En los sueños de Enya
La madre lloraba y era calmada por un grupo de personas. La niña acostada en una cama del hospital estaba quieta y pálida. Muchos aparatos, máquinas, tubos, estaban alrededor del cuerpo infantil. La madre gritaba: "Enya, vive; hija de mi vida, vive."
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En sueños, Enya iba por un camino largo y al final de ese camino había una especie de luz. Caminaba Enya casi brincando e iba observando con verdadera sorpresa cada una de las cosas que se le aparecían. No eran las flores, los árboles y los animales como se les conocía, eran imágenes pequeñas, diminutas, las que Enya veía.=:0:=
Mientras iba caminando, Enya no se detuvo en ningún momento, pero al llegar a un extremo del camino, miró una figura parecida a ella pero en tamaño pequeño. La figura estaba con una espada y batallaba cuerpo a cuerpo, y aunque no estaba ganando, tampoco estaba perdiendo.=:0:=
Miró Enya en sus sueños que su otro yo ganaba y que aquel viaje terminaba como se se borran las imágenes en los espejos. Entonces Enya se devolvió y caminó por un largo trecho. Abrió los ojos y su madre sorprendida guardó silencio. Enya estaba viva, de la muerte se había devuelto, su otro yo había vencido, ya sería en otro momento, porque aunque nos escapemos, nadie evade, nadie se salva, del paso del tiempo.
En sueños, Enya iba por un camino largo y al final de ese camino había una especie de luz. Caminaba Enya casi brincando e iba observando con verdadera sorpresa cada una de las cosas que se le aparecían. No eran las flores, los árboles y los animales como se les conocía, eran imágenes pequeñas, diminutas, las que Enya veía.
Mientras iba caminando, Enya no se detuvo en ningún momento, pero al llegar a un extremo del camino, miró una figura parecida a ella pero en tamaño pequeño. La figura estaba con una espada y batallaba cuerpo a cuerpo, y aunque no estaba ganando, tampoco estaba perdiendo.
Miró Enya en sus sueños que su otro yo ganaba y que aquel viaje terminaba como se se borran las imágenes en los espejos. Entonces Enya se devolvió y caminó por un largo trecho. Abrió los ojos y su madre sorprendida guardó silencio. Enya estaba viva, de la muerte se había devuelto, su otro yo había vencido, ya sería en otro momento, porque aunque nos escapemos, nadie evade, nadie se salva, del paso del tiempo.
Fue un deleite leer lo que escribiste, jugaste con las palabras de manera muy hermosa. Me gusto mucho tu prosa y el mensaje del cuento.
Saludos y bendiciones 😊🌹
Qué bueno que te haya gustado y que haya llegado el mensaje. Esa es la idea. Muchas gracias por tu comentario y lectura. Saludos