Advertencia
El siguiente relato contiene drogas, escenas sexuales y contenido BDSM no apto para todo publico
El reflejo en el espejo le devolvió la mirada, sus ojos color miel con las pupilas dilatadas en parte por la anticipación y en parte por los estupefacientes que le recorrían el cuerpo, tomó el billete perfectamente enrollado y esnifó a línea blanca como la nieve, se dio una última mirada a sí misma a través de la superficie cristalina y como si de un chiste se tratara intento recordar si había cerrado su casa con llave antes de salir, sin embargo el pensamiento duró apenas un segundo lo mismo que el polvo blanco en llegar a su sistema y darle una pequeña sacudida a sus nervios. Rápidamente se levantó de su asiento y empezó a caminar sin rumbo por la estancia, buscando una baja para subida de endorfinas, ¿un trago quizás?
Se acercó a la barra y pidió una cerveza, mientras esperaba a el camarero con su orden sintió como alguien la miraba fijamente, con suerte alguien agradable con quien divertirse un poco, pero en un striper club podría ser cualquiera, desde un alto mandatario adinerado hasta unos chicos que solo querían vivir la experiencia, los conocía a todos y cada uno de los tipos de hombres que venían a estos lugares y casi podría catalogarlos en 2, los que desean sentir que tiene el poder y los que desean ser dominados hasta la médula, le encantaba sentarse en la barra durante horas y mirarlos flirtear con las chicas intentando adivinar cuál era cuál, personalmente prefería jugar a la sumisa rebelde con los dominantes, sin embargo tener un esclavo a sus pies también tenía su encanto, justo cuando el camarero puso la botella frente a ella el aroma del perfume masculino inundó su olfato.
Podría invitarte un cóctel si prefieres- dijo una voz masculina detrás de ella, eso fue más rápido de lo que ella había previsto.
Ningún cóctel puede ganarle a una cerveza- conteste mientras me daba la vuelta para encararlo, era alto, de piel pálida con cabello oscuro y una bárbara poblada.
Tienes razón en eso- me respondió con una media sonrisa, fue todo lo que necesite para saber que él era el indicado para esa noche.
Apure la cerveza de un trago y sin decir nada comencé a caminar hacia las habitaciones, no necesite voltear hacia atrás para saber que él seguiría, después de todo la condescendencia con que acepto mi preferencia por la cerveza me dijo lo único que necesitaba saber y el me había escogido a mí desde el momento en que comenzó a mirarme a la distancia. Abrí la puerta de mi habitación favorita, aunque todas eran básicamente iguales en cuestión de muebles, está en específico estaba decorada en tonos rojos y negros, lo que a mi parecer le daba un aire mas seductor y podía hacer florecer cualquier fantasía con intensidad, camine hasta el sofá de cuero negro y me senté dejando que las aberturas laterales de mi vestido expusieran mis muslos. El aún seguía quieto en el umbral de la puerta con la mirada fija en mi piel recién expuesta, después de unos segundo tomo aire y entró cerrando la puerta detrás de él.
El silencio reino por un instante, mientras la excitación se hacía presente poco a poco, junto al sofá había una pequeña mesa con licores, cigarrillos y cualquier otra cosa necesaria para hacer más amena la velada, tome un cigarrillo y lo encendí dando una fuerte calada, la punto se encendió de un naranja brillante mientras el humo hacia una danza llenando el ambiente.
-De rodillas- ordene con voz calmada, la alfombra emitió un ruido sordo al amortiguar el impacto de sus rodillas, giré mi vista a su dirección y tal como esperaba era la viva imagen de la sumisión, con la mirada fija en el piso y las manos a cada lado esperando pacientemente, sin embargo podía ver claramente la tensión en sus hombros la forma como apretaba sus manos en puños, sin necesidad de palabras ya sabía que lo había llevado aquí esta noche- Acercate- dije mientras con mi mano libre señalaba el piso frente a mi, lo vi gatear lenta pero decididamente hasta el lugar donde le había indicado.
