterado los tragos, haciendo que los hombres del Mandril se dispararan entre ellos.
El detective, intrigado por la confesión de la joven mesera, le pregunta con un dejo de perplejidad por qué está revelándole toda la verdad. La joven, con una mirada enigmática, responde en voz baja: "Porque sé que pronto olvidarás todo". Rai Silva, desconcertado, se sumerge en un silencio incómodo mientras la mesera continúa con su relato, desvelando capas más profundas de la trama que envuelve la venganza contra el Mandril.
A medida que la conversación avanza, la mesera revela que su abuela, la sacerdotisa Umbanda, poseía conocimientos ancestrales de olvido selectivo, los que le fueron enseñado a ella tambien. Había preparado un hechizo que borraría de la mente del detective los eventos que acaba de confesarle. Rai, escéptico pero cautivado por la narrativa mística, decide continuar la conversación, intrigado por la conexión entre la venganza, la magia y su propia memoria frágil.
La joven mesera, guiada por la herencia espiritual de su abuela, desplegó un plan meticuloso para poner fin a la tiranía de el Mandril. Mientras tanto, Rai lucha por mantener su enfoque, enfrentándose a la dualidad de su papel como detective y su vulnerabilidad ante la magia ancestral que amenaza con borrar sus recuerdos.
La confesión de la joven se sumerge en un terreno más oscuro y enigmático, donde los límites entre la realidad y la magia se convierten en un juego peligroso, desafiando la lógica.
Entonces en ese momento el gran detective Rai Silva, pareció olvidar toda la confesión, dejando la verdad sepultada en las sombras de su propia mente. El caso quedó cerrado, a ninguna autoridad pareció importarle la muerte de un jefe mafioso, pero la ciudad continuaba siendo un escenario donde la línea de la justicia se desvanecía en la penumbra del misticismo.
Rai understood that the waitress held the key to unraveling this dark enigma. Upon reaching her home, he found her in a trance, invoking her spirits. The young woman, possessed, began to converse with Rai, revealing that it was necessary to assassinate the mobster who had killed her grandmother, a priestess who had once worked for him.
This tragedy led the granddaughter to plan her revenge, and she knew that the bar was the perfect place. She had spiked the drinks, making the Mandrill's men shoot each other.
Intrigued by the confession of the young waitress, Rai, with a hint of perplexity, asked why she was revealing the whole truth. The young woman, with an enigmatic gaze, responded in a low voice, "Because I know you will soon forget everything." Rai Silva, bewildered, fell into an uncomfortable silence as the waitress continued her tale, unveiling deeper layers of the plot surrounding the vengeance against El Mandril.
As the conversation progressed, the waitress revealed that her grandmother, the Umbanda priestess, possessed ancestral knowledge of selective forgetfulness, knowledge that had also been passed down to her. She had cast a spell that would erase from the detective's mind the events he had just confessed. Rai, skeptical but captivated by the mystical narrative, decided to continue the conversation, intrigued by the connection between vengeance, magic, and his own fragile memory.
Guided by the spiritual heritage of her grandmother, the young waitress unfolded a meticulous plan to put an end to El Mandril's tyranny. Meanwhile, Rai struggled to maintain his focus, grappling with the duality of his role as a detective and his vulnerability to the ancestral magic that threatened to erase his memories.
The young woman's confession delved into a darker and more mysterious territory, where the boundaries between reality and magic became a dangerous game, challenging logic.
Then, at that moment, the great detective Rai Silva seemed to forget the entire confession, leaving the truth buried in the shadows of his own mind. The case was closed, and no authority seemed to care about the death of a mafia boss, but the city continued to be a stage where the line of justice faded into the twilight of mysticism.
Historia creada por mi, para el reto Hispaliterario 31
Story created by me, for the Hispaliterario 31 challenge.
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!
Muchas gracias por ser de los pocos que valoran mi contenido ♥️
@tipu curate 5
Upvoted 👌 (Mana: 0/63) Liquid rewards.
Gracias 😊
Una historia muy interesante. Me atrapo de principio a fin, muchos elementos que hacen interesante tu historia, como es la mafia, venganza, místicismo... Muy buen trabajo.
Gracias por compartir.
Buena noche.