Tratar de entender nuestra situación en el mundo nos ubica en el centro del laberinto, un espacio de confusión e incertidumbre en el que necesitamos alguna guía que nos ilumine el camino para poder salir de él.
Ese hilo conductor — que marca la diferencia entre poder avanzar o seguir dando palos de ciego en el aire, sin rumbo conocido— lo podemos encontrar volviendo la mirada a los orígenes. Allí el espacio mitológico se despliega como un amplio panorama de insinuantes explicaciones.
Hemos visto en la historia humana una sucesión interminable de encuentros y desencuentros signados por la violencia, eso no es ninguna fantasía. En todas las épocas los humanos se han enfrentados unos con otros hasta los mismos límites del exterminio. Pareciera que nuestra predisposición natural es hacia el enfrentamiento.
Sin embargo, la violencia no le ha sido indiferente a nuestros ancestros. Tal vez por eso es que en todas las mitologías encontramos relatos que dan cuenta de una búsqueda del orden. ¿Acaso reside allí el deseo oculto de encontrar algo que garantice una vida en armonía?
En la mitología egipcia, por ejemplo, está el mito de Shu, el dios del aire. Antes de él reina el caos, producido por una ruptura en la convivencia. Al principio los hombres y los dioses viven revueltos en un espacio común, donde los hombres están al servicio de los dioses, pero los hombres se rebelan, desconocen la autoridad divina. Los dioses usan su poder para someter de nuevo a los hombres, pero estos no se dejan; se desarrolla una lucha interminable. El caos se adueña de la vida…
La solución que encuentra Ra es separar el cielo y la tierra, pone a cada quien en un lugar distinto, los hombres en la tierra, los dioses en el cielo, pero hace falta un intermediario, y ese es Shu.
Shu, cumple la difícil función de mantener el equilibrio, no permite que el cielo se toque con la tierra. En su ausencia el cielo se desplomaría sobre la tierra, volvería a establecerse la discordia, reaparecerían los enfrentamientos y todo se sumiría de nuevo en el caos. Mientras que se mantenga la presencia de Shu hay garantía de estabilidad.
El mito de Shu puede tener un gran valor de orientación para nosotros. En principio, porque nos indica que la inquietud por resolver el problema de la violencia en la vida humana ha estado presente desde siempre, los hombres no han sido indiferentes ante esa nefasta situación.
Puede ser, que visto con los ojos de nuestro tiempo, no estemos conformes con la solución encontrada, la de separar los contrarios y confinarlos en un espacio donde se pierda el contacto. No podemos pedir más al pensamiento de aquel tiempo.
Para nosotros quedaría pendiente la tarea de avanzar sobre los límites impuestos en el mito. Pensar que nuestras diferencias no tienen que alejarnos, que no necesitamos que Shu se mantenga eternamente para mantener la separación. Con nuestra capacidad pudiéramos encontrar la solución que le permita a Shu liberarse de esa odiosa responsabilidad.
Gracias por tu tiempo.
Hola querido amigo @irvinc buenas tardes
me encanto tu post, lo bueno es que cada vez escribes mejor, felicitaciones.
La violencia esta en nuestras propias manos, somos los seres humanos quienes debemos ponerles fin, pero antes debemos ser capases de no dejar influenciarnos. La violencia se terminara cuando todos nos demos cuentas que somos iguales y que tenemos los mismos derechos, y sepamos respetarnos los unos a los otros
Aprovecho para desearte una maravillosa noche y un cariño grande para toda tu familia
Así es amigo, somos nosotros mismos los que podemos cambiar las cosas. Creo que aunque lentamente vamos avanzando en entender que es necesaria la justicia para tener una convivencia mas sana y en paz. En nuestros países todavía queda mucho por hacer. Muchas gracias por la visita y por tu generoso comentario. Abrazos.
La violencia es parte de la condición humana. Sigue el debate entre Hobe y Rosseau. Me anoto con el filósofo ginebrino. Domeñarla y apaciguarla es tarea de la educación. Bien su escrito. Saludos
Me gusta pensar que nuestra parte espiritual puede marcar la diferencia. Los animales no tienen opción está en su naturaleza ser violentos, nosotros sí podemos elegir, podemos actuar de un modo o de otro, creo que allí, en ese espacio de posibilidades que da la elección, hay alguna esperanza para nuestra especie. Muchas gracias por la visita y por el comentario. Qué tengas muchos éxitos acá. Abrazos.
Saludos, concuerdo con el planteamiento de @acont. Muchas veces al ser humano se le olvida su procedencia, olvidamos que somo otra especia más dentro del reino animal, somos los animales más inteligentes de todos, sin embargo, también tuvimos un pasado salvaje y aun nos faltan cosas por dejar atrás y evolucionar, aunque a algunos no les parezca, la humanidad ha venido “humanizándose” cada día más, hoy somos mucho menos barbaros que hace tan solo un par de siglos atrás, es cierto que aún se comenten atrocidades en todo el mundo, pero si continuamos con el progreso que llevamos, llegara un momento en que realmente seamos humanos y dejemos de ser bestias. Quizá falten muchos años para alcanzar esa meta, quizá sea más temprano de lo que imaginamos, todo dependerá de nuestros actos. Buen post, hasta pronto.
Estoy de acuerdo contigo, es innegable que hemos avanzado mucho en términos de civilización. Soy de los que piensan que esta época, aún con lo malo que pueda tener, es la mejor que ha tenido la humanidad. Paso a paso hemos reconocido nuestros derechos como seres humanos.
Me gusta pensar que no somos solamente animales inteligentes, sino una especie nueva. Nuestra conciencia del componente espiritual es clave para marcar la diferencia con el resto de la creación. Muchas gracias por la visita y por enriquecer la publicación con tu comentario. Abrazos.
Amigos, mucha gracias por el apoyo.
Creo que quizás el ser humano es así por naturaleza, y eso quizás nos llevó a sobrevivir en tiempos antiguos. Así como existen animales que pelean a muerte por el derecho a reproducirce o por un territorio. La diferencia es que hoy dia ya no necesitamos esa violencia para sobrevivir pero ha quedado "impresa" en nuestro comportamiento. Queda de nosotros mismos cambiar nuestra programación. Saludos! Interesante escrito
Posted using Dapplr
Es verdad, son miles de años en los que la violencia fue necesaria para mantener la vida, eso sin duda debe haber dejado alguna huella en nuestro inconsciente colectivo. Pero lo importante es que tenemos la capacidad de decidir cómo queremos seguir llevando la existencia, y como señalas, en este tiempo tenemos otras condiciones, tenemos la oportunidad de ser mejores personas. Muchas gracias por la visita y por enriquecer la publicación con tu comentario. Abrazos.