En eso nos pasamos la vida, intentando descubrir que somos realmente, y quienes son los que nos rodean.
Aplica para todo lo que está a nuestro alrededor, puede ocurrir con personas, con plantas con animales. Cada ser es distinto al otro. Cada quien tiene un propósito.
En momentos donde encontramos personas nuevas, antes de presentarse ya nos hemos pintado un esquema de como es, de como habla, como viste y sacamos nuestras propias conclusiones sin saber que esa persona no es lo que parece, lo que aparenta.
Nos ha pasado, a menos a mi si; desde el colegio, trabajo, universidad. Y lo mismo hacen conmigo, por mi expresión facial yo termino pasando por una persona seria, amargada y paren de contar.
Cuando conocemos un poco más a las personas, hemos pasado tiempo con ellas nos fijamos que siempre estuvimos equivocados, porque la persona resulta en su mayoría ser lo contrario de lo que imaginamos.
En ocasiones es para bien,resulta ser que quien pensabas que era mala persona termina siendo todo lo contrario; y quien fue tu amigo de siempre no es como pensábamos que era y nos enfrentamos con otra realidad.
¿Sabemos realmente que somos? Vivimos en constante cambios, de un lugar a otro, creciendo en todo ámbito, que al hacer una pausa nos damos cuenta que no somos los mismo de cuando comenzamos.
Resulta que tenemos otro potencial, hacemos cosas que nunca pensamos hacer, o aparecen miedos que no conocías, un carácter fuerte que nunca habíamos aparentado.
No debemos juzgar por lo vemos ni confiarnos tanto en lo que creemos conocer, estar siempre en una balanza y aprender a conocer quién están a nuestro alrededor.
Cabe destacar que las apariencias engañan, y que en conclusión muchas veces resultamos ser lo contrario a lo que parecemos.