Rafael se despereza escuchando el cacareo de las gallinas. Siente el frío mañanero. Da vueltas en la cálida cama sin decidirse a despegarse la cobija, pero más puede el deber que los retazos de sueño. Apura el café caliente y a paso firme da cuenta de las cuatro cuadras que lo separan de su pequeño negocio de venta de verduras, hortalizas y frutas. El local no tiene aire acondicionado, todos trabajan al vaivén de las variaciones de la temperatura ambiental. En su ramo y por las condiciones del establecimiento es inevitable la descomposición de los productos…
Ubicado frente a los mesones va calculando mentalmente las pérdidas de la semana, es su forma de hacer los ajustes de precios para cuando llegue el nuevo pedido. Estima que las pérdidas deben ser entre el veinte y veinticinco por ciento; en su ramo esto significa que casi una de cada cuatro cestas de comida irá a parar a los depósitos de basura, o en el mejor de los casos a alguna cochinera de las establecidas en la zona… Para Rafael esto es normal, forma parte de la dinámica de su negocio, no se detiene a pensar que esa comida que se pierde pudiera satisfacer el hambre de alguien…
Fuente
Andrés trabaja en un restaurante donde ofrecen menús ejecutivos, cada día varían la oferta. El flujo de comensales es permanente atraído por las generosas raciones que sirven en el establecimiento. Lo normal es que cada comensal deje una porción sobrante en el plato, entre el veinte y el cuarenta por ciento de lo que se sirve. Todos esos restos de comida en buen estado se depositan en grandes bolsas plásticas para ser desechadas como basura…
En la acera frente al establecimiento, Daniel y un grupo de unos cinco muchachos esperan impacientes. Cada tarde, antes de cerrar el restaurant, Andrés les hace una seña a los muchachos, indicando que es el momento para sacar las bolsas de basura, pocos minutos antes de que pase el camión recolector. Entre los muchachos y Andrés se ha creado una especie de acuerdo. Él sacará las bolsas antes del pase del camión y ellos se comprometen a no dejar regueros en el suelo…
Fuente
La mano de Andrés produce una pequeña estampida, con avidez los muchachos se abalanzan hacia las negras bolsas. En embases desechables o bolsas más pequeñas van depositando los restos: trozos de pollo a la milanesa, fragmentos de bistec, generosas raciones de arroz chino, con suerte un pan entero…
Luego de escarbar minuciosamente las bolsas, Daniel y su grupo las cierran cuidadosamente, prestando especial atención a no dejar restos en el suelo, lo menos que quieren es poner en su contra a su benefactor. Con caras sonrientes los muchachos se dirigen a un parque cercano a degustar del festín…
Luis presta sus servicios en una ONG dedicada a la asistencia de indigentes, cuenta con un equipo de veinte voluntarios. Su trabajo tiene una parte educativa y otra práctica. Cada día se dedica a recorrer restaurantes, conversa con los dueños…
Fuente
Si hay buena disposición manda alguno de sus voluntarios en las horas de mayor movimiento del local. La labor de estos es estar pendiente de la comida que no se consume, siempre ocurre que algún plato se pasó de cocción, o un cliente quedó insatisfecho por el sabor, o simplemente dejan el plato intacto en la mesa. En esos casos sus ayudantes recogen esa comida. Además, Luis ha logrado que cada uno de los establecimientos le done dos comidas diarias. Con lo recolectado Luis y su gente atienden cada noche a unos treinta indigentes, los que asisten con júbilo al modesto comedor de la oficiosa ONG. Para la mayoría de ellos es el único alimento que consumen en el día…
Rafael, Andrés y Luis son testigos del desperdicio de comida, una situación que ocurre en sectores crecientes de la población mientras que el hambre aumenta en el mundo.
Fuente
Según estadísticas de la FAO, el año dos mil veintiuno cerró con un cifra lamentable: en nuestro planeta ochocientos veintiocho millones de personas no tienen suficientes alimentos que comer, son víctimas del hambre.
El desperdicio de alimentos ocurre a nivel global y a diferentes niveles. La ONU estima que catorce por ciento de de lo producido a nivel agrícola se pierde entre el momento de recoger la cosecha y el tiempo que transcurre para su venta. El desperdicio de comida a nivel de los hogares, restaurantes y comercios del ramo alcanza el diecisiete por ciento.
En atención al grave problema que significa el desperdicio de comida, la ONU ha decretado el día veintinueve de septiembre, como el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
Con esta conmemoración el Organismo Internacional ha querido hacer un llamado de atención sobre la lamentable situación que representa el desperdicio de comida. Si se derrocha menos se puede paliar en alguna medida el hambre en el mundo.
