Ya es Navidad para muchos hogares alrededor del mundo y no quería que mi casa este año se quedara atrás, normalmente no solía adornar hasta mediados de diciembre pero una buena amiga me cambió esta costumbre y aquí estoy, vistiendo el hogar de luces y adornos, encendiendo la estrella y poniendo música cálida para que la buena vibra que le llaman al otro lado del océano me acompañe este año que entra.
2021 tenía muchas papeletas de mejorar al fatídico 2020 pero es que no lo tenía complicado, nadie quiere recordar el pasado año cuando hace balance así le haya pasado algo maravilloso porque en general el mundo se sumió en un caos, particularmente para mí 2021 ha tenido tintes agridulces, cosas fantásticas y esperanzadoras con grandes palos en diferentes facetas de mi vida aunque voy retomando el pulso poco a poco con mucha positividad y sobre todo con mucha paciencia.
He cambiado adornos y luces, soy algo supersticioso y por razones obvias he querido renovar mi casa de arriba a abajo, comencé el año pintándola completamente, invertí en materiales y algún detalle que hiciera olvidar el pasado pero no para enterrarlo sino para aprender de el, ahora solo me queda esperar que el 2022 me garantice una estabilidad que comienzo a tener en casi todas las facetas, no tengo prisas, antes era muy inquieto, no me gustaba estar solo y me agobiaba, ahora disfruto de la soledad que no es para nada total, tengo grandes amig@s y una fantástica familia y eso es lo más importante en la vida, el resto se acoplará a lo largo del tiempo, ahora soy alguien más fuerte en todos los sentidos, la decoración es parte de mi nuevo yo, luz y color, los grises quedaron atrás, bienvenidos al color y a la vida.
Felices y largas fiestas en familia y buena compañía. Mañana más...
