Ha llegado la caballería,
Grito un soldado ese día,
Cientos de soldados con armamento,
Listos para vivir el momento,
Cargando armas y afilando espadas,
Algunas nuevas, otras usadas,
Pero todas para la misma misión,
Cantan a coro una canción,
Mientras que la marcha empieza,
Entre ellos uno reza,
Por sus compañeros y su bienestar,
Aunque en otro lado desearía estar,
Tiene que enfrentarse a su destino,
Pensando en la ostia y el vino,
Se llena de fe y esperanza,
Antes de llegar a la matanza,
El no sabe lo que le espera,
Lo que el futuro le depara,
Llega al sitio indicado,
Empieza a ponerte intrincado,
Disparos por todos lados,
Heridos varios soldados,
Se esconde en una trinchera,
Esperando que nadie lo viera,
Al pasar las horas,
Empieza a sentirse a solas,
Ya que todo se ha calmado,
Dando gracias porque no lo han matado,
Suelta su arma y agarra un rosario,
Para el eso era necesario,
Empieza a rogar al cielo,
Pero derrepente en el suelo,
Ve unas botas en su frente,
Empieza a sudar como fuente,
Levantando de a poco la vista,
Piensa si es algo realista,
Lo que estaba por suceder,
Era un bello atardecer,
Fue lo que vio antes de cerrar los ojos,
Escucha una voz amiga,
Una voz muy conocida,
Lo levanta y lo abraza,
Diciéndole con voz rasa,
Que todo ha terminado,
El enemigo se ha retirado,
Y empiezan a replegarse las tropas,
Sucias de sangre las ropas,
Rotas desde los pies hasta el cuello,
Lleno de tierra el cabello,
Pero firmes con la frente en alto,
Siente que fue un pacto,
Que hizo con el señor,
Pregunta por su hermano menor,
Y este responde a viva voz,
Estamos vivos, gracias a dios.
**MANUEL MACHADO** 15/04/21
Imagen compilada del buscador de Google..!