Hola! Hace unos días caminaba por la hermosa playa Lido de Lechería, Edo.Anzoátegui para despejar un poco mi mente y ser libre por un momento de este encierro (mayormente mental). Desde pequeña he tenido (según mi mamá) la mala costumbre de llamar y acariciar a cualquier animal que se me cruzara por el camino. La playa estaba vacía, pero vi a lo lejos a un amiguito y decidí silbarle, ya saben ese silbido que ellos entienden como "ven acá perrito que hay comida y cariño". No pensé que resultaría pero...
Se dejó acariciar, al principio estaba odioso... Ustedes saben, quienes viven en la calle deben ser precavidos. Pero luego de unas caricias no paraba de mover su colita.
Este cachorro me cautivó con su mirada.
Dios me dio la hermosa oportunidad no solo de despejar mi mente y aliviar un poco los pensamientos depresivos observando sus hermosas creaciones, si no la oportunidad de interactuar con una de sus creaciones más sublimes: el mejor amigo de todo el mundo.
Awwww perrito, es toda una cuchurita, si tuviera mas dinero tendría uno en casa o toda una manada jeje