Fuente/Source
Español
Cacería (continuación)
Los tres soldados corrieron por el bosque serpenteando entre los árboles y derribando cualquier desafortunado arbusto que encontraran en su camino, en poco menos de cinco minutos llegaron al borde del abismo, donde finalmente se detuvieron.
—¿Por qué nos detenemos?, saltemos al otro lado —dijo Ortega, jadeante.
—No hay donde caer —respondió Wilson, señalando al otro lado.
—Busquemos entonces un claro al que podamos saltar —replicó Ortega.
—Estamos totalmente expuestos —dijo Wilson, señalando ahora a los árboles tras ellos. —Creo que nos hemos equivocado en venir aquí.
Tras pronunciar estas palabras, nuevamente un repentino siseo rompió el silencio del bosque, un nuevo proyectil impactó, esta vez en la pierna de Goncalves, atravesándola de lado a lado, dejándola unida a su cuerpo, solo por un colgajo de carne.
Goncalves cayó al piso en medio de desgarradores alaridos, mientras Wilson y Ortega se lanzaron hacia los árboles buscando resguardo.
—¡El maldito está aquí! —gritó Ortega, en medio de los alaridos de Goncalves.
—¡Cállate y cúbrete Ortega! —respondió Wilson. —Debemos ayudar a Goncalves. Dispara en dirección a aquellos árboles, que yo lo arrastraré hasta aquí.
Ortega empezó a disparar pulsos de electricidad en dirección a los árboles, sin un blanco fijo, buscando distraer al tirador. Mientras tanto, Wilson corrió a donde se encontraba Goncalves y lo tomo por las muñecas y empezó a arrastrarlo, entre sus aullidos de dolor. Solo había avanzado tres pasos, cuando de nuevo el siseo de un proyectil se destacó entre los zumbidos del arma eléctrica de Ortega, esta vez, el disparo impactó en el costado de Goncalves, haciendo estallar su caja torácica, bajo el peto de su armadura.
Wilson se tiró en el piso al lado de su compañero, que repentinamente había dejado de gritar y solo emitía unos agónicos silbidos y gorgoteos, mientras apretaba la muñeca de Wilson, que no podía apartar la mirada de sus desorbitados ojos, Goncalves tosió un coágulo de sangre, intentando decir algo y luego se quedó muy quieto.
Wilson permaneció unos segundos, desconectado de la realidad que lo rodeaba, completamente ajeno a los gritos de Ortega, que entre maldiciones y obscenidades le llamaba, mientras continuaba disparando a ciegas hacia el bosque, solo contemplaba la horrible expresión de pánico y sorpresa en el rostro de su compañero, ahora muerto.
—¡Wilsooon, maldición! —gritaba Ortega mientras disparaba hacia los árboles. —Levántate de ahí, Goncalves ya se fue, maldición.
Wilson levantó el rostro en dirección a donde estaba Ortega y lo vio sorprendido, como si no supiera lo que pasara, entonces, nuevamente, su cerebro recobró la cordura y saltó en dirección a los árboles, justo desde donde había corrido antes a ayudar a Goncalves.
—Alto al fuego —dijo calmadamente. —No sirve de nada, no me mato porque no quiso.
—Que haremos ahora —preguntó Ortega dejando de disparar.
—No lo sé —respondió Wilson con cara de desesperanza. —Creo que lo mejor será internarnos en el bosque, aquí estamos expuestos.
—Pero ese maldito debe estar viéndonos desde alguna parte —dijo Ortega.
—Debe estar usando infrarrojos, usaremos varias bengalas, lanzadas al bosque para cubrir nuestro rastro —explicó Wilson, mientras sacaba varias bengalas de su cinto y las equipaba en su arma, para dispararlas. —Así lo distraeremos por un momento, mientras corremos entre los árboles, paralelo al abismo y tal vez encontremos donde saltar.
Wilson disparó un par de bengalas en dirección al bosque y emprendieron carrera en dirección al este, ocultándose entre los árboles en paralelo al abismo y disparaban bengalas ocasionales. Así lo hicieron por un par de kilómetros hasta que se encontraron con una gran roca, a partir de la cual, sólo podían internarse en el bosque.
Sin mediar palabras, continuaron corriendo internándose en el bosque y distanciándose de la grieta, se internaron unos dos kilómetros en el bosque y se detuvieron al resguardo de varios árboles y matorrales altos.
—Maldición Wilson, no debimos venir aquí —dijo Ortega enfurecido. —No encontramos a quien sea que pedía ayuda, mataron a Goncalves y ahora estamos perdidos sin poder salir de aquí.
—Teníamos que venir, es nuestra obligación cuando recibimos un llamado de ayuda —dijo Wilson.
—Ahora. ¿Cómo saldremos de aquí? —preguntó Ortega.
