En diciembre de 2019 quise escribir una historia sobre un club de lectura que jamás existió en la escuela que estudié, tratando de imaginar cómo sería si hubiera sido así. Cuando iba por la segunda página del relato, me encontré con la voz de una niña que quería contar su propia versión de los hechos y me hice a un lado para dejarla hablar. Esta niña se llama Paola, y la historia va sobre ella.
A finales de febrero, terminé el primer borrador de lo que resultó ser una novela corta. Empecé a editar, lo que me llevó a investigar sobre cosas que había escrito para que la historia tuviera donde apoyarse. Pasó un mes. Me tomé un descanso de ella. La releí tiempo después. Realicé varios ajustes para terminar de pulirla. Y a finales de abril la «culminé».
En mayo de ese mismo año se la mostré a unos amigos. Recuerdo la ansiedad, los nervios, las ganas de saber qué pensaban. Una semana después obtuve la primera crítica. A la siguiente, recibí otras observaciones. La novela tenía huecos argumentales, problemas en la trama, situaciones que no aportaban. Agradecí por las críticas y volví al trabajo, que se hizo más lento que el anterior.
Abandoné dos o tres veces, cansado de releer lo mismo todas las mañanas, sin saber cómo arreglar el desastre, convencido de que la historia guardaba un sentimiento verdadero y no podía desecharla así no más.
En diciembre de 2020, decía a mis amigos, aquellos que habían leído la novela, que estaba trabajando en ella, que solo me faltaban algunos detalles para terminar de una vez por todas; pero mentía con descaro, dudando entre pasar la página o no.
Escribí varios relatos cortos ese año, cuando decidía no trabajar más en El cuaderno de Paola. Pero la historia de aquella niña me tenía obsesionado. Fue así como, a principios de este año, retomé la rutina de escribir todas las mañanas y volví a empezar.
Poco después, terminé lo que había empezado.
Es una historia lenta, escrita para entretenerme principalmente. En el proceso aprendí mucho sobre el arte de narrar, la soledad, el trabajo y todo lo que implica escribir un libro.
Aquí entrenos: he quedado satisfecho con los resultados.
Del pozo de la imaginación a una red social
Con la situación de la pandemia, los cambios que ha traído internet, la nueva normalidad que estamos viviendo, me pareció mejor auto-publicar la novela que enviarla a una editorial y ser rechazado una y otra vez.
Gracias a esto decidí compartirla por acá, en Hive. Me preguntaba qué imágenes poner en cada capítulo, o si era necesario colocar imágenes, y se me ocurrió que podía hacer un dibujo por cada publicación que suba, aunque no supiera qué dibujos haría y llevara años sin dibujar. De esta forma concebí las ilustraciones que verán en cada entrega.
Sobre la distribución de capítulos
El cuaderno de Paola consta de catorce capítulos cuyo promedio ronda las 2 000 o 2 500 palabras. Los más «largos» pasan las 5 000 palabras, pero no llegan a 5 500. El primer capítulo es «largo». Pensaba dividirlo en dos partes. Al final, he decidido publicarlo tal cual para que el lector se haga una idea sobre la historia desde el principio. El quinto capítulo, el octavo y el treceavo los dividiré en dos partes por su longitud.
La publicación de capítulos será semanal. Tres meses de publicación continua que espero cumplir sin contratiempos.
El número total de palabras son unas 43 000, para los más curiosos.
Captura de pantalla realizada desde mi ordenador.
Sobre las ilustraciones
Como habrán comprobado por las fotos que he dejado a lo largo de la publicación, dibujo peor de lo que escribo ja, ja. Pero esto, más que un obstáculo, ha sido un reencuentro con una actividad que realizaba mucho durante mi infancia y adolescencia. Este último mes he tenido que ver cursos, practicar, exprimirme el cerebro para traer al papel la imagen que encaje entre los capítulos de la novela.
He disfrutado bastante en el proceso, que por cierto sigo llevando a cabo. Hasta ahora solo tengo listo los dibujos del primer capítulo y el segundo, aparte de otros tres que van en capítulos posteriores, por lo que a medida que vaya pasando la semana, de publicación en publicación, tendré que dibujar de manera obstinada hasta conseguir los resultados que quiero a tiempo.
Cada dibujo, como verán a continuación, es escaneado para ser pasado por Adobe Photoshop CS5, cuyo único aporte son dos filtros en específico: Color diluido y Bordes añadidos, además de ajustes de perspectivas que mejoran notablemente los dibujos e ilustran mejor lo que quiero expresar.
Aclaro esto por las normas que tienen los curadores para cada publicación que aparece en la plataforma; por razones de estética y estilo, no explicaré en ninguno de los capítulos cómo hice este o aquel dibujo, los filtro que usé, en qué me inspiré, etc. Intuyo que esto afectará las recompensas de mis publicaciones, pero confiaré en la nota que dejaré al final de cada capítulo: allí explicaré que cada ilustración es obra mía y que, si quieren saber sobre el proceso, pueden visitar esta publicación.
Empecemos con los bocetos, que en principio son horribles y luego se ven un poco decentes.
Eso de arriba es una toma mental de una biblioteca que imaginé. Tres días después quedó así:
Tras ser escaneada, haber aplicado los filtros de Color diluido, Bordes añadidos, y unos ajustes de perspectiva, quedó así:
Photoshop es una maravilla. También influye la imagen escaneada, que te libra de todos los inconvenientes que pueden surgir al tomar una foto y aplicarle filtros.
Otro ejemplo sería este:
En principio iba usar este dibujo, pero resultó ser un boceto más. Así que lo hice de otra forma hasta quedar a gusto:
Un detalle a tener en cuenta es que las imágenes escaneadas pesan, por lo que preferí subir fotos, salvo la anterior.
