Estaba por graduarme del liceo militar, solo tenía 16 años... Mi ilusión no era ser cadete, pero todos mis compañeros de promoción lo anhelaban. Todo el 5to año solo hablaba sobre ser cadetes, de la Guardia, del Ejército, de la Aviación, pero absolutamente nadie se mostraba interesado en la Armada, mejor conocida como "La Marina".
Todos los días al llegar al salón sólo hablábamos sobre la preinscripción. Cada día revisábamos las páginas para poder preinscribirnos ¡Hasta que por fin! Los días 07 y 08 de Febrero debía presentarme en la Escuela Naval de Venezuela, ubicada en la Meseta de Mamo, Catia La Mar Edo Vargas. La primera prueba era académica y psicológica escrita, recuerdo que estudiaba cada día y memorizaba fórmulas matemáticas para pasar la prueba. Presenté una prueba de selección simple, matemática, física, química e historia de Venezuela y una prueba psicológica de más de 500 preguntas, que en realidad eran preguntas que se repetían muchas veces pero formuladas de maneras diferentes.
Sale el primer listado de preselección ¡Y había aprobado! De mi promoción era la única que estaba presentando en la Escuela Naval de Venezuela mis otros compañeros estaban presentando en el Ejército y la Guardia Nacional. Comencé a prepararme físicamente. El día de la prueba fue realmente agotador, sumándole que viajaba casi 10 horas para poder llegar a la Escuela Naval la entrevista psicológica fue más normal de lo que pensaba, me hicieron muchas preguntas personales... Una de ellas fue Por qué mienten las personas? respondí Para quedar bien y la psicóloga dice Tu mientes para quedar bien? y pues... Por supuesto respondí.
Cabe destacar que como era de un liceo militar, debía usar el uniforme del liceo. Yo tenía una jerarquía que me distinguía de mis compañeros de promoción y me daba comando sobre ellos, yo era primer brigadier y tenía de hecho más responsabilidades que ellos en cuanto a cosas militares en el liceo... Nos tomábamos muy seriamente estas cosas. Esta foto que viene, soy yo el día de la entrevista formal, junto con otros aspirantes. Digamos que ser de un liceo militar me daba cierta ventaja, pero representaba una responsabilidad más grande en cuanto a disciplina.
La entrevista formal se basaba en reunirme con el comandante, el segundo comandante, un cura, un médico, un docente y un psicólogo de la Escuela Naval y ellos me hacían preguntas de cualquier tipo... Desde el nombre de mi papá, hasta en qué hotel me estaba alojando ya venía de tan lejos.
De todos los que habíamos presentado en diferentes academias, solo unos 10 logramos llegar hasta la última prueba... Un curso donde debíamos estar 15 días en la academia. Me sentía nerviosa, el mismo día de mi graduación de bachiller me tocó tomar un avión a Catia la Mar porque al día siguiente, muy temprano debía presentarme en la Escuela Naval. Ese primer día todo era psicológico, gritos por acá y por allá. Habían aspirantes que no duraron ni una hora dentro de la academia.
El curso propedéutico estaba estructurado de la siguiente forma:
0500hrs Diana y trote de 7km
0600hrs Duchas
0630hrs Rancho
0700hrs Académico (si, también estudiábamos)
1200hrs Rancho
1300hrs Plantón y orden cerrado
1600hrs Trote de 7km (otra vez)
Y así iba el asunto... Evaluaban el comportamiento, el orden cerrado, el rendimiento físico, la disciplina, la actitud y el rendimiento académico. Todas las noches lloraba, quería irme a mi casa... Pero yo sabía que era más fuerte que eso.
Salió el último listado y ¡QUEDÉ! Gracias Dios pues cabe destacar que no creía mucho en Dios, pero a pesar de eso, siempre "le pedía" que me ayudara a pasar la pruebas jajaja...
Por fin estaba dentro de la Gloriosa Escuela Naval de Venezuela era un sueño hecho realidad, pero ahora es que empezaba lo bueno.
Bueno amigos, no quiero hacer este post tan largo, en otro post les terminaré de contar la historia
Las fotos son de mi propiedad. La foto con mi pelotón fue escaneada de una fotografía impresa.