una linda mujer de belleza angelical.
Él,
un hombre citadino, apuesto y bien vestido.
Una mirada de ella, que lo decía todo,
estaba cargada de sentimientos.
Mirada que fue correspondida, por el hombre citadino.
Ambos sintieron el encanto por las miradas.
Mientras el tren seguía su ruta.
El hombre citadino,
mostraba inquietud,
cada vez que se acercaba una estación.
Encantado por la belleza angelical,
la fuerza de la mirada de ambos,
provocan latidos fuerte en sus corazones.
Llegó lo esperado,
la estación donde ella baja,
apresurado él, la sigue.
Él estaba rendido,
ante la belleza angelical de ella.
Hermoso poema! Como de costumbre.
Hola, @verxdictive, muchísimas gracias.
Gracias por el apoyo.