El sueño del dromedario
¿Cuánto tiempo había permanecido así, dando vueltas en aquella cama que tanto sabía de insomnios, desvelos? Intentó dormir y así dejar de recordar, pensar: dejar la mente en blanco y caer en los brazos de Morfeo. Apretó los ojos fuertemente y trató de relajarse: el sueño llegó lentamente.
=o¡:0:¡o=
En su sueño caminaba por el desierto y la arena quemaba. El sol permanecía en el mismo lugar, de frente, y hacía días que no se movía. Para él era normal aquel clima, aquella luz que amenazaba con quemarlo todo. No sabía cuánto tiempo había andado, pero sabía que había sido mucho, así que se detuvo.=o¡:0:¡o=
Sintió sed, algo de pesadez en el cuerpo y se tiró en la arena. Languideció e intentó mantener la cabeza erguida a pesar de la nube de polvo que se avecinaba. En aquel lado del planeta, los días nacían y morían a cada instante, pero la claridad continuaba aunque aparecieran las estrellas.=o¡:0:¡o=
El que iba con él también se detuvo y se sentó a su lado. Los dos guardaban silencio. El dromedario miró al hombre que lloraba, que a pesar de su contextura, no podía levantarse: era como si llevara un peso enorme. En ese instante el hombre que soñaba, se despertó y tuvo la certeza de su joroba: en otra vida seguramente había sido un camello o aquel hombre que en mitad del desierto llora.
En su sueño caminaba por el desierto y la arena quemaba. El sol permanecía en el mismo lugar, de frente, y hacía días que no se movía. Para él era normal aquel clima, aquella luz que amenazaba con quemarlo todo. No sabía cuánto tiempo había andado, pero sabía que había sido mucho, así que se detuvo.
Sintió sed, algo de pesadez en el cuerpo y se tiró en la arena. Languideció e intentó mantener la cabeza erguida a pesar de la nube de polvo que se avecinaba. En aquel lado del planeta, los días nacían y morían a cada instante, pero la claridad continuaba aunque aparecieran las estrellas.
El que iba con él también se detuvo y se sentó a su lado. Los dos guardaban silencio. El dromedario miró al hombre que lloraba, que a pesar de su contextura, no podía levantarse: era como si llevara un peso enorme. En ese instante el hombre que soñaba, se despertó y tuvo la certeza de su joroba: en otra vida seguramente había sido un camello o aquel hombre que en mitad del desierto llora.
Un relato de buen tono fantástico, casi borgeano, o como una de esas atractivas historias sufistas. Un abrazo, @nancybriti.
Te parece? Gracias por esa comparación, por tu lectura y comentario, @josemalavem. Lo aprecio mucho. Abrazos
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Sabroso relato de remembranza desértica con mucha sensación de tierra en los poros y seca la garganta.
Este relato es fabuloso. Estoy desde ayer queriendo decir algo más al respecto, pero solo puedo pensar que es una historia bien construida, sin una palabra demás, fantástica como solo los sueños pueden serlo, con un final revelador que te hace querer levantarte de la silla y aplaudir. Gran trabajo, @nancybriti!