Seguí fumando mi cigarrillo distraídamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo en mis manos, dejando que la incertidumbre de no saber cual seria el siguiente movimiento creciera dentro de él y se convirtiera en anhelo, di la última inhalación y aplasta el cigarrillo en el cenicero para apagarlo, había llevado el momento de comenzar y pide sentir mi piel erizar se ante la escena que pronto comenzamos a representar, con la punta de mis botas de tacón levante su barbilla para mirarlo a los ojos, después de todo la pregunta que estaba a punto de hacer era la base de todo lo que vendría a continuación.
-¿Palabra de seguridad?- dije mientras me inclinaba hacia el frente dándole una hermosa vista de mi escote con mis pechos apenas cubiertos por la tela de mi vestido.
-Boda- dijo en un jadeo suplicante antes de que su mirada dejara mis ojos y se fijara en la vista que le ofrecía.
-No te di permiso de mirarme el escote- dije mientras liberaba su barbilla de mi bota y volvía a recostarme en el sofá- creo que alguien a sido un mal chico y merece un castigo- una inhalación rápida seguida de un suspiro fue todo lo que necesite para saber que estaba listo.
Me levante del sofá y abrí un armario con puertas espejo lleno de juguetes, busque un látigo sencillo de color negro y un harnéss doble de tamaño promedio, el armario tenia todo tipo de artilugios para que pudieras hacer cualquier escena que tu imaginación pudiera crear, sin embargo a mi me gustaba dejarlo simple, después de todo lo importante no eran los accesorios si no las sensaciones que pudieras transmitir con ellos, y casi siempre menos es mas, cerré nuevamente el armario y volví al sofá con el látigo y el harness en la mano, puse ambos sobre la mesa, me senté y procedí a quitarme las botas.
-Quítate la camisa y los pantalones- ordene mientras volvía a ponerme de pie, tome el látigo y comencé a balancearlo en mi mano para acostumbrarme a su peso. Escuche el roce de la tela al ser removida de su cuerpo y una descarga de adrenalina me recorrió el cuerpo y se alojo en mi centro, cuando el silencio me indicó que ya estaba desnudo procedí a mirarlo nuevamente -Manos contra el armario- obedeció rápidamente y pude ver como temblaba ligeramente, seguro por la anticipación del momento.
El prime roce del látigo contra su piel lo tomó por sorpresa haciendo que brincar a ligeramente en su sitio, los siguientes fueron acompañados por ligeros suspiros mitad de dolor y mitad de placer, gracias al espejo que cubría el armario podía perfectamente no solo la mueca de dolor en su rostro, sino también la prueba irrefutable de su excitación creciendo por debajo de su cintura, seguimos así por un rato mientras poco a poco su piel comenzaba a tomar un ligero tono carmesí allí donde el látigo hacia contacto. Al llegar al latigazo número 30 decidí que era suficiente castigo, solté el látigo dejándolo caer al piso descuidadamente, el sonido hueco que hizo al caer llamó la atención de él haciendo que abriera los ojos y me dedicara una mirada a través del espejo, nos miramos por unos minutos.
A la cama, de rodillas y manos contra el colchón- ordené mientras me daba la vuelta hacia la mesa, tome el Harness y antes de colocarlo lo levante mirándolo a los ojos nuevamente para darle la oportunidad de usar su palabra, sin embargo el solo me dio un pequeño asentimiento antes de subirse a la cama en la posición que había ordenado previamente.
