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Mientras estaba absorta en la lectura, un joven llamado Pedro entró en la tienda. Pedro era un chico tímido y reservado que estaba estudiando para convertirse en arquitecto. Cuando Ana levantó la vista y vio a Pedro, su corazón latió más fuerte. Pedro estaba buscando un libro de arquitectura para un proyecto que tenía que entregar en la universidad.
Los dos comenzaron a hablar y se dieron cuenta de que tenían mucho en común, a pesar de sus diferentes intereses. Ana era apasionada por la literatura y la poesía, mientras que Pedro se sentía fascinado por la construcción de edificios y puentes.
Comenzaron a salir juntos, y cada día se enamoraban más. Compartían sus pasiones y se apoyaban mutuamente en sus sueños y metas. Ana comenzó a escribir poemas inspirados en su amor por Pedro, y Pedro construyó un pequeño modelo de una casa en la que esperaba vivir algún día con Ana.
Pasaron los años, y su amor se fortaleció aún más. Pedro se graduó de la universidad y se convirtió en un exitoso arquitecto, mientras que Ana publicó un libro de poesía que se convirtió en un éxito de ventas.
Finalmente, Pedro se arrodilló frente a Ana y le pidió que se casara con él. Con lágrimas en los ojos, Ana aceptó, y juntos construyeron la casa de sus sueños, donde vivieron felices para siempre.
Su amor fue tan fuerte que se convirtió en la inspiración para muchos de los poemas de Ana y en los diseños arquitectónicos de Pedro. Nunca olvidaron el día en que se conocieron en la pequeña tienda de libros, y siempre recordaron que su amor había comenzado con un libro de poesía y un libro de arquitectura.