A continuación, una captura de pantalla que tomé mientras editaba la imagen:
Bordes añadidos o Color diluido. Pienso que no utilizaré más filtros que esos dos en todas las ilustraciones.
Como portada de las publicaciones, elegí el siguiente dibujo:
De derecha a izquierda está el proceso de creación que también llevó su tiempo. El primer boceto es el más feo de todos, por eso quise cambiarlo, aunque al principio me gustó mucho. Tiempo después hice el del centro, el más pequeño. Al final, dibujé el de la izquierda, me gustó y lo dejé para la portada que verán al principio de cada capítulo.
Anexo de bocetos:
Bocetos del capítulo 2:
Gracias a lo poco que afinqué el láiz mientras hacía los bocetos, tuve que pasarlos por Photoshop, bajarles el brillo y subirle el contraste para que se pudieran ver los trazos.
Lo que verán a continuación son las primeras ideas que tuve. El dibujo final estará en el capítulo, editado y en su lugar correspondiente.
Como habrán podido notar, los bocetos fueron realizados sobre récipes de un centro médico de San Diego, Edo. Carabobo; por eso algunos se ven con el fondo verde y otros con el fondo blanco, estos últimos fueron realizados por el reverso de las hojas de los récipes.
Otro detalle a tener en cuenta es que del libro que sale al final de este capítulo no realicé ningún boceto porque para hacerlo me inspiré en un libro cualquiera y me inventé la portada; hice lo mismo con el del primer capítulo.
Bocetos del capítulo 3:
Para evitar el tono verde chillón de los anteriores, esta vez coloqué los bocetos en blanco y negro. Lo que verán a continuación son las primeras ideas que tuve. El dibujo final estará en el capítulo, editado y en su lugar correspondiente.
Confieso que sufrí bastante con el dibujo de los lentes y el de la figura del hombre a los pies de la cama. No es tan sencillo trasladar al papel la imagen que tienes en tu mente. Aún no asimilo por completo el tema de la perspectiva y los puntos de fuga. Si no fuera por el poco conocimiento que he adquirido estas últimas semanas, el resultado sería peor.
En cuanto al libro, que también hay uno al final de este capítulo, tomé como referencia un libro cualquiera; lo demás lo inventé.
Bocetos del capítulo 4:
Lo que verán a continuación son las primeras ideas que tuve. El dibujo final estará en el capítulo, editado y en su lugar correspondiente.
Antes de dibujar el abismo dentro de Carlos, quise introducir objetos que son de valor para todo niño; pero me decanté por la oscuridad y el toque de terror que da a la publicación.
Pasé toda una tarde haciendo este boceto. Me inspiré en una calle de Barrera, lugar en cual se ambienta la historia. Y utilicé dos puntos de fuga. Al final hice una calle inexistente, con rasgos de la original.
¿Pueden ver algo? Imagino que no. Por eso hice esto:
Gracias a Photoshop pude nivelar el color para que se vieran los trazos que hice sobre este papel amarillo de reciclaje que estaré utilizando en los próximos bocetos.
Sí, se me acabaron los récipes jaja. Por eso salté del cuaderno a una hoja blanca y de allí a este papel que me regalaron hace poco.
Espero que aprecien los resultados finales tanto como yo. Nos vemos.
Bocetos del capítulo 5 - Parte 1:
Lo que verán a continuación son las primeras ideas que tuve. El dibujo final estará en el capítulo, editado y en su lugar correspondiente.
En esta ocasión explicaré un poco sobre el proceso de la primera ilustración. Primero quiero decirles que sigo utilizando el papel amarillo, como pueden comprobar aquí abajo:
Pero descubrí cómo hacer que se vea mejor. En Photshop CS5 hay una opción que dice «Imagen», que permite cambiar los colores y la forma en la que trabajas las capas. En el apartado «Modo», tienes la opción de editar la imagen en «Escala de grises», lo que facilita mucho las cosas.
El resultado es el siguiente:
Para la primera ilustración, incorporé dos dibujos en uno. El primero es el que acaban de ver. Y el segundo es el siguiente:
Este último me gustó y lo volví a hacer en hoja blanca, como hago con todos, y lo coloqué en la nube que ilustra lo que se está imaginando Paola.
El siguiente boceto me sacó canas. El resultado final me llevó toda una tarde y parte del día siguiente. El punto de fuga está a la izquierda, en la mitad de la hoja, vista horizontalmente.
Y este es el último de la primera parte del capítulo.
Bocetos del capítulo 5 - Parte 2:
Lo que verán a continuación son las primeras ideas que tuve. El dibujo final estará en el capítulo, editado y en su lugar correspondiente.
Sobre la cita al principio de la novela
Por cuestiones de estética, he decido omitir en la próxima publicación la cita que elegí para la historia en general. Es de Vicente Gerbasi, un poeta venezolano. Con ella quiero despedirme e invitarlos a leer El cuaderno de Paola. Gracias por la lectura.
Venid amigos míos:
he aquí la roca oscura del olvido,
el eco de los ríos,
y el fantasmal ruido
sobre la soledad de lo vivido.
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¡Guau! ¡Me encanto tu exposición sobre el proceso creativo! ¿Cuándo y dónde se podría leer el material culminado?
Gracias. La publicación será semanal, a través de este blog. ¡Saludos!
¡Buenísimo! Estaré al pendiente. :3
Hola mi corazón ❣️ Aquí presente; te encontré por casualidad 🤭
Como todo lo bueno en la vida ja, ja.
Gracias por el apoyo. Saludos! 😁