Dios mío que cosa más fea vivieron esa gente, tan perturbada, que no tuvieron temor de Dios, ni respeto por la vida de las personas.
Mucho menos por la de su propia hija.
Sin palabras, cosas que pasan por increíbles que parezcan.
Dios mío que cosa más fea vivieron esa gente, tan perturbada, que no tuvieron temor de Dios, ni respeto por la vida de las personas.
Mucho menos por la de su propia hija.
Sin palabras, cosas que pasan por increíbles que parezcan.