una noche lluviosa algo calurosa,
inesperada y acechando
cual serpiente venenosa.
La envidia fue el impulso,
su mente alocada actuó,
vidas pudieron perderse,
ante el material que se carbonizó.
A mi lado estaba ella,
queriendo tal vez ser yo,
a mi lado los últimos días
y recuerdos que se construyó.
Un vago recuerdo ronda la pequeña,
la que miró la serpiente reír,
esa noche estando de rodillas,
dejando mis lágrimas fluir.
Me cegó el hecho de la culpa,
pues había sido yo,
eso fue lo que siempre creí,
y de allí todo se perdió.
Pero el tiempo pasó,
no muy lejano pero inesperado,
la serpiente se casó con mi pasado,
incluso mis recuerdos en baúl guardó.
Tanta ha sido su maldad y envidia,
que teniendo todo aún lo conservó,
tal vez para recordar su camino,
uno donde me quemó y pisoteo.
Pero aún cuando el vidrio quebró,
la pequeña nunca olvidó,
en su camino había venganza,
y nadie aún queriendo le apartó.
Cambió de nombre la pequeña,
y así fue como entró,
era casa de víboras,
sobre el jardín que ella dejó.
Mientras yo ni mi nombre recordaba,
postrada en cama y en llamas,
de una piel marchita del fuego,
culpandome aún entre los recuerdos.
a rainy night a little hot,
unexpected and lurking
like a poisonous snake.
Envy was the impulse,
his mad mind acted,
lives could be lost,
before the charred material.
Beside me was she,
wanting perhaps to be me,
by my side the last days
and memories that were built.
A vague memory haunts the little one,
the one that watched the snake laugh,
that night on my knees,
letting my tears flow.
I was blinded by the fact of guilt,
for it had been me,
that was what I always believed,
and from there all was lost.
But time passed,
not far away but unexpected,
the snake married my past,
even my memories in a trunk he kept.
So much has been his evil and envy,
that having everything she still kept it,
perhaps to remember his path,
one where he burned and trampled me.
But even when the glass broke,
the little girl never forgot,
on her path there was revenge,
and no one even wanted to push her away.
She changed her name, the little girl,
and that's how she entered,
it was a house of vipers,
over the garden she left.
While I did not even remember my name,
bedridden and in flames,
of a withered skin from the fire,
blaming me still among the memories.
Que esperas para unirte a nuestro trail de curación y formar parte del "proyecto CAPYBARAEXCHANGE", tu casa de cambio, rapida, confiable y segura