Fotografía cortesía de @oscarps
La casa del parque
Llegué al nuevo barrio muy triste porque había dejado atrás a mis amigos de toda la vida. Esa tristeza me había inmovilizado los primeros días, hasta que una tarde, movido por la curiosidad, decidí salir a caminar y acercarme al parque al que nadie quería ir.
Caminé observando todo, fijándome en las caras de los transeúntes. Unos iban preocupados, otros apurados como si estuvieran huyendo de algo o de alguien. Seguí caminado hasta que me encontré en el parque, me pareció extraño verlo tan solitario, era temprano y aún no caía la noche.
Me senté en un banquillo a descansar. Frente a mis ojos apareció la casa grande, misteriosa, extraña, con muchas ventanas. En una de ellas, vi a una mujer asomarse sigilosamente. No la distinguía bien y decidí acercarme un poco más.
En cada paso que daba sentía algo raro en mi cuerpo, un escalofrío se apoderaba de mi espalda.
La mujer desapareció de aquella ventana y se asomó por otra, unos pisos más abajo. Yo me acercaba a la casa lentamente, así como iba cayendo la noche.
La silueta de la mujer permanecía inmóvil en la ventana, sentí que me miraba con ojos punzantes. No me detuve. Seguí, con miedo, pero por más que quería no podía echar marcha atrás.
Ya cerca, pude verla más claramente. Una larga melena cubría la mitad de su rostro. Todo mi cuerpo temblaba. Una extraña fuerza me empujaba.
De repente, la mujer abrió la ventana, extendió sus brazos y unas delgadas manos con uñas largas y afiladas me invitaron a seguir.
La luna iluminaba la entrada, ya yo estaba parado frente a la alta puerta de madera. Quería salir corriendo, pero mi cuerpo no respondía. No sé qué me mantenía allí. Sentí la garganta seca, mis manos sudaban y el corazón acelerado retumbaba en mi cabeza.
La puerta se abrió de golpe, y allí estaba, delante de mí, la mujer. Tenía la piel pegada a los huesos, los cabellos muy largos, los ojos profundos y una sonrisa macabra.
Sus manos frías tocaron mi cara y fue entonces cuando reaccioné, salí del letargo en el que me encontraba y, por el susto, corrí. Corrí sin mirar atrás, alejándome de la casa del parque.
aquí.. Me gusta mucho su trabajo fotográfico. Las fotografías que hace son espectaculares.Este relato fue inspirado por la fotografía de @oscarps publicada en su blog y que pueden revisar
Mil gracias, @oscarps, por la gentileza de prestarme la foto para ilustrar este breve relato.
Los separadores y el banner son mis diseños en Powerpoint y Canva.
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Siempre me da que pensar este tipo de cosas así tipo psicosis, jajaja. Alguien que se asoma a una ventana y cuando vuelves a mirar ya no está. Salir pitando de allí, me ha dejado con ganas de más. Un fuerte abrazo amiga, muy buen relato. @aurodivys
Así mismo, querido amigo, ¡Jajaja! Gracias por tu apreciación del relato y, de nuevo, gracias por la foto.Un abrazote, @oscarps
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Qué miedo!! Yo nunca me hubiera acercado
Escalofriante relato, pensé que era un sueño, pero no, yo también corrí. Saludos cordiales.