En Español:
El Hombre Ciego
Hoy volví a salir de mi celda, parece algo intrascendente, pero para mí, no lo es. Si tan solo conocieras mi historia, lo llegarías a comprender, pero claro, no delegarías tu tiempo en mí. Ya que de seguro, me considerarías un débil, o peor, que me merecía todas mis desgracias. Sin embargo, déjame aclararte unos cuantos detalles, porque se que en tu subconsciente ya me debes estar juzgando. No elegí tomar esas decisiones, fue la providencia de un destino anunciado, que me empujó a esos actos terribles, y por consecuencia directa, mi autodestrucción. Ya que, todos nuestros actos definen un inequívoco futuro colectivo, acarreando que eventualmente, la raza pérfida de mutantes homínidos que alberga este planeta, tenga que sufrir. Y te aseguro, que los malos actos, siempre conducen a la fatalidad.
Todo ocurrió aquel día, como si del fin del mundo se tratase. Mi mente desea olvidarlo, pero el solo hecho de ir a dormir, y recordar los olores fétidos de aquel momento, se tornan en mi pesadilla de corte tremebundo Donde fui víctima de lo más retorcido de la naturaleza humana, el desprecio más sincero a mis allegados, la carne y la vida en su estado más lánguido. Seguro crees que es la misma justificación, la que todos los condenados ponemos ante nuestro inminente final, pero la verdad, cruda y sin tapujos, es que somos creaciones anti-naturales, aberraciones en el gran algoritmo de la vida. Ya que la vida, es una fórmula, no hay ningún Dios, o seres celestiales, todo está ineludiblemente conectado, a un cálculo cínico y tortuoso. Que rige la materia a su antojo, poniendo en su sitio lo que debe estar.
Quizás por eso, como las aberraciones que somos, alteramos el código y creamos escenas dantescas. Dónde cadáveres de hombres valientes y cobardes se mezclan, dónde los restos de niños carbonizados se funden con los huesos de los ancianos, y la naturaleza se torna tan negra y gris, que la mente humana colapsa en la locura. Tratando consigo, el deber de solucionar estás escenas, de formas aún más terribles. Para mantener el orden cosmológico-matemático-orgánico, que es la pauta certera de nuestro universo. En este punto, debes considerarme seguro un enfermo mental. Pero te aseguro no lo soy, quizás un profeta de las respuestas, pero no un demente. Porque yo viví el horror humano, ví su inequívoca falla en la matriz de nuestra realidad, sentí en cada célula de mi miserable ser, el desapego total con la existencia misma. Te preguntarás como, muy fácil, en el evento conceptual, que nosotros convertimos en nuestra plaga devastadora, la guerra.
La guerra, es solo una simple palabra para nosotros. Pero para la vida, y me refiero al complejo significado de la propia, que se ramifica desde la creación de cada ser en este planeta y demás, es un conflicto que trae consigo el cataclismo superior. Es imposible relatar lo que sufre el espacio y el tiempo con este evento, ya que llevamos al extremo a la naturaleza, y los sentidos comunes que mandan los cambios. Deformando el orden del caos, ya que todo caos en la naturaleza posee un orden y función, que previene o construye una nueva forma de existencia. Sin embargo, el caos de la guerra, no posee una función lógica con respecto a la infraestructura del planeta. Elimina a múltiples especies orgánicas, no solo humanos, contamina innumerables ecosistemas, redefine paisajes y geografías pre-establecidas, alterando todo, provocando el caos verdadero en la matriz. Caos, que ejerce como la personificación del demonio al cual tememos, que de forma hipócrita, vamos a una iglesia a rezar porque no venga a por nuestras almas.
Por eso, ante este juzgado de aberraciones como yo, me considero culpable de todos los crímenes que se me acusan. Estoy plenamente consciente de la verdadera atrofia de mi ser, de los males que cometí, y lo que vendrá a consecuencia de ellos. Las sonrisas de niños que apague, las gargantas y pudor de mujeres que corte, y las familias que prive de la voz de sus padres y abuelos. Lo que no me iré sin aclarar, que ustedes son igual o peor que yo, que tarde o temprano, estás tonterías de juicios o triquiñuelas humanas absurdas, para desligarnos de los animales, se volverán contra nosotros. Y ese día, mis estimados oyentes, curiosos, jueces y verdugos, ni siquiera el hombre más ciego, podrá no ver la realidad.
In English:
The Blind Man
Today I came out of my cell again, it seems unimportant, but for me, it is not. If you only knew my story, you would come to understand it, but of course, you would not delegate your time to me. For surely, you would consider me a weakling, or worse, that I deserved all my misfortunes. However, let me clarify a few details, because I know that in your subconscious you must already be judging me. I did not choose to make those decisions, it was the providence of a foretold destiny, which pushed me to those terrible acts, and as a direct consequence, my self-destruction. For, all of our actions define an unequivocal collective future, eventually causing the perfidious race of mutant hominids that this planet harbors to suffer. And I assure you that bad deeds always lead to doom.
Everything happened that day, as if it were the end of the world. My mind wants to forget it, but the mere fact of going to sleep, and remembering the fetid smells of that moment, become my nightmare of tremendous cut Where I was a victim of the most twisted of human nature, the most sincere contempt for my loved ones, the flesh and life in its most languid state. Surely you think it is the same justification, the one that all the damned put before our imminent end, but the truth, raw and unvarnished, is that we are unnatural creations, aberrations in the great algorithm of life. Since life is a formula, there is no God, or celestial beings, everything is inescapably connected to a sinister and tortuous calculation. That governs matter at will, putting in place what should be.
Perhaps that is why, as the aberrations that we are, we alter the code and create Dantesque scenes. Where corpses of brave and cowardly men mingle, where the remains of charred children merge with the bones of the elderly, and nature becomes so black and gray, that the human mind collapses into madness. Dealing with it, the duty to solve these scenes, in even more terrible ways. To maintain the cosmological-mathematical-organic order, which is the certain pattern of our universe. At this point, you must surely consider me mentally ill. But I assure you I am not, perhaps a prophet of answers, but not insane. Because I lived the human horror, I saw its unequivocal failure in the matrix of our reality, I felt in every cell of my miserable being, the total detachment with existence itself. You will ask yourself how, very easily, in the conceptual event, which we turned into our devastating plague, the war.
War is just a simple word for us. But for life, and I mean the complex meaning of its own, branching out from the creation of every being on this planet and so on, it is a conflict that brings with it the higher cataclysm. It is impossible to relate what space and time suffers with this event, as we take nature to the extreme, and the common senses that command the changes. Deforming the order of chaos, since all chaos in nature possesses an order and function, which prevents or builds a new form of existence. The chaos of war, however, has no logical function with respect to the infrastructure of the planet. It eliminates multiple organic species, not only humans, contaminates innumerable ecosystems, redefines landscapes and pre-established geographies, altering everything, provoking true chaos in the matrix. Chaos, which acts as the personification of the devil that we fear, that hypocritically, we go to a church to pray that he does not come for our souls.
Therefore, before this court of aberrations like me, I consider myself guilty of all the crimes I am accused of. I am fully aware of the true atrophy of my being, of the evils I committed, and what will come as a consequence of them. The smiles of children I extinguish, the throats and modesty of women I cut, and the families I deprive of the voice of their parents and grandparents. What I will not leave without making clear, that you are the same or worse than me, that sooner or later, this nonsense of absurd human judgments or trifles, to disassociate us from animals, will turn against us. And on that day, my dear listeners, onlookers, judges and executioners, not even the blindest man will be able to fail to see the reality.
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