Fuente
Este es uno de los temas donde la solución está en manos de todos. Cada uno de nosotros puede hacer mucho para minimizar el desperdicio de comida. Los grandes productores estableciendo métodos de almacenaje, transporte y comercialización más eficientes. Y los encargados de cada hogar estimando más conscientemente la cantidad de alimentos preparados y los que se almacenan en nuestros refrigeradores domésticos.
La comida que votamos puede saciar el hambre del otro…
Escrito por: @irvinc
Edición e imágenes: @fermionico
Saludos amigo @irvinc.
De acuerdo contigo todos tenemos mucho que aportar para minimizar el desperdicio de comida, ya que podemos refrigerar lo poco que queda, tambien podemos utilizar esa comida para los animales si tenemos en nuestro hogar.
Saludos
Sí, es un asunto de tomar conciencia sobre la importancia de evitar el desperdicio. En este aspecto todos podemos contribuir. Pequeños cambios en muchos va haciendo una gran diferencia. Muchas gracias por pasar y enriquecer la publicación con tu comentario.
Hola en total acuerdo en que hay que trabajar para crear conciencia en la perdida de desperdicio de comida, idear técnicas simples desde el hogar, para así poder ir ayudando al mas necesitado. muy bueno tu post.
Es mucho lo que se puede hacer desde el hogar, sería el primer sitio para crear conciencia sobre el tema. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @bizcotela.
Excelente narración, muy de acuerdo con el mensaje en mi caso soy cubano y si hay algo que no hacemos por acá es desperdiciar comida.Siempre lo que pueda sobrar que no es mucho lo guardamos o lo compartimos y si fuera el final se lo damos a los animales de cría.Pero desperdiciar es algo que nunca hacemos a no ser que sea demaciado tarde .Saludos 👍
Me alegra saber que tienen ese nivel de conciencia en relación a no desperdiciar comida. Es una situación en la que todos podemos colaborar. Muchas gracias por pasar y comentar estimado @eduardo900613.
Este post contribuye en gran manera a generar conciencia coectiva. Totalmente de acuerdo con este tipo de contenido, gracias por compartir @cervantes, suerte en sus proyectos
Muchas gracias por pasar y comentar estimado @nachomolina2.
Wao! Tema interesantemente complicado.
Sobretodo cuando hacemos una labor social en pro de ayudar a otros, que aceptemos o no, no se quieren ayudar a si mismos.
Hola.
Soy venezolano y aun vivo en mi país.
Es complejo ver como crece el número de personas en situación de mendicidad en donde vivo. Y las edades son alarmantes. Pero son personas que ven el pedir como la forma mas fácil de ganarse la vida.
El gobierno tiene un programa que se llama CLAP (Comité Local de Abastecimiento Popular); es una herramienta populista que busca "ayudar al pueblo" suministrando alimentos subsidiados. Estos alimentos se consideran de baja calidad por muchas personas. Por tanto los emplean a modo de propina para los recolectores de desechos cuando pasan, o para "brindar" algo a las personas que están en la situasión antes mencionada.
Voy con estos últimos... Lo que se ha detectado:
Si el empaque ha sido abierto, es decir, si un vecino le da de caridad medio paquete de arroz o legumbres (sobretodo legumbres), estos al saberse lejos de la mirada del benefactor, tiran el empaque porque no está completo o van regando su contenido por la calle sin pudor ni vergüenza.
Muchos son personas de zonas marginales, que toman todo lo recolectado para venderlo dosificado en su comunidad.
Los vecinos dicen ver un vehículo que los trae "en manadas" y los deja en la parada de bus de la entrada de la Urb. Ahí, los adultos que quedan con ellos les asignan las labores de recolección. Un grupo se queda en un punto recibiendo la mercancía (ropas, comida, enseres) que recolectan los demás. 3 o 4 horas después la pickup pasa recogiéndolos a todos junto con su botín.
Hay casos de vecinos que les han planteado hacer algún oficio que beneficie a la comunidad o a ellos a cambio de una cesta de comida y no lo aceptan, porque "eso los hace perder tiempo y no se lo permiten"
Son muchas cosas que podemos rescatar acerca de ayudar a otros, pero debemos procurar que sea una ayuda integral. Que devuelva a ese ser humano la voluntad de producir para la sociedad. Que se convierta en ejemplo a seguir de valores positivos. Esto en el caso de los adultos que son los respondables de influir en sus tutelados... que por ser la generación de relevo son considerados el futuro de una nación.
Saludos y bendiciones...
Pd. No ha sido mi intención incomodar, sino proponer otro punto de vista.
Hay situaciones de todo tipo. Lo importante es crear conciencia sobre la necesidad de no desperdiciar la comida. Gracias por pasar y comentar estimado @alummno.