Con mi mano libre deslice las tiras de mi vestido dejando que este cayera por mi cuerpo y se volviera una pila de tela a.mis pies, asegure el Harness doble a mis caderas, tome el frasco de lubricante que estaba encima de la mesa y me acerque a la cama, la sentí ceder ante mi peso cuando me coloque en mi posición detrás de él y apreté el bote de lubricante esparciendolo generosamente, un escalofrío que le puso la piel de gallina lo recorrió al sentir el líquido frío y espeso, sin más que esperar tomé sus caderas y comencé a entrar lentamente, dejando que se acostumbrara poco a poco, una vez llegue a final ambos soltamos un gemido ansioso, con un vaivén al principio sutil pero poco a poco mas fuerte la habitación empezó a llenarse de sonidos de placer, me incliné para que mis pechos tocaran su espalda adolorida y emitió un pequeño siseo que se perdió rápidamente en el coro de gemidos, con una mano comencé a bombear lo suficientemente fuerte para darle placer pero sin llegar al punto necesario para su liberación.
Seguí en la misma posición embistiendo mientras sentía el calor de la liberación crecer dentro de mi, unos segundo antes de que el orgasmo me golpeara le susurré al oído que tenía permitido llegar y casi como si hubiera estado esperando esa orden sentí verterse el líquido caliente en mi mano justo al mismo tiempo que las contracciones de mi propio orgasmo me dominaban, seguimos en un movimiento lento por unos minutos mientras las olas de nuestra liberación iban menguando, una vez recuperamos el aliento me retire lentamente, una vez estuvo fuera en cayo de lleno en el colchón preso del cansancio, yo libere el harness de mis caderas y procedí a recostarme junto a él mientras le acariciaba suavemente la espalda, intentando dar un poco de alivio a sus magulladuras, seguramente le quedarían marcas por un par de días, pero no era nada de qué preocuparse.
Luego de unos minutos de cuidados posteriores el se levanto de la cama, la tensión en sus hombre había desaparecido y parecía más ligero, casi rejuvenecido, no me cansaba de ver los cambios que una pequeña escena bien ejecutada podía conseguir en una persona, se sentó en el borde de la cama y esperó unos minutos antes de girarse a mirarme, me detallo de pies a cabeza casi como si quiera grabar ese momento en su memoria, me levante y me senté a su lado dejando algunos centímetros de distancia entre nosotros, el silencio era agradable y nos quedamos así, sumergidos en nuestros pensamientos.
-Gracias- dijo rompiendo el silencio, levanté la vista y lo encontré mirándome fijamente con dulzura, parecía tan aliviado, completamente diferente al hombre que había hablado conmigo en un comienzo.
-No tienes porque- respondí al tiempo que me ponía de pie y caminaba a la mesa por otro cigarrillo, lo encendí y di un par de caladas antes de colocarlo por un instante en el cenicero, busque mi vestido y me lo coloque alisandolo un poco con las manos, volví a tomar el cigarrillo y me senté en el sofá mientras lo observe moverse por la habitación mientras de ponía su ropa, una vez estuvo completamente vestido tomo mis botas de tacón del piso y se arrodillo frente a mi, deje que me pusiera las botas mientras fumaba tranquilamente y una vez ambos estuvimos completamente vestidos nos dirigimos nuevamente al bar.
-Dejame darte una propina- dijo de repente mientras buscaba su cartera en los bolsillos de sus pantalones, en ese instante una carcajada salió de mis labios sin precio aviso y con una mirada divertida le respondí.
-Gracias por el ofrecimiento, pero yo no trabajo aquí- respondí con un dejo de diversión en mi tono, mire si cara de asombro por última vez antes de darme la vuelta alejándome y volviendo a mi lugar en la barra, sin dudas el mejor momento de la noche siempre era cuando se daban cuenta que soy un cliente mas al igual que ellos.
Warning
The following story contains drugs, sexual scenes, and BDSM content not suitable for all audiences.
Punishment or Reward?
The reflection in the mirror returned her gaze, her honey-colored eyes with pupils dilated partly by anticipation and partly by the narcotics that ran through her body, she took the perfectly rolled bill and sniffed at the snow-white line, she took one last look at herself through the crystalline surface and as if it were a joke she tried to remember if she had locked her house before leaving, however, the thought lasted only a second as long as the white powder to reach her system and give her nerves a little jolt. He quickly got up from his seat and began to walk aimlessly around the room, looking for an endorphin rush, a drink perhaps?
