¡En mi vida había sido testigo de un silencio tan espeluznante!
Son las 3:14 minutos de la tarde, día viernes del año 2025. A esta hora del día pienso en mi nieto Matihas. Él es un niño inquieto y explorador, le gusta escribir y sé que en un futuro será el dueño de estos escritos. Leerá cada línea de mis contenidos porque él ha formado parte de muchas historias.Por esta misma razón, Me gustaría compartir con Matihas, mi nieto, cómo me he sentido en este día.
Hoy, 10 de enero, es un día histórico para Venezuela, la población entera sigue esperando un pronunciamiento importante que puede cambiar el rumbo de una cadena de horrores que hemos vivido durabte tantos años.
Así como lo dije antes, nunca, nunca en mi vida el silencio había sido tomado tanto poder.
— Matihas, estoy tranquila y confiada pero a la vez, acelwrada y ansiosa. La ansiedad es moderada pero agotadora, quizá es más querer recibir una buena noticia que otra cosa. ¡Tengo FE, mucha FE!.
De alguna manera, por algunos golpes de campana, ya sabía que este día prometía tener horas largas, altas expectativas y ruidos ensordesedores por esos mismos motivos desde la noche anterior planee salir a caminar a esa montaña que tanto te gusta mi pequeño.
Hacer senderismo sin alejarme mucho de casa fue el plan.Ni mi esposo ni algunos amigos querían quedarse en casa, con tan solo una comunicación efectiva nos unimos con un mismo propósito.
Nuevamente, a esta hora, dada la situación del momento, hubiese preferido estar montada en la cima de la montaña todo el día, allí no había silencio; ni los pájaros dejaron de cantar, ni la brisa dejó de soplar, ni el sol dejó de quemar. Tocó prestar atención a lo que pasaba a mi alrededor y nada fue más hermoso que eso. Mi mente siempre estuvo en afirmación, con la mirada fija en el cielo mis labios modulaban sin cesar una palabra clave, Amén, Amén, Amén. Al ritmo melodioso de cada paso, gotas de sudor no dejaban perder la concentración. Me sentí feliz y ese fue mi plan.
Ya en ese lugar bonito llegaron a mis oídos ladridos de perros, maullidos de gatos, el cacaraquear de las gallinas, el ¡oinc oinc!, de los cerdos... Llegó a mi olfato el aroma del café, el olor de flores silvestres y del estiércol de alguna res.
¿Dónde quedó el silencio que quise contemplar? ¿ Acaso quedó en la eternidad estas horas de la tarde?
¡Ojalá suenen por allí las campanas anunciando libertad!
ENGLISH
I have never witnessed such eerie silence in my life! It is 3:14 minutes in the afternoon, Friday in the year 2025. At this time of day I think of my grandson Matihas. He is a restless and explorer child, he likes to write and I know that in the future he will be the owner of these writings. He will read every line of my contents because he has been part of many stories.For this very reason, I would like to share with Matihas, my grandson, how I have felt on this day. Today, January 10, is a historic day for Venezuela, the entire population is still waiting for an important pronouncement that can change the course of a chain of horrors that we have lived through for so many years. As I said before, never, never in my life has silence taken so much power. - Matihas, I am calm and confident but at the same time, stressed and anxious. The anxiety is moderate but exhausting, maybe it is more wanting to receive good news than anything else. I have FAITH, a lot of FAITH. Somehow, by some bell tolls, I already knew that this day promised to have long hours, high expectations and deafening noises for those same reasons since the night before I planned to go for a walk to that mountain that you like so much my little one. Neither my husband nor some friends wanted to stay at home, with just an effective communication we united with the same purpose. Again, at this hour, given the situation of the moment, I would have preferred to be on the top of the mountain all day, there was no silence there; neither the birds stopped singing, nor the breeze stopped blowing, nor the sun stopped burning. I had to pay attention to what was going on around me and nothing was more beautiful than that. My mind was always in affirmation, with my gaze fixed on the sky my lips modulated unceasingly a key word, Amen, Amen, Amen. To the melodious rhythm of each step, beads of sweat did not let me lose my concentration. I felt happy and that was my plan. Already in that beautiful place came to my ears the barking of dogs, the meowing of cats, the clucking of chickens, the oinc oinc! of pigs... I smelled the aroma of coffee, the smell of wild flowers and the manure of some cattle. Where was the silence I wanted to contemplate? Did it remain in the eternity of these afternoon hours? May the bells ring out there announcing freedom!
¡Gracias por leer, comentar y votar!
By @ylich
Tu post expresa el sentimiento de una gran parte de la población venezolana. Supiste manifestarlo y acompañarlo bellamente con esas bellas fotos de tu exploración. Saludos, @belkisa758.
Gracias!