La última espera: Un encuentro fatídico en la noche

in La Colmena2 months ago (edited)

Una mujer se asoma a la ventana que da al callejón, buscando en la oscuridad de la noche la llegada de su esposo. Es tarde y no es normal que regrese a estas horas; los peligros asechan en las calles de la ciudad en penumbra. Preocupada, nuevamente retoma el andar hasta el cuarto, dejando las luces de las velas encendidas.

Una silueta avanza hacia el callejón. Ya son más de las 12 de la medianoche; la imagen de un hombre se puede ver a contraluz. Avanza cauteloso por el estrecho callejón, lleva en sus manos una cesta de pan y su caja de herramientas. Todo está en silencio, un silencio que presagia la desgracia; no se escuchan ni los grillos cantar en la tranquilidad de la noche.

Mientras avanza por debajo del puente, toma precauciones y saca su llave para defenderse ante cualquier amenaza. Este es el lado más oscuro del recorrido y también el más peligroso. Se prepara para lo peor; no son pocas las historias de asaltos que se cuentan de ese lugar. Piensa para sí: no será hoy que tenga la mala suerte de no llegar a casa.

Avanza cauteloso hacia el interior del puente y siente un movimiento cercano a su cuerpo. El resplandor de un arma afilada en su dirección lo hace protegerse como esgrimista. Solo de casualidad detuvo el objeto punzante antes de hacerle daño. Lanzó dos golpes al aire porque todo estaba muy oscuro; siente que acertó un golpe, pero nuevamente el brillo del cuchillo fue hacia su cuerpo. Esta vez sintió cómo un líquido caliente corría. La escena parece una triste historia en pausa; nadie se mueve, ambos actores quedan en silencio hasta el final.

Ya en el cuarto, la esposa siente cómo el hombre llega a casa y se acomoda a su lado. Ella, feliz, se duerme en su regazo; ha sido larga la espera y está cansada de tan duro día de trabajo. Los rayos del sol le despiertan y, para su sorpresa, se descubre sola en la cama, abrazada a la almohada. Despierta en un sobresalto y busca con nervios a su esposo en la casa. Tocan a la puerta: es la policía. Ya no quedan dudas; su esposo no volverá a dormir en casa. Su vida terminó esa noche en el callejón y, a su lado, también estaba la persona que le quitó la vida.


Imágenes creadas con https://ideogram.ai/
Gracias por su compañía. Hasta la próxima.

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