She approached the bar and ordered a beer while waiting for the bartender with her order she felt someone staring at her, hopefully, someone nice to have a little fun with, but in a strip club it could be anyone, from a high wealthy manager to some guys who just wanted to live the experience, she knew every one of the types of men who came to these places and she could almost categorize them in 2, those who want to feel like they have the power and those who want to be dominated to the core, she loved sitting at the bar for hours and watching them flirt with the girls trying to guess which was which, she preferred to play the rebellious submissive with the dominant ones, however having a slave at her feet also had its charm, just as the bartender put the bottle in front of her the scent of male perfume flooded her sense of smell.
I could buy you a cocktail if you prefer- said a male voice behind her, that was quicker than she had anticipated.
No cocktail can beat a beer- I replied as I turned around to face him, he was tall, pale-skinned with dark hair and a bushy beard.
You're right about that- he replied with a half-smile, it was all I needed to know that he was the one for the night.
I gulped my beer and without saying anything I started walking towards the rooms, I didn't need to turn back to know that he would follow, after all the condescension with which he accepted my preference for beer told me the only thing I needed to know and he had chosen me from the moment he began to look at me from a distance. I opened the door to my favorite room, although they were all the same in terms of furniture, this specific one was decorated in shades of red and black, which in my opinion gave it a more seductive air and could make any fantasy bloom with intensity, I walked to the black leather sofa and sat down letting the side slits of my dress expose my thighs. He was standing still in the doorway with his gaze fixed on my newly exposed skin, after a few seconds, he took a breath and walked in closing the door behind him.
The silence reigned for a moment, while the excitement was present little by little, next to the sofa there was a small table with liquors, cigarettes, and anything else necessary to make the evening more enjoyable, I took a cigarette and lit it giving a strong puff, the point was lit a bright orange while the smoke did a dance filling the atmosphere.
-On my knees," I ordered in a calm voice, the carpet emitted a dull thud as it cushioned the impact of his knees, I turned my eyes in his direction and as I expected he was the spitting image of submission, his eyes fixed on the floor and his hands on either side waiting patiently, However, I could see the tension in his shoulders, the way he clenched his hands into fists, without needing words I already knew that I had taken him here tonight- Come closer- I said while with my free hand I pointed to the floor in front of me, I saw him crawl slowly but surely to the place where I had indicated him.
I continued smoking my cigarette absentmindedly, as if I had all the time in the world in my hands, letting the uncertainty of not knowing what the next move would be grown inside him and turn into longing, I took the last inhalation and crushed the cigarette in the ashtray to extinguish it, I had taken the moment to begin and asked to feel my skin bristle before the scene that soon we began to represent, with the tip of my heeled boots I lifted his chin to look him in the eyes, after all the question I was about to ask was the basis of everything that would come next.
-Safety word," I said as I leaned forward giving him a beautiful view of my cleavage with my breasts barely covered by the fabric of my dress.
-Wedding?" he said in a pleading gasp before his gaze left my eyes and fixed on the view I was offering him.
-I didn't permit you to look at my cleavage- I said as I released his chin from my boot and leaned back on the couch- I think someone has been a bad boy and deserves punishment- a quick inhale followed by a sigh was all I needed to know I was ready.
I got up from the sofa and opened a closet with mirrored doors full of toys, I looked for a simple black whip and a double harness of average size, the closet had all kinds of gadgets so you could make any scene that your imagination could create, however, I liked to leave it simple after all the important thing was not the accessories but the sensations you could transmit with them, and almost always less is more, I closed the closet again and returned to the sofa with the whip and the harness in my hand, I put both on the table, sat down and proceeded to take off my boots.
