Lo importante es vestir al pueblo de esperanza y magia porque así estemos preocupados por la salud de todos habrá que hacer como las familias que con niños entre sus comensales siguen celebrando la Navidad así falte un miembro importante victima de alguna enfermedad o por el simple y despiadado paso del tiempo, habrá que hacer de adultos y seguir con nuestra vida tragando saliva así queramos encerrarnos a llorar por quienes no están, hay que mantener las tradiciones y darles a nuestros hijos la oportunidad de tener una infancia como la nuestra o como la que hubieramos querido tener o aún mejor.
Y por eso ya nos preguntábamos los vecinos de Benalmádena qué ocurría con la iluminación y los adornos del pueblo que en pleno puente de diciembre aún no lo teníamos entre nosotros ¿Dónde está nuestro espíritu de la Navidad? Eso le preguntábamos al alcalde cuando nos lo cruzábamos por el pueblo, la pandemia, la nueva variante del virus, el precio de la luz y que la abuela fuma, cualquier excusa no era aceptada por unos vecinos que tengamos o no hijos queremos nuestras tradiciones, mi edad ya no me permite comer igual que antes pero la tradición del mantecado, roscos navideños, turrón o la copita al visitante no puede faltar en casa, por lo cual las luces y el espíritu debe mantenerse a nivel comunitario por ellos, por los que nunca tienen culpa de nada, ya crecerán como crecimos nosotros y cometerán errores, ahora es el instante justo en su vida donde no les podemos fallar los adultos.
Por fin ya tenemos nuestras luces para disfrutarlas, pasear por las calles y cenar rodeados de belleza y una temperatura envidiable para muchos lugares de Europa e incluso España, de esta forma se colabora con la economía local y con los empresarios a los que ahora sí llenamos sus terrazas y compramos en sus tiendas porque ese empujoncito que tanto necesitábamos ya nos lo ha concedido nuestro querido alcalde que ha llenado el pueblo desde su entrada hasta llegar a la bella iglesia en lo más alto del pueblo para volver a cualquier rincón del municipio.
Hasta el propio consistorio y la mismísima y pequeñita comisaría de policía local han colaborado en dar luz y color a los vecinos y visitantes, gracias un año más y especialmente tan difícil como este para que los niños no dejen de creer en estas tradiciones.