Me quedé atrapada con esta historia, pobre Manuel, es que en el corazón no se manda, si ni siquiera Leonardo le echaba un ojo a Leti, a pesar de su belleza, seguro ya no se amaban y bueno en esa Soledad, como no enamorarse de la más lindas de las compañeras de hogar.
Pobre Eli que le tocó estar en medio, a pesar de que en si no sabía nada.
Me gustó mucho, esperando más historias como ésta.