—¡No sé maldición!, ¡no lo sé! —respondió Wilson. —Mira vamos a mantener la posición, aquí estamos más o menos ocultos, voy a usar la radio para tratar de comunicarme con la estación, para que envíen aquí la unidad de extracción.
Se recostaron de espalda a un macizo de árboles con grandes raíces, y Wilson empezó a pulsar el código de la base, cuando sintió que una piedra golpeó su casco por un costado.
—Bajé eso, cabo —dijo una voz conocida, que rompió el silencio del bosque.
—Sargento Petersen —dijo Ortega señalando a un matorral cercano, a través del cual se podían ver las antiparras de Petersen asomándose, con una mano levantada.
—Apague la radio, o esa cosa podrá localizarnos —repitió Petersen, casi susurrante.
English
Hunting (continued)
The three soldiers ran through the forest winding through the trees and knocking down any unfortunate bushes they found on their way, in a little less than five minutes they reached the edge of the abyss, where they finally stopped.
-Why are we stopping, let's jump to the other side," said Ortega, panting.
-There is nowhere to fall," replied Wilson, pointing to the other side.
-Then let's find a clearing we can jump to," replied Ortega.
-We are totally exposed," said Wilson, now pointing to the trees behind them. -I think we have made a mistake in coming here.
After uttering these words, again a sudden hiss broke the silence of the forest, a new projectile hit, this time in Goncalves' leg, piercing it from side to side, leaving it attached to his body, only by a flap of flesh.
Goncalves fell to the ground amidst heart-rending screams, while Wilson and Ortega threw themselves into the trees seeking shelter.
-The bastard is here! -shouted Ortega, amidst Goncalves' screams.
-Shut up and cover Ortega! -answered Wilson. -We must help Goncalves. Shoot in the direction of those trees, and I will drag him here.
Ortega began firing pulses of electricity in the direction of the trees, without a fixed target, seeking to distract the shooter. Meanwhile, Wilson ran to where Goncalves was and grabbed him by the wrists and began to drag him, amidst his howls of pain. He had only advanced three steps, when again the hissing of a projectile stood out among the buzzing of Ortega's electric gun, this time, the shot hit Goncalves' side, exploding his rib cage, under the breastplate of his armor.
Wilson threw himself on the floor next to his companion, who suddenly had stopped screaming and only emitted agonizing whistles and gurgles, while he squeezed Wilson's wrist, who could not look away from his wild eyes, Goncalves coughed a clot of blood, trying to say something and then remained very still.
Wilson remained for a few seconds, disconnected from the reality around him, completely oblivious to the screams of Ortega, who between curses and obscenities was calling him, while continuing to shoot blindly into the forest, only contemplating the horrible expression of panic and surprise on the face of his companion, now dead.
-Wilsooon, damn it! -Ortega shouted as he shot into the trees. -Get up from there, Goncalves is already gone, damn it.
Wilson raised his face in the direction of Ortega and saw him surprised, as if he did not know what was happening, then, again his brain came to its senses and he jumped in the direction of the trees, right from where he had run before to help Goncalves.
-Stop the fire," he said calmly. -It's no use, he didn't kill me because he didn't want to.
-What are we going to do now," asked Ortega, stopping shooting.
-I don't know," answered Wilson with a face of despair. -I think the best thing to do is to go into the forest, we are exposed here.
-But that bastard must be watching us from somewhere," said Ortega.
-He must be using infrared, we will use several flares, launched into the forest to cover our trail," explained Wilson, while he took out several flares from his belt and equipped them on his weapon, to fire them. -That way we'll distract him for a moment, while we run through the trees, parallel to the abyss and maybe we'll find a place to jump.
Wilson fired a couple of flares in the direction of the forest and they set off running eastward, hiding in the trees parallel to the chasm and firing occasional flares. They did so for a couple of kilometers until they came to a large boulder, from which point they could only go deeper into the forest.
Without a word, they continued running into the forest and distancing themselves from the crevasse, they went about two kilometers into the forest and stopped in the shelter of several tall trees and bushes.
-Damn it Wilson, we shouldn't have come here," said Ortega angrily. -We didn't find whoever was asking for help, they killed Goncalves and now we're lost and can't get out of here.
-We had to come, it is our obligation when we receive a call for help," said Wilson.
-Now, how will we get out of here? -Ortega asked.
-I don't know, damn it, I don't know! -replied Wilson. -Look, let's hold position, we're more or less hidden here, I'm going to use the radio to try to communicate with the station, so they can send the extraction unit here.
They leaned back against a clump of trees with large roots, and Wilson began to punch in the base code, when he felt a rock hit his helmet on the side.
-I put that down, Corporal," said a familiar voice, breaking the silence of the forest.
-Sergeant Petersen," said Ortega pointing to a nearby thicket, through which Petersen's goggles could be seen peeking out, one hand raised.
-Turn off the radio, or that thing will be able to locate us," Petersen repeated, almost whispering.