-Take off your shirt and pants," I ordered as I stood up again, took the whip, and began to swing it in my hand to get used to its weight. I heard the rubbing of the fabric being removed from his body and a rush of adrenaline ran through my body and lodged in my core, when silence told me he was already naked I proceeded to look at him again -Hands against the closet- he quickly obeyed and I could see him trembling slightly, surely from the anticipation of the moment.
The first touch of the whip against his skin took him by surprise making him jump slightly in his place, the following ones were accompanied by light sighs half of pain and half of pleasure, thanks to the mirror that covered the closet I could perfectly see not only the grimace of pain on his face but also the irrefutable proof of his excitement growing below his waist, we continued like this for a while while while little by little his skin began to take a slight crimson tone where the whip made contact. When I reached whip number 30 I decided that was enough punishment, I let go of the whip and let it fall carelessly to the floor, the hollow sound it made when it fell caught his attention making him open his eyes and look at me through the mirror, we looked at each other for a few minutes.
To the bed, on your knees and hands against the mattress- I ordered while I turned around towards the table, I took the Harness, and before putting it on I lifted it looking him in the eyes again to allow him to use his word, however, he only gave me a small nod before getting on the bed in the position I had previously ordered.
With my free hand, I slid down the straps of my dress letting it fall down my body and become a pile of fabric at my feet. I secured the double harness to my hips, took the bottle of lubricant that was on the table, and approached the bed, I felt it give way to my weight when I got into position behind him and squeezed the bottle of lubricant spreading it generously, a shiver that gave him goosebumps ran through him when he felt the cold and thick liquid, without more to wait I took his hips and began to enter slowly, letting him get used to it little by little, Once I reached the end we both let out an anxious moan, with a back and forth at first subtle but little by little stronger the room began to fill with sounds of pleasure, I leaned down so that my breasts touched his aching back and he emitted a small hiss that was quickly lost in the chorus of moans, with one hand I began to pump hard enough to give him pleasure but without reaching the point necessary for his release.
I continued in the same position ramming as I felt the heat of release grow inside me, a few seconds before the orgasm hit I whispered in her ear that I was allowed to come and almost as if I had been waiting for that command I felt the hot liquid pour into my hand just as the contractions of my orgasm overpowered me, we continued in a slow-motion for a few minutes as the waves of our release ebbed, Once we caught our breath I slowly withdrew, once he was out he fell flat on the mattress in exhaustion, I released the harness from my hips and proceeded to lie down next to him as I gently stroked his back, trying to give some relief to his bruises, he would probably have marks for a couple of days, but it was nothing to worry about.
After a few minutes of aftercare he got up from the bed, the tension in his man had disappeared and he seemed lighter, almost rejuvenated, I never tired of seeing the changes that a small well-executed scene could achieve in a person, He sat on the edge of the bed and waited a few minutes before turning to look at me, he detailed me from head to toe almost as if he wanted to record that moment in his memory, I got up and sat next to him leaving a few centimeters of the distance between us, the silence was pleasant and we stayed like that, immersed in our thoughts.
-Thank you," he said breaking the silence, I looked up and found him staring at me with sweetness, he seemed so relieved, completely different from the man who had talked to me at the beginning.
-You don't have to," I answered as I stood up and walked to the table to get another cigarette, I lit it and took a couple of puffs before placing it for a moment in the ashtray, I looked for my dress and put it on, smoothing it a little with my hands, I took the cigarette again and sat on the couch while I watched him move around the room while he put on his clothes, once he was fully dressed he took my high heeled boots from the floor and knelt in front of me, I let him put my boots on while he smoked quietly and once we were both fully dressed we headed back to the bar.
-Let me give you a tip," he said suddenly while looking for his wallet in the pockets of his pants, at that moment a laugh came out to my lips without warning and with an amused look I answered him.
-Thanks for the offer, but I don't work here," I replied with a hint of amusement in my tone, I looked at his astonished face one last time before turning away and returning to my place at the bar, without a doubt the best moment of the night was always when they realized that I was just another customer like them.
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